Destrozame el alma, acaba con mis ilusiones, rompe todos los muros y pulveriza mi corazón pero no me dejes porque sin ti me siento fría, vacía, sin energías, llegaste a entrar a mi corazón de forma violenta sin ningún tacto o empatía pero poco a poc...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
| Aurelio |
Entro al comedor donde mis hermanos se encontraban, en el momento en que entre Serenity cubrió sus fosas nasales con un dedo mirándome de arriba a bajo.
—Hueles a puro sexo ¿No te fuiste a dormir todo ensangrentado al acabar con todos los Alphas? —interroga ocasionando que le enseñara mi hermoso dedo del medio.
—Seguro estaba en dos lugar a la vez ¿Como fue? —habla esta vez Rowena sonriendo de lado.
—¿Ganarle a los Alphas?
—Acostarte con Abril idiota —confiesa dejando a todos con la boca abierta, supongo que nada que hago puedo ocultarlo pero esto prefiero hacerlo.
—Asunto tuyo, no es —respondo tomando una manzana.
—Por como te vez como si acabas de salir de una pelea, todo despeinado y desarreglado, estuvo increíble —declara Melchor ocasionando que negara para mi mismo.
—Yo me veo bien, si estoy despeinado es porque cuando duermo me muevo mucho.
—¿Te lo vas a guardar? —interpela Clarke subiendo las cejas de arriba a bajo.
—Denle su espacio, es evidente que te dejo viendo estrellas —susurra esto último dándole un bocado a su desayuno.
—Sin comentarios.
—Bueno si no nos vas a contar, al menos dinos que la marcaste —curiosea Evelio ocasionando que todos me miraban
Ruedo los ojos suspirando y terminó por asintir el comedor se llena de gritos de alegría y aplausos como si hubiera hecho la octava maravilla, casi todos se me abalanzaron encima para abrazarme y felicitarme, casi gimo de dolor por la noche agitada que tuve, me dolía el cuerpo y no tenía energías, solo vine por el desayuno de Abril y me iba pero mis hermanos no me dejarían ir tan fácil.
—¿Que es toda esta felicidad? —pregunta mi abuelo entrando a la sala.
—Abuelo, Aurelio marco a Abril —exclama Elizabeth provocando que una sonrisa se posara en el rostro de mi abuelo.
—Enhorabuena —lo miro sin poder creerlo, no es una promoción de trabajo o que me gradúe para que diga eso—. Debemos celebrarlo, traeré el vino.
>> No el vino <<
Era imposible escapar todos esto sin ser rudo, dejé a mi doble en la cocina sin que se dieran cuenta y subí las escaleras hacia la habitación de mi palomita, era temprano pero ya se escuchaban las melodías de sus clases de piano en toda la casa, a veces pienso que Carmen y Arnold explotan mucho a mi pequeña Liz para que sea buena en todo cuando es una niña que merece divertirse y no estar estresada porque no se aprendió las teclas del piano completamente.
Dejo tres toques en su puerta sabiendo que su maestra no me dejaría entrar, no le agrado porque siempre interrumpo las clases y saco a Lizbeth a jugar afuera con David, y al que le moleste que me deje una cartita que luego la dejo en las cosas que me valen verga.
