No vivirá más

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Nebraska transformó su cuerpo rápido agarrando a su hija por los hombros. Y lo que temió se volvió realidad. Los ojos de su hija estaban totalmente ausentes de iris tan iguales, y a la vez tan diferentes de los de ella. Eso la estremeció. No podía ser. Su cachorra era muy cachorra. Cómo era posible que despertara un poder que a ella misma le había costado manifestársele más de 50 años y siendo una omega pura.

Priscila no era omega, tampoco era alfa, su cuerpo no había heredado ninguno de los genes de Hades o de ella, sino fuera por la sangre de los alfas ella sería una loba común y corriente entonces no había razón para que pudiera manifestarse de aquella forma sus habilidades con la mente.

-Ma- una sonrisa cálida cruzó el rostro de Priscila- Defendí a mi hermano del lobo malo- sus ojos se fueron ensombreciendo y sus párpados comenzaron a pesar- Fui buena...así que...elógiame-

Hades se movió rápido y agarró el cuerpo de su hija que quedó en los brazos de su madre. Ambos magnates se miraron preocupados, aquello no era ni remotamente fácil como se imaginaban. Hades cargó a su hija que parecía que simplemente dormía. Sus mejillas se habían vuelto rosadas y su respiración constante. Como si nada de lo que hubiera ocurrido la perturbara.

-Ve a atender a Alan, yo me encargo de ella- el lobo comprendía que ella estaba preocupada también por su hijo a pesar de que ya lo estaban revisando.

Nebraska asintió y dejó un beso en la cabeza de su hija y corrió hacia donde Leoxi ya vendaba la herida del brazo de Alan. Noa estaba al lado de ellos y en cuento su madre se arrodilló la abrazó temblando. Hades por su parte, después de respirar al notar que su hijo adoptivo no estaba seriamente herido, se quedó mirando el rostro de su hija y después al lobo en el suelo. Era la primera vez desde que tenía memoria que un lobo tan joven mataba a un lobo adulto o simplemente mataba algo.

Adoraba a su hija pero en su interior se preguntaba que era realmente ella. Besó su frente. Lo que fuera él estaría allí para apoyarla pues el camino no prometía ser fácil. Y no tenía ni idea.

***

Hades se apretó el puente de su nariz, a su alrededor estaban Siran, Leoxi y Nebraska a su lado. Sus rostros estaban sumamente sombríos.

-Nadie puede saber lo que ocurrió hoy- dijo con un tono que no admitió réplica- Necesitamos tiempo para saber que está pasando-

Sus hombros se sentían sumamente pesados, tanto que era una carga difícil de llevar. La preocupación era algo que lo atormentaba.

-No se preocupe alfa- Siran asintió con la cabeza- Mis labios son una tumba- y él sabía que eso incluía a Sara, su esposa no debía saber nada del tema.

Leoxi también estuvo de acuerdo aunque no dijo nada.

-Ella- la voz de Nebraska era grave- Tiene un poder igual al mío-

Los tres lobos la miraron.

-¿A qué se refiere reina?-

Nebraska alzó la cabeza.

-Como saben yo soy omega, tengo facilidad para poder doblegar la mente de los demás lobos y poder controlarlos hasta físicamente, es un poder principalmente para defendernos, nunca he matado utilizándolo, ni se debe, pero...- apretó los labios con frustración- Priscila no es omega como yo, pero heredó la capacidad de poder hacer lo mismo, lo que me preocupa es que tal vez sea más fuerte que yo-

Un silencio invadió la habitación. Todos habían visto como ella había matado al lobo con solo movimiento de las manos.

-¿Reina, qué tan fuerte puede ser Pris?- Leoxi apretó las manos en su regazo.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Where stories live. Discover now