31. El amor deja marcas

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Martes por la mañana

Dylan comienza a despertar y la dichosa sensación de estar acurrucado en la cama con Yue le envía una sacudida por la espalda. Sin siquiera abrir los ojos, le hociquea la nuca y le da muchos besos diminutos en el pelo, el cuello y los hombros.

Hueles tan bien, dulzura... ¿Cómo voy a dormir sin ti esta noche?

Se ocupará de ello cuando llegue el momento. Mientras tanto, va a disfrutar de esta deliciosa galleta por última vez antes de volver a la realidad.

El fin de semana largo fue un ciclo interminable de pinturas, pero nada fuera de lo común, porque es el comienzo de su relación y Yue no tiene mucha experiencia, por lo que Dylan lo mantuvo básico y sencillo. El próximo fin de semana, sin embargo, desea explorar y ser más aventurero. Simplemente no puede esperar a la segunda ronda de la luna de miel.

La tormenta afuera ha amainado y durante la noche volvió la luz y se restableció el servicio de agua, lo cual es bueno porque el líquido vital que quedaba no era suficiente para lavar sus cuerpos una vez más. El domingo y el lunes por la mañana, Dylan solo pudo darle a Yue un baño con esponja porque requiere menos agua, aunque no fue tan malo después de todo limpiarle el cuerpo con devoción porque condujo a más pinturas, obviamente.

Son las 6 de la mañana y Yue no da señales de despertarse, pero Dylan ha entendido que cuando la noche es excepcionalmente extenuante, le resulta difícil levantarse. Ella le aguanta el ritmo hasta el final y luego cae en picada en la cama, completamente agotada. Cielos, es tan excitante verla así de exhausta. Sin embargo, esa también es la razón por la que Dylan opina que es mejor para Yue si de lunes a viernes se alojan en sus propios apartamentos, de forma independiente. Él está seguro de que no sería capaz de controlarse a sí mismo porque tenerla a su lado en la cama y dejarla dormir simplemente es una tarea irrealizable. Y por las mañanas también, de seguro anhelaría pintarla, pero Yue está acostumbrada a ir a trotar; no debería interferir con su rutina, no sería justo.

"Buenos días, galletita", susurra Dylan. Su nariz toma una respiración profunda e inhala el aroma de su cabello y piel, que es dulce y floral. ¿Por qué eres tan irresistible?

Yue gruñe en protesta como un adorable cachorro enojado que no asustaría ni a una mosca.

"Eres tan linda cuando haces eso, me hace desearte aún más". No tengo remedio y tú has quedado atrapada en el medio.

Dylan acerca a Yue hasta que puede sentir todo su cuerpo blandito presionado contra el suyo. No logra sobrellevar tanto calorcito y suavidad, por lo que comienza a vagar con la mano por su figura femenina. Empieza en su rodilla, donde hace círculos lentos hasta que Yue jadea y él se complace de escuchar que, aun dormida, se derrite cuando la toca. Luego, la mano sube por su muslo y permanece en su hermoso trasero durante un rato.

"Me encanta tu colita..." susurra y acaricia la zona con cariño, disfrutando de su forma. "Eres muy atractiva..."

El pulso de Yue ha comenzado a acelerarse, y la condición solo se agrava cuando la mano de Dylan continúa hacia su vientre, donde la roza arriba y abajo como con pinceladas, rascándola deliciosamente con sus uñas cortas. Yue ama que haga eso y él lo sabe, pues le causa escalofríos de la cabeza hasta los pies.

El viaje continúa por su flanco hasta que la mano choca contra el tentador montículo. Allí, gira suavemente por ambos montículos, uno y luego el otro varias veces, sintiendo la piel tersa y las diferentes texturas, haciendo que las coronas cobren vida con su fervor e interés. Pellizca esas vivaces cimas y Yue suspira, con su núcleo que palpita cada vez más.

Dylan la ha despertado con éxito gracias a su tratamiento, y no solo del sueño.

En respuesta a la preparación meticulosa y prolongada que ha estado llevando a cabo en el lienzo, el cuerpo de Yue le da una señal de su buena disposición: sus rodillas dobladas se separan. Su pierna izquierda se eleva y se engancha alrededor del cuerpo de Dylan, desplegándose para dar la bienvenida a el arte que intuye ocurrirá pronto.

Amor criminalWhere stories live. Discover now