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—¿Vas a salir?—pregunta mi abuela.

Termino de atarme los botones de la chaqueta.

—Sí, volveré dentro de tres horas aproximadamente.

—Vale, puedes volver a la hora que quieras siempre que avises. Tus padres han salido de viaje por unos días.

No me sorprende. Mis padres tienen la costumbre de salir de viaje por trabajo en cualquier momento sin avisar ni nada.

—Gracias, abuela. Ten un buen día.

Ella sonríe.

—Y tanto que lo tendré. Pásalo bien.

Sonrío viéndola ir a arreglarse y agarro mis llaves para salir de casa. No le he contado a nadie, salvo a Emma, que estoy a nada de empezar a trabajar. Sé que a mis padres no les haría gracia e incluso me lo podrían prohibir. Además, mi abuela me ve todavía demasiado joven para trabajar, y no sabe nada de las condiciones de Aideen.

Escucho el claxon de un coche justo cuando termino de cerrar la puerta. Alec me espera frente a mi casa en un todoterreno y abre la puerta del copiloto desde dentro para que pueda entrar.

—Bonito coche—digo nada más entrar, cerrando la puerta.

Alec me mira de reojo mientras me ve intentando, sin mucho exito, peinar mi pelo con los dedos.

—Es de Ben.

—Me gusta, es más espacioso que el tuyo. ¿Vamos de camino al restaurante?

—Sí, solo está a 5 minutos.

—Genial—tamborileo con mi dedo en mi pierna—Estoy un poco nerviosa, ¿puedo hablarte del último libro que he leído y así distraer mis pensamientos?—pregunto después de unos minutos en silencio.

Alec asiente con la cabeza.

—Vale, ayer terminé el libro del que te hablé. El del soldado de la segunda guerra mundial. Me gustó mucho más de lo esperado, tiene bastante acción y el escritor incluyó algo de romance en la trama. El final fue totalmente inesperado... pero no te quiero hacer ningún spoiler por si algún día lo lees.

—No te preocupes, no creo que lo lea.

—¿Por qué no? Te lo puedo dejar si quieres—me encojo de hombros—Tengo todavía 2 meses dentro del límite para devolverlo a la biblioteca.

Alec abre los ojos y levanta las cejas echando una rápida mirada a los asiento traseros.

—¿Qué pasa?—pregunto confusa.

—¿Puedes pasarme la bolsa roja que hay detrás?—pregunta volviendo a lanzar una mirada a su espalda.

Me inclino y tanteo con la mano hasta dar con las tiras de la bolsa. La levanto con una sola mano y la dejo en mi regazo. La bolsa es pequeña pero pesa bastante.

—¿Qué quieres que haga con esto?

—Saca lo que hay dentro.

Hago lo que me pide y abro la bolsa luciendo confundida. Saco con cuidado los dos libros que hay dentro y leo los titulos que aparecen en la portada.

—¿Orgullo y prejuicio y Cumbres Borrascosas?

Alec me mira de reojo. Separa una de sus manos del volante y lo lleva a su pelo para despeinarselo.

—Son para ti.

Alterno mi mirada de los libros a él un par de veces. Creo que estoy cortocircuitando.

—¿Cómo que para mi?

Pone los ojos en blanco.

—Ya te dije que no me gusta el romance. Encontré estos libros en mi casa y estaban solamente de adorno. Pensé en ti y sospecho que te gustaran.

Somos historiaWhere stories live. Discover now