Capítulo 4. Jugada accidental.

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Ya era de mañana, lo cual solo sabía por mi celular que marcaba las 10 a.m.

Las grandes paredes de este lugar parecían esforzarse en hacerte creer que el sol ni siquiera existía. April se había adelantado casi por dos horas y me esperaba afuera con los demás, no me puedo recriminar mucho, después de todo el sueño decidió hacer su entrada pasadas las 5 a.m., usé la cámara frontal de mi celular para arreglar un poco mi cabello que en estos momentos era como el de la misma medusa, solo le faltaba sisear. Cuando salí me topé con Leonardo por accidente.

-Buenos días- dije mirando el suelo. Se sentía algo incómodo compartir palabras con él. Bueno, esa era la primera vez que me dirigía a él siendo precisa.

-Buenos días- me respondió. Volteé a verlo, si bien no era un completo idiota como Raphael podía notar como mantenía su respectiva distancia conmigo. Ya no se veía tan intimidante, pero supongo que tampoco estaba tratando de serlo en esos momentos.

-¡¡Gala, princesa!! Hasta que despiertas, ya te estaba extrañando- Mickey apareció por un lado saludándome con su efusiva personalidad. Arrugué mi nariz, a este punto ya no me sorprendía mucho que fuera así. Le sonreí y lo saludé. Leonardo se marchó tan rápido como Mickey nos interceptó sin decir ninguna palabra más.

Mickey no paraba de hablar conmigo, sacando temas de donde sea que pudiera, sentados a la mesa seguía platicándome, me parecía divertido poder intercambiar pensamientos, aunque no fueran la gran cosa. April y Casey se nos unieron en una plática viva, contando anécdotas y riendo. Aún mi mente catalogaba esto como una extraña pero alegre convivencia.

Es decir ¿Quién más podría decir que tiene una agradable mañana de huevo y tocino en el subterráneo con dos extraños que conoció en los muelles la noche antes y una tortuga mutante ninja?

Unos minutos después de estar desayunando Donnie y Leonardo llegaron junto a Splinter. Yo había terminado de comer ya, al igual que Mickey, April y Casey, me sentía apenada, ellos habían esperado a que despertara para desayunar.

Al verlos me paré de inmediato ofreciéndole a Splinter el lugar donde yo me había sentado, costumbre que mis padres me enseñaron al tratar con gente mayor, no sé si realmente aplicaba en este caso, pero ya lo había hecho, rogando porque no me viera tan tonta como me sentía, él me sonrió ligeramente y agradeció mientras se sentaba. Leonardo y Donnie se sentaron por igual mientras se servían el desayuno.

Yo los miraba.

La cocina parecía vieja con algo de óxido en los inmuebles, la luz era más amarilla que clara dándole un toque aún más espectral, en medio de esta estaban muchas mesas de las que tenían afuera aquellos puestos de comida rápida, con 10 sillas en realidad, unas mejores que otras. Era curioso, pero en las paredes habían grafitis bastante elaborados que decoraban el lugar quitándole mayormente ese toque tétrico que quería tener, no solo en la cocina, si no que por todas partes.

-Yo...- por fin hablé llamando su atención -Quisiera saber si podía ir a mi casa por un rato- solté, quería tomar un cambio de ropa y darme un baño sobre todo quería ir al baño. La idea de un baño aquí era un tanto inconcebible en mi mente, o sí siquiera había un baño.

Callaron por unos segundos cuando Leonardo se volteó de nuevo a la mesa.

-No veo porque no- respondió, yo sonreí -April puede acompañarte- me lo esperaba así que solo asentí feliz, quería llegar a mi cómodo baño y descansar mi cuerpo con una relajante ducha.

-Claro, igual también quisiera hacer otras cosas y Gala me puede acompañar, me sería de mucha ayuda- April dijo mientras se desplazaba por la cocina y llegaba justo a un lado de Casey y mío.

(TMNT) Desde las sombras te protejo Where stories live. Discover now