Capítulo 23. Desconfianza.

4.1K 387 542
                                    


¿Qué más se puede hacer a las 2 de la mañana cuando el insomnio se apodera del cuerpo y prácticamente es imposible dormir?

Limpiar, limpiar hasta lo que en años jamás tocaste. Me movía de un lado a otro en mi departamento, limpiando cada rincón, acomodando mis cajones, dándole un orden por tamaño a mis libros, acomodando las pinturas por colores, los trastes y la sala.

Me sentía abrumada en el silencio, en el eco de mis pasos, ciertamente molesta y quizá también algo ofendida. Era jueves, es decir que ya habían pasado tres días y no se aparecía ni un alma por aquí.

April y Casey se mantenían pegados a los agentes en el caso del krang junto a Mickey que simplemente los cuidaba, Leo y Rapha patrullaban siguiendo las pocas pistas que encontraban sobre el paradero de Bebop y Rocksteady, Donnie trataba de descifrar la tecnología Krang que habíamos encontrado y yo permanecía quieta, sin hacer nada en mi departamento.

Era denigrante hasta cierto punto, me hacía sentir fuera de lugar y en cualquier caso olvidada. April y Mickey me mandaban unos pequeños mensajes al día, pero dudaba mucho que mi existencia pasara por ninguna otra mente.

¿Qué se supone que debía hacer? ¿Sentarme y pretender ser una linda muñequita de trapo? Arrumbada en una silla y ponerme a cantar la canción de Toy story 2.

En realidad, no podía simplemente aparecerme por ahí junto a los chicos, estaban tan ocupados en sus cosas que no quería ni siquiera tener que ponerme en una incómoda situación, incomodarlos o causarles algún inconveniente.

"-Dejaste tu maleta en el camión y te la vine a traer- Raphael me sorprendió dejándomela a un lado de mis pies -No descuides tanto tus cosas- gruñó molesto por alguna razón.

-Gracias ¿De dónde la sacaste? Ni siquiera ví que la trajeras en un principio- atiné a decir mientras él se levantaba dispuesto a irse.

-Usa lentes- respondió y antes de poder reprochar se alejó con rapidez."

Mi maleta ya no era una excusa para aparecer por ahí tampoco. Me detuve mirando mi departamento escombrado.

-Ya no queda nada que pueda limpiar...- suspiré incómoda, resignada a qué tenía que regresar a la cama para intentar tener al menos unas horas de sueño.

Ya en ella mi mente divagaba en la manera con la cual podría contribuir a los chicos y pues... salvar el mundo, pero cada opción se descartaba por si sola, pensé que quizá podría salir y buscar... buscar algo. En realidad, no habían muchas opciones que yo pudiera llevar acabo con mis propias capacidades, pero algo podía hacer simplemente saliendo, tal era mi suerte que con tan solo salir podría encontrarme con algo que estaba extrañamente listo para matarme.

Me acomodé de lado sobre mi cama, decidida, removiéndome sobre las sábanas, tratando de armar algún plan para mañana, estaba decidida y quedarme sentada ya no me parecía ninguna opción viable.

...

Transcurrí mi día igual que los últimos, desperté e hice ejercicio, nada fuera de lo común, 20 minutos corriendo entre los edificios de mi alrededor y unos 40 minutos de ejercicios con videos de YouTube, no dejaba de pasar por mi mente que quizá podría verse algo patético a comparación de pues, los chicos.

De alguna forma me sentía de nuevo en la secundaria... La idea de que no me serviría de mucho no dejaba de rondar mi cabeza, pero a estos puntos en mi vida prefería poder aguantar 15 minutos más corriendo que ser devorada en 5.

Me dediqué a dibujar un rato y salí a hacer unas cuantas compras para el refrigerador, tan vacío como mi nueva vida social.

La noche me alcanzó rápidamente y estaba lista para meterme en uno que otro problema, me puse unas mallas deportivas negras y una sudadera del mismo color, mis tenis y una ligera cola de caballo. Tomé mi celular y audífonos guardándolos en la única bolsa que poseía dispuesta a llevar acabo un estúpido plan hecho a las 4 de la mañana.

(TMNT) Desde las sombras te protejo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora