Salvando a su hija

12.6K 1.5K 171
                                    

Actualización doble por lo que sui viste este primero ve al anterior.

-¿Nebraska?- Hades no podía creer que su esposa estuviera allí- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo nos encontraste?- estaba aturdido. Ellos habían tardado horas en encontrar el ligar donde estaba Priscila encerrada y ella había llegado… tan fácilmente.

La loba lo miró por encima del hombro. Sus ojos violáceos tenían todo menos ese color. Estaban completamente dorados y ausentes de iris. Y por el ceño buen fruncido, ambos alfas supieron que la loba no estaba molesta, lo que le seguía.

-Priscila es mi hija, crees que no la encontraría- su tono era áspero y aunque no fue nada agradable escucharla, Hades se tragó un gruñido. Su loba estaba en un estado que era mejor no provocarla o hasta él mismo tendría consecuencias.

Layan sintió la atmósfera densa entre la pareja pero no se metió. Nebraska no era nadie fácil de tratar y menos cuando se trataba de sus cachorros. Ya una vez estuvo a punto de arrancarle la garganta cuando solo insinuó asesinarlo, hacía muchos años atrás. Y se imaginaba que después de llegar y encontrar la escena lo menos que estaría sería contenta.

Aun así estaba sumamente preocupado y tener a Nebraska allí era una pelea con él mismo, de estar también preocupado por ella y a la vez sentir tranquilidad porque ella tenía su forma de lidiar con las cosas, no racionalmente como lo haría cualquiera de ellos. Era una omega después de todo. Pero sus dudas se fueron ofuscadas cuando Nebraska dio varios pasos en dirección a su hija.

Hades intentó tomar su brazo para detenerla pero fue intercedido por Layan.

-Quítate- le gruñó al lobo pelirrojo que no se inmutó. Este notaba el miedo a perder a las dos mujeres que más quería y no poder hacer nada.

-Confía en ella. Si nosotros no hacer algo para ayudar a Pris, de seguro ella tendría algo en mente, sino no estuviera aquí. Es Nebraska después de todo-

Hades sabía lo fuerte que era su loba, pero el pánico no podía desvanecerlo tan fácilmente. Era el alfa de su manada. Había crecido con la idea de que él debía proteger y hacer las cosas. No los demás. Por lo que se forzó en confiar otra vez en su compañera rezando a la gran luna porque ninguna de las dos saliera herida.

Y Nebraska tenía intenciones de cumplir sus expectativas.

Su hija estaba sufriendo delante de ella. Dado como se estaban desarrollando los eventos les pediría muchas explicaciones, sobre todo a Layan. Le haría lamer el piso sino le explicaba bien como habían llegado a todo esto. Pero no era tiempo de eso.

Ahora el objetivo era ayudar a Priscila a como diera lugar.

Con pasos decididos comenzó a acercarse a su hija, donde la concentración de poder era mucho más fuerte. Incluso podía oler como las feromonas de ellas estaban dispersas. Su celo. Eso complicaba aún más las cosas. Las lobas eran muy vulnerares en ese estado.

-Priscila- arrastró la atención de la menor poniendo presión en su conciencia y vio reacción por parte de ella cuando el cuerpo de Priscila se sobresaltó.

Eso indicaba que ella la que estaba al mando.

La omega dio otros dos pasos. Las brasas calientes de fuero rozaban su piel pero el hielo hacía que estas se volverán frías a la vez. Como si Priscila hiciera el esfuerzo de no quemarla.
-No te… acerques- Priscila dijo con los dientes apretados presionando tanto su cabeza que había sangre saliendo ahora de sus oídos.

El corazón de Nebraska se partía en verla así en ese estado. Su cuerpo desnudo cubierto de sangre, con hematomas, y heridas que se cerraban y abrían y temblando por el sufrimiento. Su pobre cachorra, por su culpa estaba sí.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Where stories live. Discover now