Capítulo 25. Soy familia.

4.1K 390 583
                                    


Mucho era pedir sentirse normal en una cancha llena de lo que parecieran ser super-soldados salidos del área 51. Incluso la estúpida y tentadora idea de decir “51” en voz alta me parecía vigorosamente buena.

Estaba sentada sobre dos cajas de un plástico color negro, duro al contacto y frías por la ventilación del lugar, cada que un nuevo grupo de soldados trotando pasaba delante de mí la incomodidad se cernía como ropa por debajo de mi piel, no trataban de disimular sus miradas, supongo que la curiosidad les ganaba.

No podía ni empezar a imaginar cómo se sentían los chicos con este estresante ambiente al que nos habían forzado a entrar, técnicamente estaba rodeada de humanos, pero jamás me había sentido tan fuera de lugar o como un bicho raro.

De alguna manera agradecía que ellos se habían retirado a una zona más privada con la agente Vincent y yo me había quedado atrás simplemente aguardando a que Casey y April regresaran de las oficinas para poder alcanzar a los chicos. 

-Gala... ¿No es verdad?- alcé mi vista encontrándome a la mujer pelirroja de hace un rato.

-Si… eh Hola ¿Monalisa verdad?- me había tomado por sorpresa, estaba sola y me había esforzado tanto para pasar desapercibida que poco noté su repentina cercanía.

En realidad, verla me hacía sentir inmensamente consiente de mi propia apariencia, un pequeño aire de inferioridad subiendo por mi columna y dándome un escalofrío feroz. Podía notar cada músculo de sus brazos y sus hombros bien torneados debajo de las cortas mangas de su playera. Estaba hecha para pelear, seducía a la idea de ser mujer también, como si ella misma pudiera dejar corta a la Mujer Maravilla, cosa que simplemente me dejaba fuera de cualquier discusión.

-Si hola...- calló unos segundos -En realidad tengo curiosidad- su voz sorprendentemente suave y por alguna razón mi mente la comparaba con las de un comercial de perfume -¿Tu que haces para tu equipo?- la pregunta me golpeó fuertemente sobre mi estómago, mi boca a se sintió seca y áspera como el suelo de un desierto.

-¿Perdón?- parpadee varias veces mirándola de nuevo a los ojos.

-Si bueno, se que tus otros… compañeros son, bueno, un policía y una investigadora ¿Tu en que te especializas?- la idea vagó lentamente por mi mente, retumbando sobre mi cabeza como el aplauso sobre una enorme y hueca caverna.

¿Quién era para el equipo? ¿Quién era para ellos?

-Es decir ¿En qué contribuyes?- volvió a insistir frente al silencio que le había dado por respuesta.

-No estoy segura- hablaba sin pensarlo -Supongo que lo sabré con el tiempo, soy la chica nueva- traté de bromear sin recibir respuesta alguna de su parte.

Su pálido rostro no me mostraba más que decepción y de alguna forma inconformidad por mi respuesta.

-¿A qué te dedicas?- me volvió a cuestionar.

-Dibujo… y hago pinturas- Empezaba a sentirme incómoda ante su pequeño interrogatorio.
Se veía confundida, pero no me atrevía a adivinar que era lo que en su mente se discutía con mis respuestas.

-Tenia más expectativas sobre su equipo…- soltó de forma sarcástica -Cuando nos dijeron que trabajaríamos con un equipo “especial” imaginé… más- arrugué el entrecejo de mi nariz.

-Si no te sorprendió ver el trasero pateado de tu amigo por MI amigo entonces quizá deberían patearte el tuyo- Como mecha corta, como pólvora al fuego, sus palabras comenzaban a avivar una extraña sensación de molestia sobre mi pecho.

-Wow, entonces si hay algo de chispa en ti también- sonrió -Hablas mucho para ser tan… poco- Enarcó una de sus cejas, sabía que estaba haciéndolo apropósito, las razones me eran desconocidas, pero me sentía como vil pubertad en crecimiento, con poca paciencia y madurez para simplemente alejarme de la conversación.

(TMNT) Desde las sombras te protejo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora