Capitulo 12

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| Emiliano |

La puerta se abre mostrando a una Abril cansada, después de escuchar todas sus quejas sobre mi mientras ordenaba y colocaba en orden alfabético los papeles me sentí mal, Renzo ahuyaba de dolor por sus palabras. Creo que no me he sentido tan mal luego de lo que escuché, en toda mi vida no me he sentido más mal que ahora.

—Ya termine señor ¿Algo más? 

—Nada Abril, siéntate, pronto bajaremos a almorzar —le aviso siendo amable, esta asiente encaminandose al sofa.

—Está bien señor.

—¿Que deseas comer? —pregunto esperando que tuviera una opcion asi mejorara su humor, me siento mal por todo lo que dijo, quiero ser algo buena con ella solo por esta vez.

—No pensé que importara señor —contesta algo borde sin mirarme a los ojos asi que simplemente volteo a ver nuevamente a la lista de empleados que debo mandar dinero por su servicio en la empresa.

—Vamos, dime antes de que me arrepienta —le insisto marcando a los que ya les he enviado lo que corresponde, me volteo a verla viendo como se incomoda un poco por mi mirada.

—Quisiera comer camarones con arroz y habichuelas negras.

—Bueno entonces iremos a comer eso, solo dame un segundo y termino esto —ella oculta su sonrisa al escucharme decir eso. Al menos podía compensarla por todo el trabajo que había hecho, no debí haberla dejado hecho eso sola pero nuevamente los celos me consumieron. La puerta se abre nuevamente pero está vez es mi secretaria quien interrumpe, lleva unos papeles en las manos los cuales me entrega luego de sentarse en mi regazo.

—Hoy no hay mucho por hacer aquí guapo así que podremos salir a divertirnos después —anuncia robandome un beso, mi mirada instintivamente va hacia Abril quien nos miró sorprendida para después tomar una revista de la mesa en frente de ella.

—¿No piensas decir nada?

—¿Que quiere que le diga señor? ¿Quiere que le diga buen provecho? Entonces buen provecho señor, esperaré afuera —declara levantandose de su asiento y dirigiendose a la salida.

—No irás a ninguna parte, lárgate Rosa—ordeno mirando serio a la chica que ahora se encuentra sobre mis piernas, Abril se vuelve a sentar donde estaba y yo ruedo los ojos.

—Soy Beatriz —afirma media molesta.

—Como si me importara

>> ¿Ya viste que no le importa? No le importa si alguien está tomando lo suyo en su frente <<

A mi también me duele pero no es como si le dieras motivos para que le importe.

>> Deja de justificarla <<

Solo digo la verdad.

Ruedo los ojos y veo cómo Rosa se marcha dejándonos solos, ella aún seguía viendo la revista donde yo aparecía con Isabella.

Eres pésimo con los nombres te acaba de decir que se llama Beatriz no Rosa.

>> Y yo le dije que no me importa, el único nombre que debería importarte recordar es el de Abril <<

Encadenada al AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora