Layan es el mejor lobo

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-Espera Ah...aquí no-

-Ya estamos a esta altura, así que qué importa el lugar- un gemido grave.

-Pero estamos en pleno pasillo. Y si nos ven-

-Ahuyenté a todos con mi olor. Déjate llevar mi reina-

-Hades- Nebraska protestó tensándose contra él.

El alfa la tenía contra la pared, sus piernas enrolladas alrededor de su cintura, con el vestido todo levantado, mientras la penetraba profundamente.

-Si mis hijos nos atrapan te voy a castigar duramente- ella apretaba la camisa entre sus puños en su espalda casi desgarrando la tela con sus uñas.

Su boca abierta contra su cuello intentando contener los gemidos. El olor que exudaba de la glándula de su esposo era delicioso y a pesar de sus protestas se sentía más excitada de lo normal. Quizás porque habían cambiado de ambiente o podían ser atrapados en cualquier momento.

-Si ellos nos ven solo les diré que su padre les está haciendo otro hermanito y que su madre está de acuerdo. No creo que se quejen-

Nebraska no pudo evitar reírse contra él.

-Como si ellos no supieran de lo intenso que puedes ser. Ya sé que los has usado para persuadirme varis veces-

-Bueno mi amor- se acercó y le dejó un beso en los labios -La cosas como son. Eres una mujer dura de convencer así que tengo que usar la cartas bajo la manga para traerte de nuevo hacia mí, y quien mejor que tus hijos- chupó su labio hasta dejarlo rojo- Además a ti también te gusta este juego que tenemos-

Ella alzo una ceja.

-Si te castigo es porque te lo buscas y no juego cuando lo hago, Ah- gimió y casi muerde con fuerza el cuello de su alfa -Acaso he dicho que me divierto con eso en algún momento- su voz no sonaba molesta en absoluto. Incluso Hades la conocía lo suficiente para saber dónde estaba el deje de burla en sus palabras.

Hade sonrió lobunamente mientras movía su cadera penetrándola más fuerte.

-Tus feromonas, hoy mismo me estaban llamando y después de tres días sin hacer el amor, acaso crees que no terminaríamos así. Sabes que mi autocontrol no es tan duro como parecer y menos cuando te tengo delante-

Ante esas palabras que siempre la conmovían Nebraska tomó las mejillas de su esposo y las acunó en sus manos mientras comenzaba a devorar sus labios sus labios. Hades era tan sincero a la hora de decir sus sentimientos que siempre la desmoronaba

-Ah- jadeo el alfa pues el orgasmo lo asaltó de pronto bajando por su cadera.

Pronto su cuerpo se estremeció apretando los muslos de su loba con sus dedos y sus feromonas la arrastraron junto con él al orgasmo. Nebraska le mordió el cuello justo en el momento en que el nudo se creaba estirando su interior y los dejaba enlazados. 

Se tuvieron que quedar algunos minutos sin decir nada, solo respirando mientras Nebraska se estremecía ante las oleadas que la recorrían y sentía la esencia de su esposo llenarla.

Agradecía que de alguna forma su celo tomara un poco en llegar porque con su vida sexual activa podría quedar embarazada rápidamente. Y Hades no era como Rudoc. No le daría drogas, y si la sostendrían como algo importante. Como lo hacía ahora. Sosteniendo su peso entre sus manos. Lamiendo la curva de su cuello y dejando besos en la zona sensible.

-¿Estás bien?- el siempre tan atento preocupándose si ella lo había pasado bien y no se había hecho daño. Quería que ella se sintiera cómoda con el sexo y estaban trabajando en ello.

El nudo aun manteniéndolos atrapadas por al menos media hora. Así que la reina solo podía quedarse recostada contra el gran cuerpo del lobo al que amaba y la había hecho tan feliz.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora