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No.–Fue la respuesta que le dio Adrián en cuento se lo pensó mejor. No quería ser tan grosero.

Estamos hablando ahora– Adrian juraría que al otro lado de la pantalla ella se reía o al menos sonreía.

Bien, entonces continúa hablando

–No ahora, podemos vernos, Ad? Por favor, solo será está vez. Es algo importante.– estas últimas palabras cautivaron la atención del mayor, se refería a Lucía como alguien importante, eso le dieron ganas de vomitar.

A las cinco en la calle 234

–Ahí estaré, te lo prometo

A penas daban las diez de la mañana cuando pudo levantarse de la cama y seguir con el día, no era de esos que se levantaban tan tarde cada que podía. Solamente necesitaba unos pocos minutos más para pensar mejor, esos últimos días no habían sido los mejores de su vida y presentía que los siguientes tampoco.

Bajó por las escaleras para llegar a la cocina y poder comer o reunirse con los demás al menos. Quería hablar con Alan del tema, él estuvo desde hace más tiempo y debía de conocer un poco a Lucia.

–Hablando del rey de Roma– dijo Tom al ver a Adrián entrar con una cara de pocos amigos y unas ojeras que no se sabía si eran por no dormir o porque empezaba a enfermar.

–¿Todo bien?– preguntó preocupado Alan con Eiden en sus brazos como de costumbre, ya era normal.

–Piper me mandó mensaje, quiere hablar conmigo hoy en la tarde.– soltó sin más.

–¿Aceptaste?– continúo Eiden después de que se formara un silencio poco cómodo en el ambiente, se notaba que no se sentía muy infantil hoy, aunque Alan no quería bajarlo y él no protestaba nada.

–Sí, quiero darle una oportunidad de explicar su punto de vista y quería preguntarte a ti también, tú la conociste.– se dirigió hacía Alan.

–No fui apegado a ella, lo sabes.

–Solo quería intentarlo.– había caminado hacia la máquina de café, para poder servirse una gran taza bien cargada. Necesitaba una.

–¿Quieres que te acompañe?– sugirió Tom que servía un plato lleno de waffles para Adrián.

–No, tengo que ir solo, no quiero que también se metan en esto como yo. Solo regresaré antes de la cena y listo– se sentó justo donde estaba su plato mientras le daba las gracias a Tom por darse las molestias.– no se preocupen, estaré bien– comentó como últimas palabras antes de cerrar la conversación.

–Bien, supongo que Eiden debería de continuar si es que quiere el pequeño– dijo Alan mientras le daba un beso en la mejilla, Eiden se sonrojó hasta la nariz y se escondió en el cuello de su provocador.

–Sí, ya casi termino– murmuró dando pequeños jaloneos para que lo bajaran, así fue. Salió corriendo para poder cambiarse.

Tom solo se quedó mirando como Adrián comía sin ganas y la vista pensativa, no sentía que fuera justo que sufriera tanto por su familia, también necesitaba saber a qué se refería cuando hablaba de Piper y Lucia. Y sabía que Alan sabía algo de todo eso.

–¿Tú sabes?– preguntó cuando encontró a Alan en su habitación recogiendo algunas cosas del pequeño, había pañales, biberones, chupetes y ropa tirada por todos lados.

–¿Saber qué exactamente?

–Eso, lo de Piper y Lucia– se recargó en el marco de la puerta esperando una respuesta, había tardado unos pocos segundos en contestar.

–No, al menos no completamente. Solo sé que Lucia era una chica que encontramos cuando éramos unas crías.

–¿Y qué fue lo que pasó?

–Piper había dejado entrar a Lucia a nuestra zona cuando la vio necesitada, pensó que necesitaría una familia como nosotros, comida, algo en donde dormir y una nueva vida. Casi se la prometió cuando la dejó dormir en nuestro espacio un día.– Alan guardó silencio, permitiendo que siguiera.– pero a Adrián no le pareció, porque él veía que ella era diferente, que no era como nosotros. Era extraña.

–¿Rara? ¿En qué forma?

– En la única que se te ocurra. Era una persona rara que no había sufrido lo mismo que nosotros, claro que nosotros la veíamos como alguien anormal por eso, porque a ella sí la habían querido alguna vez. Pero esos días fueron una excepción. Su familia tenía problemas y le habían dicho que se escondiera en algún lugar de la zona. Pero ella se alejó y se perdió, hasta que Piper la encontró y la adoptó, como un perrito callejero. Ese fue un error. Ella comenzó a dar órdenes, eso fue lo menos que hizo, quería que consiguieramos más y más, como si pudiéramos obtener lo mismo que su familia, darle lo mismo.

–¿Eso fue lo que los afectó?

–No, eso no fue todo, ella nunca nos trató como su familia, a excepción de Piper. Es por eso que ella se quedó a su lado cuando esa noche nos colmó la paciencia a todos, menos a ella. Había intentado robarnos, pero esa noche intentó asesinar. Habíamos descubierto que su antigua familia la dejó porque tenía problemas mentales, que la habían engañado como ella a nosotros. No tardó mucho en darse cuenta que su familia no la iba a buscar incluso si se quedaba fuera de su casa, no le iban a abrir. Así que se fue y tuvimos la mala suerte de encontrarla.

–¿A quién intentó asesinar?– preguntó Tom en un susurro. No quería que nadie más lo escuchara.

–Al hermano de Adrián

–¿Él tiene un hermano que estuvo con ustedes?

–No era su hermano de sangre, pero se querían tanto que casi lo eran. Esa noche Rick, el hermano de Adrián no pudo dormir, pero notó que Lucia quería robar de nuevo, está vez quería irse para ya no volver, pero al irse quiso llevarse con ella muchas cosas de importancia para sobrevivir. Dejaría a los demás con las bolsas vacías prácticamente. Así que Rick se interpuso e intentó detenerla, pero accidentalmente tomó una de las navajas para darle miedo, pero él no le tenía miedo. Así que cuando él se acercó ella reaccionó y...– se detuvo, se notaba en su expresión que no quería seguir, así que Tom no lo presionó sabiendo el final.

–Gracias por contarme todo esto.

–Supongo que deberías de saberlo, después de todo somos familia.– contestó al guardar la última prenda de ropa tirada.

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⏰ Last updated: Apr 14, 2023 ⏰

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