EL ABANDONO DE LA RAZÓN

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Cuando salió de aquella oficina, la joven estaba agitada su pecho subía y bajaba de manera peligrosa y su corazón galopaba de manera descarrilada, presa de sus emociones casi comete una locura, no podía concebir que casi golpea a su jefe y algo aún más grave en su primer dia de trabajo,sentía que la cabeza le daba vueltas y la necesidad casi demente de mandar todo al carajo y devolverse a decirle unas cuantas cosas aquel canalla, como se atrevía a insinuar que ella era una inútil, inservible, incapaz, con la ira recorrer cada espacio de su piel se instó a calmarse no era el mejor momento para dejarse llevar por sus impulsos lo mejor era callar con sus resultado aquel idiota prepotente.

Logrando calmarse se acercó donde sentía la presencia de la secretaría el don Sciupafemmine y le pidió que le condujera a su oficina y le hicieran un recorrido para conocer su nuevo lugar de trabajo, la rubia y despampanante secretaria del don idiota, en una falda de tubo, con una camisa y con unos tacones de aguja que cada que caminaba hacían un molesto sonido en el piso de mármol de la oficina tomó el teléfono y marcó a la recepción donde solicitó hablar con alguien de recursos humanos para que ayude a la nueva abogada, mientras esperaba la rubia mujer observo a la morena que estaba frente a ella con una sonrisa, aun podía sentir el ambiente que presenció en aquella oficina al señor Mancini y a la joven chica que casi estaban agarrados de los cabello como dos chicos en plena adolescencia, ella era una mujer entrada en sus años dorados ya tenía cincuenta primaveras pero aún estaba tan fuerte como una de quince y sólo ella podía soportar al insufrible de Aless como lo llamaba cuando estaban en un ambiente más informal y podía jurar que él tenía un interés personal por aquella chica.

El ascensor se abrió dejando ver a una chica de cabello castaño y ojos avellana que se acercaba, llevaba un vestido color melón y una sonrisa, al llegar al lugar donde estaban ambas mujeres saludo y luego la señora Abalo se dispuso a presentar a la chica que acababa de llegar y luego de eso transcurre una buena mañana de trabajo donde Winnie conoció más a su nueva secretaria Alisa quién era británica llevaba 2 años trabajando para el don sciupafemmine, le contó que él era un mujeriego, arrogante, adicto al trabajo en fin el típico idiota que ella se imaginaba y a si paso su primer día de trabajo.

Saliendo ambos de sus oficinas se encontraron en el pasillo ella lo reconoció por su olor tan característicos a brisa fresca, trato de hacer calmarse y forzó una sonrisa mientras decía.

- Buenas noches señor Mancini- El hombre la observó unos segundos sin pronunciar palabra alguna, haciendo la objeto de un escrutinio desvergonzado, el ojiazul observó con una parsimonia en enloquecedora las curvas de la morena.

De un momento a otro la pequeña mujer sintió como era arrastrada por una mano fuerte y como su espalda chocó contra una superficie dura lo que parecía ser una pared y unos labio sobre los suyos que le robaban el oxígeno de sus pulmones con su poca fuerza se resistía al acto, pero ya Aless había abandonado por completo la razón y era víctima de sus impulsos más primitivos y a pesar de la resistencia de la mujer notó que era una desadora inexperta lo cual aumentó su libido y la agarró con total posesión la cintura apretándose más a su cuerpo, hasta que escuchó un gemido que salió de la boca de su víctima que solo animo a besarle con más demencia atrapando todo su cuerpo en la pared de la sala de juntas, aun que sentía que la respiración le escaseaba se negaba a dejarla ir, así que aflojo un poco sus labio y tomó una pequeña respiración y sin más volvió atacar su boca, la morena forcejeaba para liberarse en medio de la batalla le llegó una idea y tomó el labio inferior del gigante que la tenía presa y le mordió el labio hasta que sintió el sabor metálico de la sangre y el hombre con un fuerte quejido de dolor la liberó, respiraba de manera errática intentando recuperarse de aquel beso tan exigente.

Cuando sus respiraciones disminuyeron el gigante se acercó a ella, hablando a su oído dijo.

- Eres una salvaje la mía bestia, adoro quando si scatenano -La mujer no podía creer lo que el hombre que aun la tenía presa le decía y sobre todo que acababa de robarle su inocente primer beso, intentó soltarse de su agarre empujándolo de su fornido pecho y con una voz notablemente enojada le dijo.

- Suéltame, que cree que hace animal,bruto cavernícola, como se le ocurre atacarme de esta manera - El hombre soltó una risa y ellas le lanzó una bofetada que lo dejó estupefacto, raciono volviéndola a besar esta vez con más rudeza, era un beso exigente, se convirtió en una batalla de supervivencia ella por soltarse y el por no soltarla, hasta que un sonido en la puerta los alertó deteniendo de manera abrupta el beso.

Del otro lado en el pasillo una señora Abalo intentaba abrir la puerta de la sala de juntas, la puerta estaba sin seguro, al abrirla se llevó una sorpresa el jefe y la nueva abogada estaban sentados en la mesa parecía que discutían sobre un contrato pues eso alcanzo a escuchar cuando entro, disculpándose por interrumpiros se adentró a la habitación.

La abogada se despidió y salió por la puerta cuando estaban solos la mujer mayor le dio una mirada a Aless de esas que dicen confiesa lo todo, el hombre solo le guiño un ojo a la mujer, la cual intensificó su mirada hasta que él no tuvo más remedio que contarle la verdad, la señora Abalo lo riño por su comportamiento.

En el estacionamiento una temblorosa Winnie intentaba controlar su cuerpo, todavía podía sentir los labios del hombre sobre los de ella, y sus manos recorre su cintura de extremo a extremo, nunca había sido presa de tantas sensaciones en un día, ese hombre estaba totalmente loco como se atrevió a tomarla de aquella manera a hacer con su boca lo que quiso y con total descaro sin sentir un poco de vergüenza por sus actos vandálicos, robar la inocencia de sus labio y la pureza de su boca, respirando de manera agitada esperaba por su taxi y rogaba que no demorara, a los pocos minutos llegó el taxi y ella le dio la dirección, cuanto entró en el taxi logró calmar los temblores en su cuerpo.

Alessandro salió de la sala de juntas dispuesto a seguir a la pequeña mujer para continuar con lo que dejaron pendiente pero cuando llegó a la recepcionista el vigilante le dijo que hacía poco se había marchado la abogada, decepcionado tomó las llaves de su deportivo y arrancando hacia su apartamento, al entrar se sirvió una copa vodka y revivió en su mente la forma tan inocente como ella intentó seguir su beso, él era un hombre muy posesivo y egoísta, saber que la primera vez de Winny fue con él por supuesto que le agrado.

Tomó su teléfono y llamó a Atenea una rubia modelo con la cual tenía relaciones ocasionalmente tenía un gran problema en su entrepierna y un deseo que parecía quemarlo, apenas llegó la mujer a su puerta no la dejo hablar la tomo casi en la puerta de su apartamento y así paso toda la noche en medio de una faena de sexo y lujuria, pero a pesar de esto su mente parecía estar alejada, estaba en unos ojos como la miel que le robaban toda racionalidad.

Cuando la joven llegó a su casa no ceno y se metió en su cama con los recuerdos del beso en su mente y con la cabeza vuelta un gran lió por culpa de su jefe, considerando renunciar, pero antes de hacerlo le daría una gran bofetada a aquel canalla y así pasó hasta que el sueño la venció.

EL AMOR DE WINNIE BROWN (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora