No confías en mi

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Si ves este cap primero ve al anterior que se hizo actualización doble

-Ma, ma, ma...ayúdame...-

-Pa, ayúdame...-

-Yo no hice nada...-

-No soy un monstruo-

Nebraska abrió sus ojos de golpe y se sentó en la cama sudando frío, temblando y con los ojos llenos de lágrimas. Hades a su lado se sentó también asustado por el estado de su esposa y la envolvió entre sus brazos.

-Amor que ocurre- la acarició intentando calmarla, pero aunque no sollozaba las lágrimas corrían por el rostro de su loba.

Nebraska agarró con sus dos manos temblante una de las manos de Hades como soporte.

-Mi hija Hades. Soñé con ella. Creo que...me está llamando...nos está llamando- su voz era vacilante- Siento que algo le pasó a Priscila- y comenzó a llorar.

Hades la estrechó fuerte entre sus brazos y le sobó la espalda. Era mitad de la madrugada y sabía que Nebraska no sufría ningún trastorno del sueño, al menos ya no. Al principio le costaba mantenerse dormida toda la noche por los traumas de estar tanto tiempo encerrada.

Pero saber que su hija estaba en peligro hizo que todos los vellos de su cuerpo se erizaban.

-Tranquila mi reina, yo me encargaré de esto-

Y claro que si lo haría. Solo había dejado que su cachorra se hubiera ido con Layan bajo muchas especificaciones. Y saber que estás no habían sido cumplidas lo hacía querer cortar la cabeza de alguien.

Layan iba a tener que dar muchas explicaciones porque él iría a buscar a su hija en ese momento. Y que rezara que estuviera bien porque no le importaría si él era el líder del consejo. Lo haría pagar.

***

Priscila arrastraba sus patas que pesaban una tonelada y la piel estaba algo hinchada. Gimió sintiéndose mareada tras perder tanta sangre por el golpe en su cabeza. Ya estaba cerrando, pero muy lentamente y no tenía cabeza para usar sus poderes para cerrarlo.

Su pecho dolía. Dolía mucho.

Primero su lobo la reclamaba como suya, ella le entregaba todo su ser y ahora todo se desvanecía por no confiar en ella. Recordaba la mirada de él. Fría, sin sentimientos, calculadora, como si quisiera ver a través de ella, como si no existiese.

Eres mía.

Una simple ilusión de un lobo que solo quería aparearse con ella. Definitivamente era eso. Ni siquiera le preguntó que pasó, solo la cuestionó de por qué había salido y después dejándola de lado como si ella hubiera hecho algo mal de nuevo. Solo la trató como alguien que había cometido un crimen. Priscila se detuvo con sus patas dentro del pequeño riachuelo y miró su reflejo. Era ya de noche, y el bosque estaba oscuro y en silencio. Se había desvanecido usando el poder de su padre y al no concentrarse se había caído a mitad del camino. No sabía dónde estaba. Vagaba sin rumbo.

Había dado problemas desde que era cachorra. Recordaba los rostros preocupados de sus padres ante su acelerado crecimiento. Nunca olvidaría el pánico en su madre la primera vez que mató a alguien.

La habían tratado con cariño, no lo podía negar, pero había días que se preguntaba si era mejor no haber nacido. Su padre no tendría tantas preocupaciones. Su madre podría enfocarse en cuidar más de sus hermanos y no estar pendiente de ella. Y Layan...él...

Demonios. Era mejor cuando no tenía emociones. No le importaba nada. No sentía culpa, o remordimiento o estos sentimientos de rechazo y dolor.

-No estás sola querida. Yo aún estoy aquí- aquella voz familiar resonó en su cabeza- Entrégate a mí y todo será más fácil. No puedes contra mí y ahora está sola- Liam otra vez.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Where stories live. Discover now