No era amor

14.4K 1.5K 264
                                    

La primera vez que Layan había visto a Nebraska solo había una palabra para describir su emoción.

Impresionante.

Él era un lobo que no se asombraba fácilmente con las cosas de la vida. Había vivido más de 700 años, pasado por una gran guerra, perdido a casi toda su familia asesinada delante de él, viendo a su hermana sumida en la locura, convertirse en el jefe del Consejo; por lo que a esa altura no se imaginó que algo interesante pasara en su vida. Incluso había pensado en los cachorros dada su edad, más ya también había perdido el interés. Las lobas las veía demasiado comunes para alguien como él que había sido bendecido con demasiado poder.

Pero cuando había visto a Nebraska algo dentro de él se removió por lo que además de necesitar su poder ansió algo más en el fondo de él. Solo no se imaginó que las cosas no le iban a salir como había planeado. Nebraska tenía hijos y una conexión especial con Hades, un lobo con el que, aunque se conocieran, tenían sus asperezas por diversas razones. 

No podía negar que había intentado más de una vez tenerla a su lado. La había besado con la excusa de curarle los ojos, la había salvado cuando había sido necesario, la había ansiado ciegamente. Pero el día que tuvo que dar su bendición para su propia boda después de llevarle el vestido juró que parte de su alma se había fragmentado. Había sido un golpe realmente duro.

Era la primera loba de la que podía afirmar que se había enamorado. O ese había pensado.

Nunca, en su más loca fantasía se hubiera imaginado que la hija de la misma loba que había hecho palpitar su corazón le hubiera devuelto su propia medicina colándose por cada poro de su cuerpo. Y estaba a solo minutos de hacerla su compañera de vida.

Fue entonces que se cuestionó sus sentimientos. Si esto que sentía por Priscila era amor, entonces que era lo que había sentido por Nebraska, porque el sentimiento era realmente diferente.

Con Nebraska deseaba verla feliz, sana, empoderada. Pero sobre todo siendo ella misma. Con Priscila era distinto. La quería a su lado, ansiaba sexualmente, enlazarse con ella y pudiendo despertar con el reto que ella le presentaría. Le hacía pensar cada paso que daba. Eso era mucho más emocionante.

Entonces, definitivamente, lo que sentía con Nebraska era admiración por quien era. Con Priscila… ella era la loba que quería a su lado, como su compañera, como su todo… como su REINA.

Oh y eso sonaba realmente bien.

Por lo que cuando la misma loba que había querido primeramente que Terminara el enlace con quien era ahora la que le siempre estaba en su cabeza, un peso se desprendió de sus hombros y sonrió.

-Gracias- no supo porque agradeció, pero ahora se sentía tan libre que lo único que deseaba era enlazarse con quien ahora era su todo. La loba contra él. Su Priscila.

Layan se levantó acomodándola contra él dejando que tanto sus brazos como piernas rodearan el cuerpo de él, sosteniéndola por sus nalgas. Podía sentir la humedad que se encontraba allí dado el celo de ella y se mordió el labio inferior con sus colmillos evitando gemir. Estaba dolorosamente duro y solo deseaba entrar al cuarto, tirarle sobre la cama y llevarlos a la locura ambos.

En eso la puerta se abrió de pronto. Victore había vuelto y jadeaba. Se había movido realmente rápido.

-Ya están las condiciones preparadas- afirmó secándose el sudor de su frente.

Nebraska asintió y miró a Layan.

-Dame un minuto para encargarme de Hades, él está un poco… emocional, ya sabes cómo es él. Priscila es su cachorra todavía y no quiere dejarla ir. Me lo llevaré. Dejo a mi hija en tus manos. Su todo va bien podemos encargarnos de Liam- la mano de ella rozó suavemente la espalda de su hija, esta vez ella no gruñó, solo se apretó más fuerte a su lobo.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Where stories live. Discover now