024. Capítulo veinticuatro

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No estaba seguro de cómo habían terminado así, pero sus piernas rodeaban la cadera de ChanYeol con ímpetu, acercándolo un poco más a su cuerpo, mientras que sus dedos no se cansaban de juguetear con la melena ajena, haciéndola y deshaciéndola a su gusto, de arriba hacia abajo, de un lado hacia otro, aunque sin descuidar aquellos labios que soltaban gemidos que alcanzaba a ahogar con su boca, y con su lengua, rozando los dientes del mayor como siempre había deseado hacerlo.

Siempre. BaekHyun siempre había deseado estar así, en el regazo de ChanYeol, derrumbando todas las barreras que alguna vez había creado.

—Esto está mal —murmuró apenas, sin siquiera intentar alejarse de los labios que le respondían con igual necesidad, obligándolo a desear más y más cercanía.

—¿Por qué? —respondió el mayor, su voz entrecortada por la posición en la que se encontraba, el menor lo seducía con su lengua al mismo tiempo en que se movía apenas un poco sobre él, generando esa deliciosa fricción que lo desconcentró por algunos segundos, haciéndole olvidar su verdadera pregunta—. ¿Acaso juraste que jamás caerías ante mí?

—No se supone que me gustes tanto —asintió con dificultad, alejándose del rostro ajeno para verlo detalladamente. Sus labios hinchados, rojos, un poco heridos, mientras que sus ojos brillaban con algo parecido a la felicidad, o al deseo, a la lujuria, a todas esas sensaciones que estaba despertando en el cuerpo que lo sostenía con amabilidad.

—Pero lo hago —sonrió con sorna, aunque con cariño, abrazando la espalda de ChanYeol con tanta delicadeza que ambos olvidaron la situación en la que estaban, incluso si sus cuerpos eran un desastre que se tensaba con el más mínimo movimiento. Una caricia, una respiración, un leve roce de sus narices; todo incrementaba los deseos que tenían de entregarse al otro.

—Eres tan molesto —susurró apenas, acercándose tanto a los labios del mayor que los rozó al hablar, aunque sin besarlos, agotando la poca paciencia que le quedaba a ChanYeol.

—Soy irresistible —masculló con dificultad, cerrando los ojos por la simple cercanía.

—Lo eres —asintió lentamente, volviendo a rozar los labios ajenos.

—¿Algún día me dirás por qué huiste por tanto tiempo? —preguntó entonces, saliendo de su pequeño trance para observar directamente al menor, quien no tardó en sonreír con cierta ironía, alzando su mano para acariciar la mandíbula que cada vez le parecía más atractiva.

—Algún día, amor —asintió sin más, dejando un beso bastante húmedo en el cuello de ChanYeol, quien no tardó en acercarlo un poco más a sí, rodeando sus caderas con fuerza—. La verdad es que ahora mismo solo quiero tocarte, ¿sabes?

—Como si jamás lo hubieras hecho —no tardó en burlarse, disfrutando de los dedos que rozaban su pecho y bajaban hasta su estómago, ignorando por completo a la camiseta que aún llevaba puesta cuando acariciaron su abdomen, causándole más de un escalofrío. Eran tan suaves, y tan ágiles, que no le asombró cuando su torso estuvo completamente desnudo, siendo escrutado por los ojos que lo veían con notable necesidad.

—Tu culo no es suficiente —sonrió de medio lado, usando ambas manos para recorrer el amplio pecho del mayor, llegando hasta aquellos hombros que se veían incluso más anchos que con ropa, majestuosos como cada centímetro de ChanYeol.

—¿Puedo tocar el tuyo? —preguntó de pronto, logrando que los ojos de BaekHyun subieran rápidamente hasta los suyos, olvidando por completo todos los metros de piel que aún le quedaban por conocer.

—¿Puedes dejar de preguntar y solo hacerlo? —soltó con cierta burla, fingiendo esa molestia que en realidad no podía sentir, pues el mayor le parecía una ternura incluso cuando quería follárselo sin piedad alguna.

In your mouth | ChanBaekWhere stories live. Discover now