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—Ayer me acosté con dos chicos diferentes.

Levanto la mirada sorprendida.

—¿En serio?

—No, solo me aseguraba de que me estabas escuchando.

—Lo siento, Ivy. Mi cabeza no esta muy centrada hoy.

—Ya veo ya—apoya los codos en la mesa y sostiene su cara con las palmas de sus manos—¿Ha pasado algo?

¿Que si ha pasado algo? Todo ha pasado.

Miro a nuestro alrededor para asegurarme que las mesas a nuestro lado de la cafetería estan lo suficientemente alejadas como para escucharnos.

—Ayer discutí con Alec.

Ivy no parece esperarse esa respuesta. Abre los ojos emocionada y esboza una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Vas a hablarme por fin de Alec? Cuenta el chisme, amiga. Llevo mucho tiempo esperando por esto.

No puedo evitar sonreir.

—Es un poco largo.

—Las mejores historias siempre son largas.

—Uf, vale. El caso es que ayer se comportó de manera muy rara. Me ayudó con una cosa que necesitaba y fue agradable, puede que incluso más de lo normal—evito mencionar lo del trabajo que me consiguió, no es algo de lo que quiera hablar y tampoco sé si Alec quiere que vaya contando parte de su vida privada.

Ivy no dice nada pero me mira fijamente esperando que siga.

—¿Recuerdas que mencioné como de vez en cuando me enseñaba defensa personal?—asiente con la cabeza—Vale, la idea principal era ir seguidos al gimnasio y entrenar. Pero de un momento para otro estaba muy borde, casi parecía que lo estaba molestando. Le dije que si quería podía irme, me llamó pesada, me enfadé y me fui.

Ivy tarda unos segundo en responder pero su reacción no es la que esperaba. De hecho, sonríe de oreja a oreja.

—Pareceis un matrimonio viejo.

—¿Eso es bueno?

No sé si debo de sentirme ofendida. Por la sonrisa petulante de Ivy diría que no es algo tan malo. Por lo menos para ella.

—De todas maneras, ¿recuerdas si hubo algún detonante?

—¿De la discusión? Ya te lo he dicho.

Niega con la cabeza.

—¿De su mal humor?

Intento rememorar el momento exacto en el que cambió la actitud de Alec. Fue cuando lo estaba esperando y salía de hablar con su padre.

—Justo después de hablar con su padre. Cuando interrumpió la conversación entre Parker y yo ya se encontraba enfadado.

Ivy detiene el vaso que estaba dirigiendo a su boca para mirarme con una sonrisa.

—Espera, espera, espeeeeera. ¿Quién es Parker?

—Es el novio de Hazel, mi vecina, la conociste cuando viniste a mi casa—explico.

Ella parece estar maquinando algo.

—Tengo una teoría—exclama.

—Adelante.

—¿Hay alguna posibilidad de que Alec estuviera celoso?

Celoso.

Hmmmmmmm.

No me imagino a Alec celoso. Siempre parece tan impasible y ajeno a los demás que no es un sentimiento que relacionarías con él.

—No lo sé... Es verdad que nos encontró a Parker y a mí solos y fue entonces cuando su humor cambió. Pero también pudieron ser otras mil razones diferentes.

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