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𝐒 𝐄 𝐁 𝐀 𝐒 𝐓 𝐈 𝐀 𝐍

Apenas Craig, el director, gritó "corte" me escabullí a mi tráiler.

Irritado me lancé al sillón que había en mi remolque. Por más que me distrajera grabar, parecía que encerrarme en mi propia miseria se había vuelto mi pasatiempo preferido.

Quería alegrarme, estaba en Los Ángeles interpretando a Tommy Lee con Lily James, que era más que talentosa, debería de estar feliz, ¿no?

Me esforzaba por estarlo, pero mi mente insistía en recordar esa última mañana en Grecia. Seguía herido y no importaba donde estaba o lo que estuviera haciendo, su rostro no dejaba de aparecer en mi memoria.

Solté un grito de frustración al abrir mi teléfono y ver la nueva foto de ella con ese otro hombre. Joder, en una se estaban besando, en otra él le estaba sosteniendo la mano. ¿Pero qué cojones?

No lo entendía. ¿Cómo es que siquiera había llegado a conocerle? ¿Cómo es que en tan poco tiempo ya estaba en revistas con otro interés amoroso? Hace tan solo un mes, el que estaba en las revistas con ella era yo.

Me había obsesionado un poco, lo admito. Todo comenzó con los primeros titulares.

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Había asumido que todo era una exageración, se les había visto por la ciudad los últimos días, pero nada realmente sugerente. Pero ya no podía seguir mintiéndome, las nuevas fotos me mostraban la realidad de la situación.

Ella había avanzado y yo no.

Molesto me dispuse a organizar mis cosas para irme al pequeño departamento que tenía en Mulholland Drive. Anthony me había invitado a una pequeña fiesta en su casa, ya que él también se encontraba por la ciudad, intenté evitarlo, pero insistió con que me haría bien.

Realmente no quería ver a nadie.

Unas horas después de ducharme, lamentarme, enfadarme golpeando un cojín, y vestirme, me dirigí a casa de Anthony. Vendría, me quedaría lo suficiente para que sepan que vine, y me iría a escondidas, sin llamar la atención.

—¡Seabass! —exclamó con una amplia sonrisa en cuanto me vio.

—Hey —saludé sin mucha emoción.

Me alegraba de verlo, pero mi mente estaba en otra parte.

—Tienes cara de necesitar un trago —sujetó mi brazo y me llevó entre las demás personas hasta el bar.

Me senté en el taburete acolchado y esperé a que me sirviera un vaso de algo fuerte, me conocía lo suficiente para saber mis gustos.

—¿Cómo están las grabaciones? ¿Lily James es tan bonita como en las fotos?

—Sí.

Rodó los ojos irritado y me pasó un vaso de whisky añejo.

—Tienes un humor de cojones, Seb, alégrate un poco —bebí del vaso de vidrio ignorándole.

Claramente molesto me dijo que intentara integrarme con los demás, y se perdió entre la pequeña multitud de invitados. Suspiré mirando el líquido café un poco transparente, si tan solo sirviera para olvidar todo.

more than a woman; sebastian stanWhere stories live. Discover now