Logrando entrar

9.6K 1.1K 101
                                    

Mantener la cordura mientras tenía sexo con su lobo y estar rodeada de sus fuertes feromonas de alfa, no era nada fácil para Priscila. En ese momento estaba utilizando toda su fuerza de voluntad y usando todas las técnicas aprendidas en el pasado para no concentrarse en la sensación dentro de su abdomen y si en lo que su cabeza debía tener prioridad.

Pero no era fácil, no era fácil.

El maldito de Layan se la estaba poniendo sumamente difícil. Alzando su cadera hasta penetrarla completamente y hacerla sentir llena a un punto en el que ella tenía que morder su hombro para no gritar. Las uñas de ella se enterraban en su espalda.

Aun así, ella resistía, porque sabía que después tendría tiempo para atender a su lobo y disfrutar con él. Ahora solo necesitaba un poco más de él. Su mente cedía ya tanto que estaba segura que lo lograría. Por lo que tuvo que dar el último empujón. Y aunque quisiera prolongar la deliciosa sensación dentro de ella, dejó salir una fuerte ráfaga de feromonas contra el lobo, así como apretando todos los músculos de su interior.

Lo sintió gruñir debajo de ella y la boca de Layan se abrió. Sus largos colmillos se enterraron en su cuello a la vez que daba una última estocada y el nudo comenzaba a abultarse rápidamente dentro de ella. El líquido caliente pronto se derramó en su interior bien profundo y las olas del orgasmo formado para ella se atrevieron a amenazarla.

Pero para ese momento la conciencia de Priscila ya no estaba en su cuerpo y este era solo un recipiente vacío encima del cuerpo de Layan. Ella había logrado escabullirse en la conciencia de su lobo, y para cuando este se dio cuenta gruñó tan fuerte que los cristales de las ventanas en la habitación se rompieron.

El lobo de Layan no había podido detenerla. Había subestimado a su compañera.

***

Priscila abrió los ojos para encontrarse en un espacio completamente vacío. Allí iban de nuevo. Si había algo que ella realmente odiaba de las mentes era la capacidad de ponerla a prueba creando este tipo de laberintos, donde creían que podía atraparla.

-Maldito Layan y toda tus futuras generaciones- gruñó Priscila sin darle realmente significado a lo que decía- Mira que me hace pasar trabajo.

Se llevó la mano a su rostro y respiró profundo. No había cosa en que el lobo no se luciera para ella tener que hacer el doble del esfuerzo después.

-pero bien, si me la vas a poner así de difícil no te saldrás con la tuya, ya entré de todas formas- después de todo, ella tuvo a la mejor maestra. Y su él aun le ponía algo de resistencia para que no llegara a él completamente, ella solo tenía que usar nuevamente sus trucos.

Priscila cerró sus ojos. En ese momento, puede que su cuerpo estuviera completamente reprimido dado que Layan suprimía todo su poder, sin embargo, ahora no estaba en su cuerpo. Era su consciencia y todo lo que ella sabía. Por lo que el poder heredado de su madre no necesitaba ser suprimido. Y ahora… sin voces en su cabeza… era mucho más fácil concentrarse.

Por lo que mantuvo sus sentidos conectados y amplió su rango de alcance. Buscando, rastrando, hurgando en cada pequeña grieta que estaba en ese espacio. Sabía que Layan estaba cerca, podía sentirlo, su nuca palpitaba. Como mismo sabía que Liam estaba junto con él, lo había tenido tanto tiempo dentro de ella que podría reconocer su esencia mental.

No pensó que le tomara mucho, sin embargo, se encontró que el lobo de Layan ya se había dado cuenta de lo que ella había hecho e intentaba protegerla, alejarla del peligro, aprisionándola en ese lugar. La loba apretó los labios.

-Lobo- su voz salió grave y la envió directo a él, a su cabeza, a sus oídos, a su corazón- ¿Confías en mí?

La pregunta fue directa y pudo sentir como se sacudía. Un gruñido ajeno resonó en el pecho de ella. Priscila sonrió.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Where stories live. Discover now