18

2.7K 228 479
                                    

Notas de autora: No estáis preparados para lo que se viene.

—¿Estás nerviosa?

—No.

—Yo sí.

—Lo he podido deducir.

Ivy se retoca el pelo por décima vez en los últimos cinco minutos.

—Si sigues tocando tu pelo, lo acabarás engrasando.

Ella deja caer sus manos pero suelta un suspiro lastimero.

—Necesito mantener mis manos distraídas con algo, cuando estoy nerviosa no puedo estar quieta.

Corroborando sus palabras, empieza a caminar de un lado para otro en el mismo lugar.

Estamos en el aparcamiento de una pista de patinaje, idea de Ivy, por supuesto. Me hubiera encantado ver la cara de Alec cuando le mande el mensaje para informarle de ello.

Algo que me sorprende aún más de que Ben aceptara esta curiosa cita es que Alec no se ha echado atrás.

No tenía todas conmigo cuando aceptó y aún menos cuando Ivy me contó su plan de la tarde. Pero él no ha cancelado en ningún momento, ni ha puesto una patética excusa que, honestamente, hubiera entendido.

—¿No deberían estar ya aquí?—pregunta Ivy, mirando la hora en su teléfono. Imito su gesto y enciendo la pantalla de mi celular para ver la hora.

—Todavía quedan cinco minutos para que sea la hora acordada. Hemos llegado muy pronto.

—Pues ha sido una mala idea, no puedo dejar de imaginarme miles de escenarios posibles sobre el momento de saludar. ¿Qué hago? Darle un beso sería muy atrevido, ¿verdad?

—Para nada. Luego puedes ponerte sobre una rodilla y proclamar tu amor devoto a los cuatro vientos.

Ella pone los ojos en blanco.

—Me ha quedado claro, nada de besos.

—Puedes darle un abrazo o dos besos. Déjate guiar un poco por sus intenciones, tampoco sabemos en que humor viene.

—¿Puedes ser tú la primera en saludar?—la pobre parece a punto de sufrir un ataque de nervios.

—Sí—una rafaga de viento hace que me encoja, intentando buscar más calor—¿Pueden llegar ya? Hace tiempo que he dejado de sentir mis manos por el frío.

—Yo no siento ninguna parte de mi cuerpo.

Ivy detiene de golpe su caminata para quedarse estática.

—Ahí vienen—susurra.

Sigo su mirada y, efectivamente, Alec y Ben vienen caminando en nuestra dirección. No conversan entre ellos pero el segundo tiene una sonrisa relajada en la cara.

Alec no, él mantiene su habitual ceño fruncido.

—Hola chicos—saludo primero, sabiendo que Ivy no lo va a hacer.

Ben se acerca para darme un abrazo corto y cuando me separo quedo justo frente a Alec. Él y yo nunca nos saludamos con un abrazo pero en esta situación parece poco adecuado no hacerlo.

Me acerco a él y me pongo de puntillas para rodear su cuello con mis brazos. Él, sorprendentemente, envuelve de inmediato mi cintura con uno de sus brazos, cerrando el abrazo.

Separo mis brazos cuando siento que llevamos abrazados demasiado tiempo y Alec deja que me aleje de él. Puedo distinguir de reojo como Ben esboza una sonrisa de lado.

Somos historiaWhere stories live. Discover now