Capitulo 37

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| Abril |

La puerta se abre de repente haciendo que me sobresaltara pues estaba en el baño desnuda aunque la espuma y burbujas me cubrían, ahí estaba Emiliano despojándose de su ropa y su bóxer mientras yo solo observaba sorprendida, su miembro era justo como en el sueño, esa cosa me partirá en dos, desvío la mirada hacia la pared como si no estuviera ahí pero este se sentó delante de mi.

—Tenias razón, fui grosero pero es porque me han malcriado toda mi vida —reconoce mirándome fijamente.

—Supongo que si, tampoco te enseñaron a tocar ahora que me doy cuenta y seguramente no te enseñaron a no meterte en baños de otros —clarifico tomando la espoja más cercana—. Pero ya que estás aquí, talla mi espalda —le extiendo la esponja para luego darme la vuelta.

—Tentador —toma la esponja comenzando a pásala lentamente por mi espalda—. Tú realmente me pones a hacer cosas que nunca he hecho en mi vida —ríe mientras que yo lo ignoro—. Pero por eso dicen que no hay un rey sin su reina.

—Mm... yo nunca dije que acepto ser tú reina, solo estoy viendo a ver cómo está todo y si en serio vas a cambiar —digo causando que esté se acercara más a mi.

—Ya lo se, solo estaba molesto porque habías estado con cientos de hombres antes que yo —admite dejando suave besos en mi cuello.

—¿Y tú no? ¿Acaso no haz estado con cientos de mujeres? No te hagas el inocente Emiliano —declaró sin sentir nada por todos los besos que deja regados en mi cuello y mi hombro.

—No me hago el inocente pues ya se que es verdad pero yo siento cuando me engañas y es miles de veces peor que si te vas a Nueva Zelanda, tú tal vez no lo sientas pero lo sentirás cuando te marque —comunica haciendo que me aparte de el.

—¿Me vas a golpear otra vez? —pregunto sería haciendo que este negara algo triste.

—Marcarte significa que todos verán que eres mia, así como el tatuaje que tiene Paula en el cuello, no es un tatuaje, es la marca de Robert, cuando te marque podrás escuchar mis pensamientos al igual que yo los tuyos bueno ya lo hago, también podrás sentir lo que yo siento y viceversa, si alguien te lastima tienes muy pocas posibilidades de morir también pues al marcarte te convertiré en loba también así no mueres tan fácil —explica haciendo que yo negara—. ¿Que pasa? ¿No quieres ser loba?

—Obvio no, todas las historias que he leído dicen que duele mucho y más la mordida, que hasta te mata además no me interesa convertirme en una mujer toda peluda con garras y colmillos —mencionó poniendo cara de asco.

—No serás una mujer peluda, serás un lobo, así un lobo normal y si duele cuando te transformas pero solo la primera vez además yo estaré ahí y no será tanto el dolor, sobre la mordida tampoco dolerá pues para marcarte debemos primero hacer el amor —clarifica.

—Claro una muy buena razón para llevarme a la cama —esclarezco haciendo que esté rodara los ojos—. Solo bromeo, se que si acepto todo esto significa que tendré que reinar a tu lado para toda la eternidad o al menos hasta que tengamos un hijo que te remplace.

—Exactamente pero igual debes estar muy segura de esto porque luego de que aceptes no hay vuelta atrás.

Me inclino hasta estar cara a cara—. ¿Compartiremos tu fortuna? —interrogó ladina pero este me da un golpecito en la frente—. Auch, eres un bruto.

Encadenada al AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora