Capítulo 21. Las cosas están bien.

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¿Qué era lo que esperaba encontrar?

Caminaba casi sin pensarlo; de la misma forma en la que un ser vivo respiraba. Por más que quería acelerar mi paso no conseguía más que una terrible punzada que recorría sin cuidado mi cuerpo entero. Todos estaban dormidos y pasaban de las 3 de la mañana.

Escuchaba la arena resbalar entre mis pies descalzos, el murmullo del arrollo a lo lejos y el frío viento. Nadie más parecía dar señales de vida.

Exactamente no sabía lo que me esperaba doblando la esquina de las cabañas, de antemano escuché que al... "Krang" lo mantenían bajo completa vigilancia en un contenedor de metal cerca del comedor, pero poco había elaborado un plan para poder acercarme sin que me detuvieran los agentes que acompañaban la misión de los chicos.

Ahora que lo pensaba más afondo, la cantidad de gente involucrada en esta misión me causaba cierto conflicto; sinceramente había creído que nadie estaba al tanto de la existencia de los chicos, pero pareciese que no podía haber estado más equivocada en ello.

Me detuve frente a una enorme caja de carga de lo que parecía un tráiler, enfrente de la puerta dos soldados armados que hablaban entre ellos sin notar siquiera mi presencia.

-¿Enserio hay un alien dentro de esto?- preguntó uno. Se mostraba más ansioso y curioso que el otro.

-¿Qué te preocupa esa cosa?- el otro se quejó -Deberías estar más preocupado de los "fenómenos" que están sueltos- golpeó ligeramente al otro hombre en el brazo.

-¿Hablas de las tortugas?- susurró.

-Si- algo en su tono de voz me causaba más asco de lo que ya sentía por oírlo -Esos fenómenos deberían también estar en jaulas... de solo verlos me siento intranquilo-

-Ahora que lo dices si son algo... extraños- accedió.

-Te quedarías corto al llamarlos extraños, son animales que hablan ¿Y todavía nos dan órdenes?- volvió a quejarse.

Sentía como mis manos se aferraban a mi ropa, ahogando las ganas de responder inmediatamente cuando uno de ellos me miró.

-¡Alto! Identifíquese- ambos guardias levantaron sus armas apuntando en mi dirección, sentía tanta molestia que no tuve ni la más mínima reacción ante la indiscreta amenaza

Asco, en realidad solo podía describir mi malestar con esa palabra, no comprendía hasta que punto mi mente estaba dispuesta a controlar la ira que deseaba desbordar por mi boca.

Me molestaba el desprecio que ellos habían tenido con los chicos, la hipocresía y estúpida vanidad con la que parecían hasta creerse mejores que ellos. Mientras más se acercaban a mí, más crecía la urgencia por golpearlos en la cara.

-Déjenla, es una de nuestras agentes- habló la voz de una mujer mayor, miré en dirección de la misma, extrañada por lo que había dicho.

La mujer era delgada, de una edad avanzada que se disimulaba en sus dorados cabellos y mirada penetrante.

-Comandante- ambos se recompusieron en su lugar retomando una postura más diestra.

-¿Qué es lo que estás buscando?- se detuvo enfrente de mi, la misma altura que la mía.

-Quiero ver al Krang- tragué duro tratando de mantener la misma postura que ella.

-Estoy al tanto de ti señorita Gala...- por instantes parecía que sus palabras siseaban igual que una serpiente -Hija de António y Loretta...- un escalofrío recorrió mi espalda sintiéndome amenazada de alguna forma -¿Qué buscas con mirar a nuestro... invitado?-

(TMNT) Desde las sombras te protejo Where stories live. Discover now