Capitulo 44

316 47 3
                                    

| Abril |

Tenerlo tan cerca me erizaba la piel, tenía ganas de olvidarme de todo lo pasado y besarlo, besarlo como si no hubiera un mañana, como si este fuera nuestro último día en la tierra, nuestros labios estaban tan cerca que podía sentir su respiración.

—¿Que estás esperando? —le insisto haciendo que sus ojos se oscurecieran.

Uno mis labios con los suyos sintiendo como ambas de sus manos se apoderan de mi cintura, colocó mis brazos alrededor de su cuello, me separo de el y lentamente voy dejando besos por su pecho y abdomen llegando hasta su miembro el cual estaba erecto apuntando a mi, lentamente voy intruduciendolo en mi boca sin llegar a atragantarme.

—Demonios —gime en voz baja quitando mi cabello de el camino mientras la lluvia artificial descendia por su cuerpo.

Acelero mis movimientos poco a poco provocando que comenzara a gemir, coloco mi mano en su miembro masturbandolo y a la vez lo chupaba por varios minutos hasta que senti que se vendria asi que me separe sin dejar de masturbarlo hasta que se vino y cayo sobre mis senos.

Me levanto limpiandome, de repente el me toma de las piernas y para no caerme rodeo su cuello con mis brazos, sus labios impactan con los mios mientras nos saca de la ducha con dirección a la cama, parecía tener ganas de devorarme por completo, me deja con cuidado en la cama subiéndose arriba de mi, mi corazón palpitaba con fuerza y se sentía cálido, esto se sentía correcto.

Sus labios viajan a uno de mis senos dejando besos suaves y delicados como si en cualquier momento podría romperme, esto se sentía diferente, tocaba mi cuerpo como si lo quisiera para siempre, no era como todas las veces que tenía que fingir placer cuando no lo hacía, disfrutaba como la yema de sus dedos se paseaba por mi piel intentando recordar cada detalle de el.

Siento como uno de sus dedos entra en mi provocando algo de incomoda que se disipa en unos segundos convirtiéndose en placer, gimo al sentir como su lengua toca mi entrada, comenzó a lamer y chupar haciéndome gritar de placer, metió un segundo dedo y sentí la necesidad de querer hacer pipí, como siempre lo hacia, lo retuve para no dañar el momento pero Em seguía torturándome haciendo casi imposible retenerlo.

Mis piernas temblaron en el momento en que sus dedos fueron reemplazados por su lengua, no pude aguantarlo más y termine explorando sobre Em, respiro agitada intentando mantener mis piernas arriba pero estas cayeron sin energías, era la primera vez que lo soltaba y hasta ahora no parece haber nada mal después de que literalmente lo mie encima.

—Deliciosa —susurra pero ya no era el, sus ojos estaban dorados los cuales me miraban con hambre—. ¿Quieres jugar conmigo ahora princesa?

Sus palabras me erizaron la piel, la forma en que lo dijo con una sonrisa de lado mientras sus ojos se oscurecían, me vi a mi misma asintiendo como si tuviera control sobre mi.

—De espaldas.

Hago lo que me dice sabiendo lo que venía, me puse de espaldas apoyándome en mis rodillas dejando mi trasero a su merced, coloca uno de sus manos en una de mis nalgas acariciando suavemente, toma su miembro pasándolo por mi vagina lo cual hace que jadee haciendo que su mano impactará en mi trasero.

—Shh, se buena chica y espera.

—Por favor —suplico queriendo que ya esté dentro de mi.

—¿Por favor que?

—Por favor hazme tuya

Una de sus manos tira mi cabello sin hacerme daño mientras que su miembro entra en lo más profundo de mi ser.

—Tus deseos son órdenes.

Empieza a acelerar sus movimientos haciéndome gritar de placer, su mano se pose en mi cuello haciéndome sentir nuevamente como una ola de calor arrasaba en todo mi cuerpo, se sentía como si me quemara por dentro una sensación placentera que jamás había sentido antes, dejó pequeños besos por mi cuello y sentí nuevamente la necesidad de hacer pipí la cual poco a poco se intensificó en el momento que Em decidió ir despacio pero clavándose en mi interior con cada embestida.

—Dios así, más rápido —gimo de placer arqueando mi espalda instintivamente.

Esto era la gloria, como tocar el cielo con mis dedos, saborear la sensación de ser amada por primera vez, porque esto se sentía así y aunque era salvaje y probablemente sádico se sentía bien, algo pincha mi cuello y lo siento, la sensación de la que tanto hablan en los libros, un dolor terrible que luego se convirtió en placer que me llevo a correrme en solo segundos, Emiliano me había marcado.

El sale de mi y me recuesto en la cama con la respiración agitada, el parecer normal, ni siquiera sudor, pareciera que no hicimos nada.

—¿Estas bien? No fui muy brusco ¿Verdad? No podía controlarlo —menciona con culpabilidad.

—No, estuvo bien—lo miro de arriba a bajo—. Muy bien.

—Si me gusto mucho igual, gracias por haberte quedado después de todo.

—Hey que no te he perdonado —enuncio pero este ni se inmuta.

—Ya se, no espero que me perdones, me deje llevar y te marque.

—Está bien, no te preocupes, no pasa nada.

El se veía como si fuera su primera vez, con culpabilidad y nervioso, se acostó al lado mío cubriéndonos con las sábanas, era algo extraño tener estar parte de Emi pues siempre se vio tan impotente y poderoso aunque yo siempre jugaba con su paciencia, pero ahora parecía un lindo conejito, mis ojos se van cerrando pues estaba cansada ya, tuve un día largo, sus brazos me envolvieron mientras caía en un sueño profundo.

Encadenada al AlphaWhere stories live. Discover now