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𝐌 𝐄 𝐃 𝐄 𝐀

Marzo y abril pasaron más rápido de lo que esperaba.

Reese cumplió tres años, los tráilers ya habían salido al aire y la película estaba lista. Nada más quedaban las entrevistas por el resto del mes hasta que se estrenara el filme.

Estaba emocionada y a la vez muy nerviosa. Sería la primera vez que Sebastian y yo interactuáramos frente a una cámara siendo nosotros mismos. Tras meses conociéndonos, ningún vídeo de nosotros estaba en línea, no sabía cómo, pero lo habíamos logrado.

Sebastian seguía comentando algunas fotos mías, yo también un par suyas, las especulaciones de una relación formal entre ambos no dejaban de aumentar. Muchos fans ansiaban las entrevistas para ver un poco más de nosotros y reunir más contenido para alimentar la ilusión de nuestro noviazgo ficticio.

Los últimos meses se me habían hecho más rápidos principalmente por la compañía de Sebastian. La verdad es que parecía como si realmente fuéramos pareja, pero no éramos más que amigos. Cenábamos juntos por lo menos tres veces a la semana, incluso, en ocasiones fuimos a casa de Vidia para almorzar, a veces con la compañía de mi propia madre.

Ella claro que estaba más que fascinada con Sebastian, y a él no parecía importarle, le seguía la corriente y le conversaba con una gran sonrisa pegada en la cara.

Nada más había pasado entre nosotros, pero a medida que se acercaba la fecha de estreno la tensión entre los dos crecía. Ninguno había hablado del tema tampoco, pero no pareció necesario, sabíamos bien lo que sentía el otro sin necesidad de hacer un movimiento.

Ahora iba de camino a la primera entrevista, Neil había logrado captar el interés de Buzzfeed, aunque siendo sincera, creo que les gustaba más la idea de ser los primeros en grabar a "Medea Vandi y Sebastian Stan; la relación que no sabíamos que necesitábamos", como decían las revistas.

Llevaba puesto un pantalón tipo palazzo negro, ajustado con un cinturón ya que si no se me caía. Parecían los típicos pantalones grandes de abuelo, reí al pensarlo. Lo acompañé con un bralette simple café oscuro y unos tacones altos negros. Había peinado mi cabello en una coleta alta y le añadí un par de joyas de oro a mi atuendo para darle un poco más de color.

Estacioné fuera del edificio y entré siguiendo las indicaciones que me había dado la secretaria.

Cuando entré Sebastian ya había llegado. La sala era muy blanca a excepción del muro del fondo que era gris, las cámaras apuntaban a una pequeña mesa blanca con dos sillas.

—¿Pretendías camuflarte con el fondo? —me burlé de Seb, su suéter era un poco más oscuro que el gris de la pared, aunque le quedaba muy bien.

Todo le quedaba muy bien.

—Calla tú —rió y me miró de arriba a abajo—, no quería camuflarte a ti.

—¿Ah sí?

—No me gustaría opacar a una mujer como tú, pero tendré en cuenta venir a la siguiente entrevista vestido de semáforo.

No alcancé a responder pues un hombre, más joven que yo, nos llamó y nos dio las indicaciones.

Primero indagarían respecto a la película y después haríamos una dinámica entre nosotros dos donde debíamos sentarnos frente a frente y hacernos preguntas entre ambos. Según lo que entendí la idea era no analizar las preguntas y responder con lo primero que se nos viniera a la mente.

La primera ronda fue rápida, nada más que unos diez minutos, aunque nos fue difícil responder dado que las preguntas estaban un poco mal formuladas y daba mucho espacio para dar spoilers. Luego vino la siguiente, el juego.

more than a woman; sebastian stanWhere stories live. Discover now