Capitulo 12. La cita.

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No era nueva está sensación, este nerviosismo que envenenaba cada milímetro de mi cuerpo, simplemente jamás había tenido que experimentarlo con tal intensidad.

[[Respira Gala...]] como un susurro, dejos parecidos al sonido de un walkie-talkie [[Hasta acá puedo oír tu corazón, tranquila]] April me trataba de calmar desde el otro lado de la línea. Enfatizando en el "trataba" puesto que todo mi cuerpo gritaba por huir de ahí.

-Estoy tranquila...- hablé entre dientes mientras miraba el gigantesco edificio que se posaba frente a mi.

Su estructura modernista consistía en un amplio lobby, o primer piso, que se extendía a lo largo, dos largas torres encima de este con ventanales polarizados en formas rectangulares. En los últimos pisos, uniendo ambos edificios, un gran puente de metal blanco, lleno de vigas que sostenían la estructura, suponiendo una amplia terraza sobre del mismo, quizá también un helipuerto.

Cuantos pisos eran, a simple vista era imposible de saber; se extendía en ambas direcciones, derecha e izquierda, por lo menos dos cuadras, mirar la punta del edificio desde la acera era tener que acostarse para solo encontrar las densas nubes grises que ahora oscurecían la gran manzana.

"¿Mal augurio?" No, no me daría la oportunidad de pensarlo, simplemente no, terminaría con lo poco de cordura que sentía dentro de mi.

Dos dragones dorados resguardando las puertas, junto a un pequeño jardín botánico que te recibía tan solo en la entrada.

[[No nos contestes]] escuché a Donnie, solo atinando a asentir ligeramente, dejándome una penetrante sensación de ridiculez.

Pasar las dos grandes puertas automáticas de cristal en la entrada y ser recibida por el gélido aire acondicionado de la recepción fue suficiente para erizar cada bello de mi cuerpo.

Pilares, lo primero que mis ojos captaron fueron grandes pilares distribuidos por todo el lobby, a lo lejos veía una especie de terraza con fuentes, quizá la parte trasera de la empresa, la gente iba y venía en cada dirección y no lograba encontrar con la vista ninguna recepción; en su lugar una significativa cantidad de guardias que pasaban gente por máquinas con detector de metales y pequeñas puertas de acrílico automatizadas a la altura de la cintura.

Comenzaba a sentirme mareada.

-Señorita- escuché -Señorita- volví a oír y parpadeando varias veces giré mi rostro a la izquierda. Una delgada mujer de escasos 30 años con un uniforme ajustado de color tinto me miraba expectante.

-Me... ¿Me habla a mi?- enfaticé apuntándome a mi misma, aún desorientada.

-Usted es la señorita Mantilla- me llamó por mi apellido. La mujer enfrente de mi poseía rasgos bastante asiáticos y su cabello azabache solo acentuaba su pálida piel -La esperan en las oficinas presidenciales- sonrió -Sígame por favor-

Algo en mi llamaba a la alerta roja al recaer en el hecho de que rápidamente me había localizado una desconocida y que aparte sabía mi apellido. "Cómo y porque sabía mi apellido"

Al acercarnos al detector de metales mi corazón dio un desesperado vuelco, no lo había considerado, ni siquiera había pasado por mi mente la idea de todos los artefactos metálicos que llevaba.

-Por favor, deje su celular, anillos, collares y pendientes en la charola- obedecí quitándome cada cosa con suma lentitud, el hueco sonido de la charola deslizándose enfrente de mi.

[[No te quites el auricular]] me detuve unos segundos [[no lo van a detectar... lo demás solo pasará como joyería]] Era Donnie, su voz era tan serena que de alguna forma me molestaba "¿Cómo estaba tan seguro? ¿Cómo no verían que cada cosa tenía un chip o que se yo?"

(TMNT) Desde las sombras te protejo Where stories live. Discover now