Capítulo 3

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Tania

Nuestro profesor serio y estricto termina de hacernos el recorrido de la entrada hasta la clase que tendremos este año y dicho esto reparte los sitios en las sillas y en las camas por orden de lista. Algunos acatan la norma sin problemas o quejas supongo que para así no enfrentar al sexy y serio de nuestro profesor, pero otros sin embargo empiezan a quejarse, pero el profesor no tiene pensado mantenerse en silencio.

-Quiero silencio y que os pongáis en los sitios que he dicho. Aquí no venís a hacer amigos ni a pasarlo bien, aquí venís a aprender contenidos que os ayudarán en la vida adulta.

-¿Y entonces para qué venimos de internos?

-Porque a lo mejor su madre está cansada de lidiar con un adolescente rebelde que le gusta buscar los tres pies al gato. Ahora quiero silencio, que os pongáis en los sitios y que leáis las normas que voy a repartir.

Comparto una mirada con Cora y sé que ella no tendrá ningún problema en acatar las normas de este profesor como si fueran amo y sumisa, eso me gustaría serlo a mí. ¡No! Meneo la cabeza de un lado a otro intentando expulsar esos pensamientos ahora mismo. Aunque necesito en estos momentos que alguien me preste lejía porque mis pensamientos ya han tenido el lujo de apoderarse de mí y si al menos fuesen limpios y puros... El profesor debe darse cuenta que estoy más allá de leyendo las normas de clase que acaba de poner encima de mi mesa puesto que me llama la atención.

-Tania, ahora mismo debe leer las normas, no pensar en ningún chico que ocupe su cabeza.

Asiento, cojo el papel para empezar a leer las normas, pero mi mente se distrae en unos segundos recordándome que en la forma en la que he asentido sin hablar y he cogido las normas es muy sumiso por mi parte y que por la forma de haberme mandado él ya es muy amo de su parte. ¿Tendrá un látigo como Grey para castigar por todas esas sanciones? Empezar a leer las normas es lo más saludable para mí ahora mismo. Echo un vistazo a Cora y a la nueva las cuales están hablando algo por señas, claro que han caído una detrás de la otra por la inicial del apellido. 

El resto de compañeros que hay en la clase son alumnos que el año pasado estaban en otras clases, por lo tanto para la mayoría somos desconocidos todos y nada más tenemos a una persona o a dos que conocemos, en mi caso a dos y contando a la nueva que no tardará en entrar al grupo por Cora ya serían tres. 

Miro la clase desolada echando de menos las risas de Hugo y Mateo al fondo de la clase, este año que a nivel mental y emocional es el más duro este es el año que más en falta los echo a los dos. Ellos y yo hemos sido durante años amigos y prácticamente inseparables y que nos separen ahora no es plato de buen gusto. Antes cuando Vera nos ha preguntado que si nos conocíamos es claro que nos conocemos, que somos amigos, algunos más que otros, pero que también somos muy diferentes. Cris siempre ha sido más de hacer deporte, de cuidarse, de cuerpo sano, mente sana, de llevar siempre colores vivos y ser positiva. Mateo siempre se ha desvivido y siempre lo hemos descifrado con música, toca el piano desde pequeño, la mayor parte del tiempo lleva una pequeña mochila vieja (que sin duda se confundiría con el bolso de un pastor) en la que tiene hojas de pentagramas, lápiz, goma y sacapuntas. Hugo siempre ha sido cerrado, de vestir con ropa poco llamativa, de ir a sus pensamientos como si el mundo no le importase y Cora siempre ha sido su cable de conexión con el mundo exterior. Leo siempre lleva consigo un bloc de dibujo, lápiz, goma y sacapuntas, sus dibujos siempre son en un lugar real, pero no es la típica que dibuja fruta u ovillos de lana, ella va a una casa y si por ejemplo le gusta dibujar la entrada a esa casa se pondrá a dibujarla. Ángela vive y se desvive por la ciencia, casi todos los meses trae a las clases de física y química, biología y geología o geografía e historia un artículo que valga la pena escuchar y que se merezca ese sitio en la clase, a su vez aprovecha las clases de lengua para escribir ella sus propios artículos y su propia tesis. Cora sin embargo siempre ha sido muy distinta a todos nosotros, ella es bastante creativa en casi todos los aspectos, de hecho ella siempre ha sido de hacer trabajos, exponerlos, jugar con el factor sorpresa, ser ella misma y como quiere verse a los demás y no como el mundo quiere o quiera verla. De Vera no sé mucho más que su nombre. Y de mí no hay mucho que contar excepto que soy muy observadora, curiosa y cotilla, casi siempre tengo algo que ver y que necesita mi atención. 

Quito la mirada de la ventana ya que tenía la vista fija allí y al bajar la mirada a la mesa veo unas manos con las venas marcadas. El profesor. Efectivamente, al levantar la vista veo su semblante serio.

-Tania, le he llamado tres veces la atención. ¿Se encuentra bien?

-Sí. -asiento ligeramente. -¿Ocurre algo?

-Sí, -me responde serio. -Que tiene que rellenar ese cuestionario y el resto de la clase ya lo ha rellenado. Supongo que no has estado pendiente a nada de lo que he dicho.

-Supone usted bien- Cora me da una mirada fría que me hace bajar la cabeza. -Perdón, hoy no tengo un buen día.

-En ese caso lo único que debe hacer es prestar atención para que no vaya a peor su día. Y si es que le parece bonito mirar las musarañas pues también puede irse al pasillo a mirarlas, que seguro hay más que en esta clase.

Me levanto de la silla apoyando mis manos en la mesa y mirándolo fijamente a los ojos. La mirada de Cora pasa por mi efecto me la suda todo y decido hablar antes de poder tener otro reproche más.

......Shhhhhh, habrá que esperar......

El Instituto. Where stories live. Discover now