Capitulo 21: Nuestro

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Recibí una piedra dura y áspera que No puedo considerar una casa o un hogar,Sin embrago estoy alli sin importar el frío, por que es mi lugares tú corazón

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Recibí una piedra dura y áspera que
No puedo considerar una casa o un hogar,Sin embrago estoy alli sin importar el frío, por que es mi lugares tú corazón.


Winny Sandrith Dominguez

Permanecieron en silencio durante unos minutos, hasta que el italiano rompió el silencio de la forma menos esperada.

Alessandro acercó su boca a al oido de la jóven y le susurró con voz lenta y contenida.

- Tus piernas son cortas, gruesas, firmes... - La forma tan íntima y sensual que lo dijo, hizo que la menor soltará un jadeo que la sorprendió por el sonido tan pecaminoso que abandonó sus labios.

Alessandro posó su mano en sus piernas desnudas deslizandola hasta arriba de su pantalón corto, llegando a su glúteo derecho. - Me gustan - dijo el italiano.

- Señor... - Jadeó Winnie, avergonzada por cómo salió su voz suplicante. - Estamos en un lugar público -.

El italiano se rió de manera malvada en el oído de la menor, esa risa hizo que en el estómago de la menor, sintiera una nueva sensación cómo si lava bajara por el, al mismo tiempo que el italiano pellizco el gluteo, Winnie volvió a jadear y esta vez cubrió su boca con su mano totalmente avergonzada, con el rostro caliente no precisamente por los rayos solares.

- Vamos, te tengo una sorpresa - Dijo Aless cuando notó ciertas miradas curiosas sobre ellos, no esperó respuesta de ella simplemente enlazó sus manos caminando fuera de la fuente.

Caminaron hasta llegar al auto del mayor. Cuando estuvieron en casa del mayor, él le tenía preparada una pequeña sorpresa, no pudo evitar comprarlo apenas lo vió, le acordó a ella, poseía su inocencia y belleza natural.

Una vez dentro del ático, la guió hasta su habitación dónde tenía la sorpresa para ella, la ayudó a sentarse en la cama, mientras él se adentraba al armario para traer la pequeña caja con moño de su armario...

- Espero te guste, es un presente para tí - Le dijo Sandro al tiempo que le colocaba en sus piernas la pequeña caja y él se sentaba a su lado evidentemente nervioso rascándose detrás de su cuello.

La menor palpo la caja que notó tenía agujeros, algo se movía dentro de ella, continúo tocando hasta dar con el moño que desató, continúo desarmando la caja hasta que sus manos tocaron algo peludo y calentito... ¿Será un abrigo? Se preguntó la abogada.

Sus interrogantes fueron contestados cuando la cosa peluda soltó un ladrido que la hizo dar un salto y una lengua lamió su mano, un cachorrito.

No era cualquier tipo de canino era una mezcla entre Golden Retriever y Pastor Alemán, era un hermoso cachorro de color cafe claro en todo su cuerpo, de ojos negros cómo la noche.

Cuando Sandro estaba buscando el regalo perfecto para ella, descartó las joyas porqué no serían útiles para deslumbrarla así que optó por un perro guía, era el detalle perfecto teniendo en cuenta la falta de visión de ella, además un canino es un amigo fiel y leal, la ayudaría en situaciones riesgosas, estaba entrenado para protegerla.

EL AMOR DE WINNIE BROWN (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora