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—¿Dónde está?— se pregunto Alan mientras aún esperaba por uno de los pasillos.

Mientras tanto, Adrián seguía corriendo intentando recordar el camino que lo llevaba hasta su amigo, pero con tantas puertas y caminos se había perdido después de todo.

                         •

Toc! Toc!

—Adelante.

Abrió la puerta a la primera persona a la que tocó. Después de todo no podía dejar no entrar a alguien más aquel chico que seguía sentado en las sillas del cuarto de cámaras de seguridad.

—¿Qué ocurre?

—Necesitamos seguir a un chico por las cámaras

—Solo busca— despreocupado presiono unas teclas en el teclado y rápidamente aparecieron todas las cámaras que habían en todo el edificio.

—Ya lo tengo— después de varios minutos observando cada cámara encontró a una persona en especial que parecía que no sabía a dónde iba, lo detecto como desconocido y hablo por uno de los radios que tenía a la mano.— Lo encontré, está en el pasillo xx. Está avanzando rápido por el lado derecho.

—Entendido— respondió otra persona. Este ya se dirigía y acercaba cada vez más.

—Oh, buscas al chico que dijo que era amante del jefe— puso una expresión de estar interesado, pero la cambio por una de distraído a los pocos segundos. En esa habitación era imposible ponerse serio, al parecer.

—¿Qué?— sorprendido volteo a ver a su lado donde estaba el otro.

—Si, el amante.

—¿Cómo que el amante?

—Me lo dijo cuando vino aquí a buscar a su amigo en las cámaras.

—¿De qué hablas? Espera ¿Qué amigo?

Señaló a un chico que seguía en una de las puertas, estaba recostando su cabeza a un lado mientras su brazo descansaba en su rodilla.

El hombre presiono el radio y hablo diciendo que del otro lado se encontraba otro desconocido y lo mismo sucedió, alguien atendió el radio y aviso que se dirija para ese lugar.

—Ahora, ¿Cómo que amante?

—Asi dijo él. Primero dijo que era su amigo o alguna cosa parecida y después dijo que era su amante.

—¿Estás seguro?

—Si, claro.

—Señor, me informan que el chico que quiere que encontremos es el amante del jefe.— Hablo por otro radio que había colocado en la parte lateral.

Unos segundos tardo en contestar— ¿Qué? ¿En serio?

—Asi me fue dicho esto, mi señor.

—Fuentes

—El chico de las cámaras me lo acaba de decir, también dijo que había pasado el amante del jefe por aquí buscando a otro tipo en una de las puertas.

—confiare en él, ahora la indicación será que lo lleven con el jefe. Su amigo, llevenlo a otra habitación segura, donde tenga todo lo necesario.

—Si, señor.

No tardaron mucho en dar con el tan buscado y llevarlo a la puerta donde estaba el jefe.

Unos débiles golpes salieron de una de las puertas de un color dorado.

—Si, pase.— dijo alguien del otro lado.

Se abrió la perilla lentamente y un chico encogido y agachando la cabeza aviso que dejaría entrar a Adrián.

Drogas, armas y un bebé Where stories live. Discover now