Capitulo 46 III

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Los tres hombres salieron del dúplex cómo ingresaron al sitio, cuidando de no ser seguidos e incluso de no ser vistos por los videos de seguridad, con mucho sigilo y mirando a su alrededor abordaron el auto de Thomas y se dirigieron en un tenso silencio a revisar las guanteras y todos los espacios del vehículo para tratar de buscar micrófonos o cámaras. 

Una vez revisado todo el espacios, se dispusieron a avanzar por el tráfico de la cuidad aún estaba, el sol de la tarde a punto de marchitarse y en lo alto de la autopista se vislumbraba el letrero con grandes letras plateadas, el estado de ánimo de la tripulación del vehículo era difuso cada uno estaba concentrado en una emoción distinta. 

Alessandro estaba aun en una especie de negación, todo lo que le conto Thomas era una total locura, Thomas estaba totalmente seguro que no era una buena idea dirigirse a las instalaciones de las oficinas principales de la familia Williams, pero el italiano es tan terco que es casi imposible sacarle una idea de la cabeza, Donnato como habituaba estaba manejando todo desde el radio que mantenía discretamente camuflado con su equipo secreto en Londres, estos los seguían a una distancia prudencial sin llamar la atención y pendientes de cualquier orden, el perfeccionismo era su marca personal y el hecho de tener infiltrados era algo que le molestaba de manera indecible por que significaba perdida de control y junto a ella el orden y la perfección. 

Antes de salir del dúplex Thomas y Donnato le expresaron su desacuerdo a Alessandro sobre ir a ver a su abuelo, pues si mete las patas con esta visita todo se iría literalmente al carajo, del cuidados de sus palabras depende el éxito de la misión, pues estaban caminando sobre minas de terreno enemigo. 

Desde el auto se observa con letras grande el letrero plateado, el emblema de la familia Williams una de las más antiguas de Londres, cada una de las letras el letrero demostraba la grandeza del apellido en su máxima expresión, no por nada eran una dinastía tan fuerte y temida. Los hombres bajaron del auto casi a la par con una elegancia y gracilidad que solo se consigue al nacer en cuna de oro, avanzaban al mismo ritmo eso sí cada uno tenía la precaución y cuidado de no ser seguido y visto por uno de sus enemigos.

Antes de llegar al edificio sabían que Bruce junior, no estaba en la ciudad, uno de los empleados del lugar le brindo la información en una corta llamada. Se entraba en Australia cerrando unos tratos con socios, una vez dentro caminaron directo al ascensor hasta la última planta presidencia. Fueron recibidos por un pulcro e inmaculado corredor blanco y al final de este una puerta contigua a un escritorio, en el que trabajaba una joven mujer, la nueva secretaria de su abuelo, pues Marie ya debió recibir su jubilación. 

 Al notar su presencia la joven se levantó para recibirlos con mayor profesionalismo.

— Bienvenidos a la presidencia de Williams — Les dijo la amable joven pulcramente alineada  desde el cabello antes los zapatos altos de tacón. Se notaba que hasta la sonrisa de los empleados en aquel lugar era ensayada para salir perfecta aunque poco natural. 

— Vengo a ver a Bruce. —  Cada hombre estaba situado en cada extremo del cuerpo del italiano quien miraba a la chica con una mirada feroz, retándola a negarse a su petición. 

— Lo siento señor Mancini, pero el señor Williams esta en una reunión importante y no puede ser interrumpido — Contrario a cualquier situación anterior que Aless ignoro a la mujer y avanzo a su destino. 

Alessandro entró como alma que se lleva el diablo a la oficina de su abuelo sin importar los alaridos de la secretaría del patriarca, una vez dentro del recinto todas las miradas se posaron sobre él. Su cuerpo tenía aquella posición de combate y su mirada era similar a la de un león a punto de devorarse a su presa.

La secretaria que ingresó detrás de él intentando por todos los medios que irrumpiera la reunión de accionistas que se desarrolla dentro del despacho presidencial. Un lugar lo suficientemente amplio como para albergar a todos ellos, en el centro del lugar estaba adornado por una costosísima alfombra de estilo rústico y profesionista en una perfecto gris, los muebles poseían esa misma tonalidad en los tapizados, sin embargo los muebles y repisas eran de madera oscura.

Un gran cuadro del gran Picasso estaba exhibido al entrar, casi gritando lujo, confort y mucho dinero como una muestra de su "superioridad" Williams siempre fue un hombre de prejuicios y con una mentalidad muy atrasada para la sociedad actual, para nadie es un secreto que su padre el antiguo señor Williams fue muy estricto y duro en su educación, y el hecho que el se casara con una americana como Sophia le hizo cambiar un poco, pero no lo suficiente.

—Discúlpeme señor, pero me fue imposible detenerlo y evitar que interrumpiera su reunión. — Le repitió la secretaria al patriarca. Este la miro con una orden muda, la mujer le indicó a los hombres de la reunión que le siguieran y una vez libres de los ojos del personal inicio a Alessandro hablar sin dilapidar el tiempo en saludos y otras cortesías.

—Ya me enteré de todo. — Fue el inicio de su discurso —Giannina se encargó de contarme todas tus mezquinas intenciones y de lo bajo, lo ruin que fuiste capaz de llegar hacer con tal de acabar con mi relación con Winnie. En ese momento Bruce intentó hablar, pero el risus peligroso, acompañado de un gesto con la mano de Alessandro lo calló de inmediato.

<<Estoy muy decepcionado de ti, el gran Bruce Williams no es más que un gavillero, que se sirve de su poder e influencia para dañar a las personas a su alrededor, lo que hiciste están bajo que no tiene nombre y solo puede ser resultado de una cabeza enferma o en su defecto de un monstruo. >>

—¡Cómo te atreves a hablarme de esa forma y más por esa negra! — exclamó totalmente rojo e iracundo hombre mayor, acentuó el desprecio en la palabra negra. Su labio superior se levantó en su extremo derecho, como una clara señal de asco ante el recuerdo de la imagen de Winnie . — ¡Tu eres el único monstruo y enfermo! por tener el cinismo de meterte con esa "mujer" que más parece un simio.

Alessandro se abalanzó sobre su propio abuelo lleno de una ira inimaginable, pero sus amigos lo detuvieron a tiempo, de su boca salía una especie de bramido casi animal era su instinto de protección hacia Winnie.

—!Eso compórtate como un animal igual a esa negra del demonio¡— Gritó el patriarca de los William, azotando su mano mientras pronunciaba con visible determinación cada sílaba que conforman las palabras que sus labios liberaron. Lo hago y lo vuelvo hacer, porque no vas a manchar mi apellido y el honor de mi familia cometiendo la atrocidad de casarte o tener hijos con esa simia.

<<Lo que me da asco es llevar la sangre de un monstruo como tu, los únicos que me generan asco son ustedes dos, con razón son padre e hijo, están hechos de la misma podredumbre. - Las palabras de Alessandro sonaron cargadas de rabia y una gran decepción se filtró en su tono de voz que a pesar de ello no pierde firmeza -.El tono de piel de Winnie, no es un defecto al contrario, es lo que más me gusta de ella y eso solo por hablar de su físico, porque como mujer y persona es excepcional no encontraría las palabras para describir lo maravillosa que es. Y que te quede claro a ti y a todos, que aunque intenten separarnos no podrán te lo juro por mi madre.

Hola mis Sandrithgos, ¡Espero que se encuentren super, duper, mega bien! Yo ya estoy mejorando de salud aun sigo en tratamiento, pero con la fe de estar recuperada  para la próxima semana.

Acá les dijo este mini-capítulo en el transcurso de la semana subo el resto y trato de ponerme al día.

EL AMOR DE WINNIE BROWN (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora