Capítulo 29.

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Ángela.

Por primera vez en cierto tiempo estamos Leo y yo solas. Se me hace raro decirlo, anque estamos en silencio no es una sensación desagradable, todo lo contrario es como si todo este silencio nos fuese más que necesario para dejarnos claras las cosas.

—Ángela, quiero ser sincera contigo.
—Yo también.
—Lo del vestuario fue maravilloso, no lo puedo negar, pero tampoco sé qué me pasó.

Y esto es lo peor de todo, sin duda alguna Leo me está diciendo que lo único que le pasó fue algo tan simple como un calentón y yo lo primero que ella tenía a mano.
El silencio vuelve de nuevo a nosotras como si tuviéramos que seguir pensando todavía un poco más en todo lo que pasó, en nosotras y en una misma.

Estamos sentadas en un banco del jardín, recibiendo la fría brisa de la tarde y la calma que hay. El cielo tiene esos tonos naranjas que indican que el sol se va a poner en pocos minutos, la copa de los árboles reciben el viento con valentía y las farolas que hay distribuidas por el jardín se encienden en eso tono anaranjado dando poca luz todavía.

—Supongo que esto es un paisaje perfecto.
—Lo es. —Habla mirando el césped que hay en algunas zonas los caminos que hay para no pisar el césped—. Y en el caso que no sea un paisaje perfecto sí son unas vistas maravillosas.
—El cielo da un toque maravilloso.
—Tenemos suerte, vivimos en un reino que tiene muy buenas vistas y muy buena vegetación.
—Siempre imaginé aquí mi primer beso. —Confieso yo esta vez y ella me mira—. Algo muy romántico y muy cute, lo sé, pero sería el beso de mis sueños.
—¿Con quién lo imaginas? —No pasa desapercibido el tono curioso en su voz, pero no me molesta que lo pregunte—. Quiero decir... ¿cómo lo imaginas?
—¿Cómo o con quién lo imagino?
—Ambas. —Aparta la mirada y lame sus labios nerviosa—. Es decir, Dios creo que mejor me callo.
—¿Estás nerviosa, Leo?
Se muerde el labio ligeramente y sigue con la cabeza baja—. Sí.
—¿Sí qué?
—Sí estoy nerviosa. —Confiesa y vuelve a mirarme a los ojos cuyos tienen un brillo en el que puedo identificar miedo por mi reacción—. Lo siento, no debí mostrarme tan cotilla.
—No te molestes, no me importa en lo absoluto. Y ahora, procederé a responder a todas tus preguntas para que obtengas todas tus respuestas.
—Me parece bien.
—No esperaba menos. Pues esperaba mi primer beso con una persona y no con un alienígena de 2 cabezas y 6 ojos. También esperaba un beso apasionado, lleno de sentimientos, de emociones, de cariño, de amor puro bajo este bonito paisaje.
—Creo que nunca he visto un beso así, ni siquiera en las películas, nada más que en los libros que Cora lee.
—Ni siquiera los libros son reales. —Pongo un mechón de su pelo detrás de su oreja—. Quizá ellos sean los primeros culpables en hacernos soñar
—E imaginar. —resopla y da una lamida rapida a sus labios—. Pero no me quejo.
—Los libros tienen buenas escenas.
—Los de sexo sobre todo.
Reímos las dos y vuelve ese silencio a nosotras. Miramos el cielo, el jardín, el camino, las paredes anaranjadas, el atardecer, las nubes y todo parece ir bien hasta que olvidamos mantener el espacio entre nosotras, nos miramos a los ojos, esa conexión nerviosa que nos recorre como si fuésemos conexión wifi.
—Ángela, creo que voy a besarte.
Me avisa y aún tenerla cerca la escucho lejos y flojo—. Hazlo, bésame.
Tan rápido como lo pido tan rápido ocurre. Nuestros labios chocan. Los suyos suaves y cálidos, levemente hinchados, rojos, perfectos se juntan en sincronía con los míos. Si había antes poco espacio entre nosotras ahora hay menos. Mis manos se mueven inconscientemente hasta sus caderas para seguido apretarlas ligeramente con mis pulgares y seguir basándonos. Leo pasa a un segundo nivel, se sienta encima mía con sus piernas a cada lado de las mías y muerde ligeramente mi labio para abrirse paso en mi boca. Paso aceptado. Seguimos moviendo nuestras bocas y lenguas en sincronía. Mis manos ahora de sus caderas van a sus cachetes. Sus manos van de mi cuello a mi hombro y de mi hombro a mi cuello para seguido ponerla en la mejilla. Decir que seguramente tengamos los ojos de más de uno sobre nosotras se queda corto, pero entonces pasa y me doy cuenta que estamos a la luz de alumnos, de profesores y demás a lo que finalizo el beso.
—¿Qué tal tu beso imaginado?
—Mucho mejor que el de la imaginación.
—¿La persona ha cumplido tus expectativas de no ser un alienígena?
—Creo que no eres un alienígena, no sé,no te veo 2 cabezas y 6 ojos.
—Cuando me miro al espejo yo tampoco los veo.
—Entonces mi beso imaginado es con una persona que no es alienígena y que tiene buen culo. —La azoto y veo en su rostro que parece sorprendida—. No quería incomodarte.
—Para nada me incomodas.
—¿De verdad?
—Sí, de hecho, deberíamos ir a un baño. —Me susurra y por supuesto entiendo la referencia—. Creo que me aparece besar otras partes de tu cuerpo.
—Leo, estás jugando con fuego.
—Sí y no me importa quemarme.

   Ahora que ya sabemos que el beso de Ángela ha sido tal cual lo imaginaba e incluso mejor, habrá que ver si estas dos chicas juegan con fuego y se divierten o si hay algún otro inconveniente y acaban ardiendo las dos. Por ahora lo han sabido manejar, pero después de este beso a la intemperie no sabemos cómo manejarán el fuego, sus sentimientos y su forma de ser delante de los demás.
Feliz año y feliz fin de semana ♡♡

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⏰ Terakhir diperbarui: Jan 08, 2022 ⏰

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