Encadenada al Alpha

Capitulo 31

| Missy |

Veo cómo Emiliano se estabiliza luego de estar convulsionándose y sacando espuma por la boca, está muy grave incluso más que Rowena, si a Abril se le ocurre acostarse con alguien más ahí si lo perdemos.

—¿Le dijiste que no dejara que Abril se acostara con otro chico? —pregunto al ver a Evelio entrar a la sala de emergencias, este me mira culpable.

—No pero aceptó y seguro en estos momentos se está moviendo, al menos ya está estable —comenta pero el doctor niega.

—Pudimos estabilizarlo simplemente porque le inyectamos purgante de caballo y está tranquilo ahora pero el riego es el mismo si no traen a la luna de vuelta, el Alpha morirá.

—Debe mantenerlo con vida hasta que encontremos a esa persona que la luna tanto anhela, deben mantenerlo con vida —responde mi amor saliendo preocupado de la sala.

—Amor —lo sigo afuera viendo cómo se jala el cabello frustrado, lo envuelvo en mis brazos dándole un abrazo.

—¿Como es posible que vayamos a perder a Rowena y a Emiliano en un solo día? Nunca debí aceptar dejar a Abril ir a esa casa, fue como Alicia la encontró y ahora ellos están muriendo, por mi culpa —solloza en mi hombro abrazándome con fuerza

—Amor no llores, no es culpa de nadie y ellos no morirán ¿Crees que me reencontré con mis hijos para verlos morir? Sobre mi cadaver, yo no asesine a mi otro mate para ver morir a mis hijos o ver sufrir a mi esposo, todo estará bien amor mío, traeremos a Abril, también a Lidia y a Alicia, aunque no les guste aquí se quedan —aclaró sabiendo que haría todo lo posible para hacer eso.

—Pero ella solo me odiará más.

—Ella te adora, tal vez a mi me odia por ofrecer a Elizabeth, a Rowena y a Sara para casarse con Emiliano pero ya sabes hay que hacerles creer a los gorilas que estamos de su lado —acaricio su espalda intentando calmarlo, las personas nos miran pero no dicen nada.

—Seguro no me hablará más.

—Vamos mi amor, todo el mundo te adora, ella lo dijo eres un gran hombre, un gran padre y un gran amigo, seguro te agradece desde el alma que hayas sido buena con ella, todo estará bien —deposito un beso en su mejilla.

—¿De verdad?

—Claro que si amor ¿Cuando te he mentido?

—Nunca.

—Exacto así que vamos a limpiarnos estas lágrimas —limpio sus lágrimas sonriéndole—. Y ve adentro mientras hago una llamada, con todo esto nos hemos olvidado de Abner pero seguro que la suegra lo pasa de maravilla con Abner.

—Si está muy feliz de tener un nieto, salúdala por mi.

—Claro amor, no te preocupes, quédate al lado de Emiliano.

El asiente dejando un beso en mi frente para luego entrar a la habitación de Emiliano que ahora es la sala de emergencia porque nunca sale de ahí, no mejora, solo empeora más, camino hacia la cafetería sentándome en un lugar alejado para que nadie me vea.