Capítulo 6. Que Domingo...

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Las mañanas, en esta época del año son dignas de admiración, admito que el cúmulo de nubes, por la probable de lluvia a medio día, manchadas con los primeros rayos de sol distorsionados por el morado azulado de la noche, que se retira para dar paso al nuevo día, visten al cielo con sus mejores galas. Es un espectáculo que cualquiera disfrutaría, pero lamentablemente mucha gente está tan ensimismada en sus propias vidas de caos, que no se detienen a ver el espectáculo divino que es solo dedicado para nosotros; muchos caminan con la cabeza a gachas, mirando fijamente sus celulares o pensando frenéticamente en cualquier otra cosa.

Esta vez no los culpo, de hecho, creo que ahora entiendo mejor la triste posición en la que el humano promedio se encuentra, perdido en su situación única y perdiéndose de tal espectáculo.

-En verdad no entiendo como pudiste olvidar que es domingo- dijo April despojándome de mi ya retorcida burbuja del pensar. Caminaba unos pasos delante de mí - ¿Y también olvidaste que estabas en la alcantarilla...? - terminó mientras me miraba volteando ligeramente su cabeza, pude notar el deceso de su andar, solo para que yo lograra igualar el mío con el suyo.

Suspiré con pesadez, en vez de fijar mis ojos en ese océano de nubes multicolor, miraba un mojado, sucio y opaco pavimento de la acera. Las grietas por el desgaste del material recorrían todo el suelo como las raíces de un árbol. Hace un rato de forma algo infantil y ajena a mi propia miseria, intente no pisar ni una sola grieta, cosa que había logrado exitosamente, hasta que April habló.

-Gala- llamó, mi vista viajo a ella desganada de hacer una confrontación ojo a ojo - ¿Estas así por lo de la mañana, o tienes algo más? - su andar fue parado como la locomotora de un tren llegando a la estación de forma lenta y paulatina cuidando cada aspecto del mismo.

"¿Qué, tendré un letrero con luces neón que digan, No estoy bien, pegado en la frente?" El sarcasmo me retumbaba mi mente con amargura. Ella de una forma sutil continuó.

-Ser reportera, significa estar muy atenta a lo que me rodea y no te he visto muy bien desde ayer.... estaba pen-

-Estoy bien- dije cortando lo que sea que fuera decir, escapando a sus oscuros ojos pardo que me miraban con increíble calma. Mis intenciones no eran ser grosera con ella, pero necesitaba calma por un momento, la mañana de hoy había sido como la copa derramada de mi cordura, dignidad o lo que sea que fuera.

-Gala, yo sé que apenas nos conocemos y comprendo completamente que tengas tus reservas, pero trata de confiar en mí- tomó mi hombro sacudiéndolo ligeramente y sacando una fugaz sonrisa de mi parte -Team humano ¿sí?- con su mano izquierda libre formó un puño que estiró en signo amistoso.

Correspondí, me sorprendía bastante el grado de simpatía que April me demostraba, era como una hermana mayor y eso me daba de una forma el sustento que necesitaba. Caminamos entre charlas vagas y risas cortas. Un pequeño lapso de algo normal en mi vida que regresaba la cordura a mi cuerpo.

No sé si en verdad estoy haciendo las cosas bien, pero entre April, y los chicos se encargaban, a su manera, de darme un apoyo emocional. Era claro lo buenos que eran, creo que incluso Raphael tenía un buen gesto que dar.

Entrar era cosa de no perder de vista a April, porque para mí, todo muro sucio, todo río de agua negra y toda tubería oxidada se veía exactamente igual, claro, hasta que llegamos a la "Tortucueva". Todo es notablemente más limpio o por lo menos a la vista.

En la sala se encontraba Mickey jugando unos viejos videojuegos de consola, ni siquiera notó que habíamos llegado, April y yo caminamos hacia la cocina, pues cargábamos unas bolsas de la tienda, excusa con la cual April me había sacado de la susodicha situación de hace unas horas. El trayecto fue detenido.

(TMNT) Desde las sombras te protejo Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ