17. 4 de julio

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Yue se despierta un poco ansiosa: el día ha llegado. En la fiesta, tendrá que encontrar la manera de colarse en la casa del Ruso y ver si puede localizar las pinturas robadas o cualquier otra información que les dé pistas para la investigación.

Dylan se da cuenta de lo nerviosa que está y aconseja desayunar en la habitación para evitar miradas indiscretas. Después, trata de tranquilizarla.

"Incluso si te atrapan, hazte la borracha y menciona mi nombre. Nadie en la fiesta querrá lidiar con mi padre", garantiza él.

"¡Tu padre ni siquiera me conoce! ¿Por qué me defendería?"

"No lo entiendes, ¿verdad?"

No, Yue no comprende por qué el padre de Dylan se preocuparía por ella. Completó el entrenamiento del FBI, pero todavía está aprendiendo sobre el mundo criminal y cómo funciona.

Dylan continúa: "Todo es una cuestión de orgullo y demostración de poder. Si mi padre no busca venganza por cualquier cosa que le pueda pasar a sus hijos o a sus mujeres, la gente pensará que es débil. Y mi padre no es débil en absoluto. Se librará de quien sea que se meta con su familia. Esa es la única manera de conseguir respeto en este círculo", termina y baja la mirada abatida.

Yue, que ha estado paseando agitadamente por la habitación, se detiene ante sus palabras y su tono y lo mira. Por ser empática y de buena intuición, siente lo que él está sintiendo, ese miedo, esa angustia que reina en el entorno en el que creció. Esa es la razón detrás de su comportamiento hipocondríaco, por eso siempre le decía a César que lo iban a exterminar cuando empezó a trabajar para el FBI.

Afortunadamente, Dylan está ahora más tranquilo y en paz. Nunca antes se había sentido así, a pesar de que su madre hizo todo lo posible para protegerlo.

Yue se sienta a su lado en la cama y le toma la mano que está descansando sobre su pierna. "Lamento que hayas tenido que crecer así. Debe haber sido difícil".

Dylan entrelaza su mano y la aprieta, luego se la lleva a la boca y la besa. Una vez más, Yue siente la electricidad que viaja desde su mano a través de sus venas y recorre todo su cuerpo. No puede evitarlo.

"Tampoco tú tuviste una crianza normal con tus exigentes padres..." le dice y acaricia su mejilla con la otra mano, mirándola intensamente a los ojos.

"Al menos sabía que no lo decían en serio cuando mencionaban que querían matarme..." ella bromea para aligerar el ambiente y ambos se ríen.

Permanecen allí por uno o dos minutos, perdidos en los ojos del otro, con Dylan haciendo círculos en el pómulo de Yue con el pulgar. ¿Cómo tuvieron tanta suerte de encontrarse?

El momento es interrumpido por un teléfono que suena. César está llamando a Yue para darle algunas recomendaciones sobre la casa del Ruso y les explica que Darren ha compartido planos e imágenes satelitales que Yue puede ver en la computadora portátil que trajeron.

Su primera infiltración. Para eso se entrenó y está lista, eso espera.

En la playa

En la playa

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Amor criminalWhere stories live. Discover now