021. Capítulo veintiuno

827 114 1
                                    

Su mirada paseaba por los distintos rincones de su cuarto, como si no hubiera dormido ahí por los últimos ocho años de su vida. El armario seguía en la misma esquina de siempre, aunque con una puerta abierta –hace poco había sacado su pijama–, y su piano reposaba muy cerca de la cama, en donde llevaba algunas horas recostado boca arriba, replanteándose cada una de sus decisiones.

—¿Sabes qué día es hoy, Baek?

La voz de JongIn se dejó oír apenas abrió la puerta, dando un simple paso que parecía pedir permiso, incluso si sabía que BaekHyun jamás le prohibiría la entrada a su cuarto. Era la única persona que jamás iba a juzgarlo, o a regañarlo, y a veces se sentía increíble poder conversar con JongIn, especialmente si le hablaba con tanta dulzura.

—¿Miércoles de pizza? —bromeó con una media sonrisa, enderezándose lo suficiente para abrazar al chico que ya tomaba asiento junto a él, mirándolo con todo ese cariño que siempre tenía para darle.

—No, es miércoles de ha pasado una semana y todavía no le hablas a ChanYeol.

Entonces estaba YiFan, el único idiota con el que tenía que compartir hasta su comida, quien jamás pedía permiso para entrar en su habitación y, como si fuera poco, simplemente iba a juzgarlo, haciéndole notar todos esos errores que cometía a diario, ¡como si BaekHyun no los notara por sí mismo!

—Sigo enojado contigo —fue su única respuesta, tan fría y distante como la mirada que le dio al extranjero antes de alejarse de JongIn—. ¡No puedo creer que le contaras sobre YiXing!

—No fue tan así —intentó excusarse, haciendo un puchero que pasó desapercibido para BaekHyun.

—Quizás sí metió la pata, pero te juro que no hizo más que mencionar su nombre —intervino el único que no vivía allí, buscando aquellos ojos que ya ni siquiera lo veían a él, pues estaban demasiado aguados como para atreverse a enfrentarlo.

—Pero es mi vida, así que yo decido qué cosas digo, a quién se las digo, y quién mierda es una buena persona para estar junto a mí.

—Pues sería mejor si lo decidieras objetivamente —YiFan murmuró entre dientes, aunque lo suficientemente alto como para que tanto JongIn como BaekHyun lo escucharan, y ambos se voltearon rápidamente hacia él. Su mejor amigo no hacía más que juzgarlo con la mirada, como si no estuviera de acuerdo con ninguna de sus decisiones, mientras que BaekHyun parecía al borde del colapso.

—¿Disculpa?

—Estás jodido, BaekHyun —empezó con molestia, acercándose más al par de muchachos que seguía sentado sobre la cama del bajito—. Acepto que es tu vida, y que tú la tienes que manejar, pero solo te dejaré hacerlo cuando realmente aprendas qué cosas son buenas o malas para ti.

—Eso es subjetivo siempre, YiFan, por donde lo veas —volvió a intervenir JongIn, sin estar del todo conforme con las palabras de su mejor amigo, y es que quizás entendía los temores de BaekHyun, incluso si también conocía a ChanYeol lo suficiente como para poner sus manos al fuego por él.

—Pero ChanYeol es increíble, ¿no? Por donde lo veas —contrapuso YiFan, observando al único idiota que seguía sin entender la simpleza de su oración—. Es respetuoso, inteligente, amable, leal, maduro, se esfuerza por sus objetivos, lucha por sus sueños, ¡lucha por ti!…

—¿Algo más? —interrumpió BaekHyun, alzando una ceja como si realmente no estuviera dispuesto a seguir escuchando los atributos del ausente, los conocía perfectamente, incluso si se negaba a darles importancia.

—Y está enamorado de ti —agregó JongIn, sonriendo con nerviosismo, pues sabía que BaekHyun se enojaría un par de segundos. Los métodos de YiFan no eran los mejores, lo sabía, por lo mismo había llegado al hogar de sus amigos, pero eso no quitaba que tuviera razón en algunas cosas.

—Apenas me conoce.

—¿Apenas te conoce? —el extranjero repitió con frustración, abriendo los ojos—. ¡Hemos sido amigos por años, BaekHyun! ¡No salgas con esas mierdas!

—Ustedes han sido amigos de él —negó de inmediato, intentando esconderse en la única verdad que le quedaba.

—Y amigos tuyos —suspiró JongIn, volteándose lo suficiente para acariciar la suave melena ajena, intentando transmitirle un poco de apoyo al chico que, sabía, se sentía totalmente acorralado—. No quiero entrometerme en tu vida,  Baek, pero nunca he entendido por qué te rehúsas a darle una oportunidad. Sabes que es un chico increíble, ¿no?

—Es divertido molestarlo, supongo —alzó los hombros en respuesta, como restándole importancia, cuando la verdad era que sabía perfectamente que se debía a algo más. Después de todo, se había negado a enamorarse de  ChanYeol desde el primer día en que lo vio, importándole poco la opinión del resto.

—¿Es tan divertido que prefieres eso antes que ser su novio? —inquirió JongIn, alzando las cejas como si la idea lo asombrara, o como si no lo comprendiera, como si buscara una respuesta más elaborada.

—No quiero seguir hablando de esto —murmuró con dificultad, odiando las imágenes que pasaban por su cabeza, una tras otra, los colores oscuros colándose hasta su alma. Olvidar, olvidar, olvidar; se suponía que debía olvidarlo.

—No es bueno que te guardes las cosas, Baekkie —le habló con tanta dulzura como al comienzo, dejando una nueva caricia en su mejilla—. Mucho menos si se trata de sentimientos.

—No es tan fácil.

—Pues será realmente difícil si dejas ir una oportunidad como esta —JongIn insistió una vez más, sin sonar siquiera un poco molesto—. ChanYeol es mi amigo, sí, y lo estoy defendiendo, también es cierto, pero el imbécil te quiere como jamás ha querido a nadie.

—¡No lo dejes ir, BaekHyun! —asintió YiFan, realmente conforme con el último consejo de su mejor amigo.

—Las grandes oportunidades solo se presentan un par de veces en la vida —finalizó con un beso en la frente del bajito y una sonrisa repleta del cariño más sincero, poniéndose de pie una vez que escuchó el suspiro ajeno—. Y no olvides que ChanYeol es humano, y que todo humano se aburre de tanto esperar.

—Tres años no pasan en vano —agregó YiFan, regalándole una mirada juguetona al chico que seguía ignorándolo.

—Adiós, Nini —canturreó BaekHyun, sonriéndole ampliamente al chico que ya estaba bajo el marco de la puerta, todavía sonriéndole—. Gracias por todo.

—¿Y qué hay de mí? —puchereó el extranjero, quien ni siquiera había hecho contacto físico con el menor, y sabía lo que le esperaba, especialmente después de que BaekHyun volviera a verlo con molestia desde su lugar.

—¡Sigo enojado contigo! ¡Ya vete! —advirtió sin más, tomando su cojín para lanzárselo al chico que no tardó en correr junto a JongIn, escondiéndose detrás del único sujeto que podía defenderlo.

Pero su amigo simplemente lanzó una carcajada burlona, recogiendo la almohada que cayó ante sus pies para golpear por sí mismo a YiFan. Todavía no olvidaba que había revelado el único secreto que BaekHyun le pidió que guardara. Podía quererlo con todo su corazón, pero nadie tocaba a sus amigos, ni siquiera ellos mismos.

In your mouth | ChanBaekWhere stories live. Discover now