Capitulo 13: Cositas tiernas y bonitas.

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" Una buena familia es el mejor regalo que puedes tener para ser feliz". Frase Anónima.


Después de confirmar las reservaciones del hotel, Sandro guió a la joven a su habitación, le ayudo a contar los pasos de cada espacio y la invito a almorzar con él, cuando llego la hora del almuerzo la joven se retrasó ante la preocupación de que se perdiera Sandro subió hasta el cuarto de ella, toco la puerta.

- Winnie, ¿estás bien?- pregunto con vos claramente preocupada, cuando ella le abrió la puerta para que el ingresara.

- Estoy bien, pero necesito de su ayuda- le dijo la joven con vergüenza por su retraso y preocuparle.

- Si dime- le respondió un Sandro muy intrigado por la actitud avergonzada de la abogada.

- Me podría ayudar a conseguir mi bufanda. Le dijo con mucha pena la joven mientras le señalaba el equipaje desordenado, el clima hoy era especialmente frió y mientras intentaba buscar la bufanda dentro de su maleta se le paso el tiempo estaba segura de haberla sacado de su armario y empacarla para el viaje- Per favore-le suplico la joven con voz suave haciendo un pequeño puchero que al mayor se le antojó tierno.

Sandro sintió una opresión en su pecho ante su petición no podría imaginarse lo difícil que era para ella encontrar hasta su propia ropa, se veía tan pequeña e indefensa que daban ganas de tomarla en brazos y protegerla.

- Por supuesto- dijo el mayor cuando se recompuso de sus cavilaciones, busco en toda la habitación pero no encontró la bufanda, llamo a Donato para avisarles de su retraso.

Tomando su propia bufanda la desanudo de su cuello y se acercó a la menor con pasos cortos y seguros la atrajo hacia si tomándola de los hombros, ante esto ella se sobre salto un poco.- te pondré esta mientras conseguimos otra- dijo el mayor con una vos suave y aterciopelada. La joven se negó alegando que era su bufanda que el aguantaría frio, que podría no usar una, pero él no le dio tregua.

Como si ella fuera una niña pequeña Alessandro enrollo en su cuello la bufanda que olía a su colonia, ese olor invadió las fosas nasales de la menor haciéndola sentir un escalofrió por todo su cuerpo que inicio en su columna hasta extenderse por todo su ser, podía sentir las mano de él anudando la bufanda, su respiración estaba cerca muy cerca. Su corazón martillaba dentro de su pecho y sus piernas se sentían débiles sin fuerzas.

-Grazie – respondió la menor cuando el acabó de ponerle su bufanda una bufanda negra de textura suave.

- prego- respondió Sandro, se sentía extraño el olor a fresas de su cabello lo dejo fascinado, cuando sintió la dulce fragancia le vinieron deseos de enredar sus dedos dentro de ellos en realidad desde que descubrió que era rizado quiso hacerlo.

Llegaron juntos hasta la mesa donde el jefe de seguridad d Sandro los esperaba para almorzar, el almuerzo fue agradable en tanto estaban comiendo el mayor le conto el motivo del viaje, su abuelo materno acababa de sufrir un infarto y desea repartir sus bienes en vida para ello necesitan la presencia de él.

Solo estarían hasta el martes puesto que mañana sábado se reunirían todos en la villa de la familia y el lunes en la mañana el abogado de su abuelo les daría a conocer su testamento, Sandro no deseaba nada de su familia y cuando les dijo esto por teléfono al abogado de su abuelo este le dijo que tenía que venir personalmente a rechazar su parte de la herencia, por eso era necesario tener un abogado por aparte para que le ayudara con todos los tramites.

El patriarca de la familia Bruce Williams era de 83 años, un hombre de negocios que toda su vida se dedicó a sus empresas, se casó con Sophia con la que tuvo dos hijos a Candace y Robert, aparentemente la cuestión era sencilla sus bienes debían ser repartidos entre su esposa e hijos, pero como la madre de Sandro estaba muerta los bienes de ella automáticamente pasan a su único hijo.

El mayor no desea el dinero de su familia, aquellos que luego de la trágica muerte de Candace lo olvidaron, ninguno de ellos estuvo presente en su vida excepto Sophia su abuela una mujer dulce y amorosa.

...

En lo alto de una colina se podía apreciar Williamsville la propiedad de los abuelos de Sandro, esta mañana el ambiente estaba un poco tenso por las expectativas del viaje hacia la villa y por el reencuentro con sus familiares, desde el día anterior luego de finalizar con la abogada esta se marchó a su cuarto alegando que debía prepararse para la reunión, su actitud hacia el los últimos días era muy extraña como si evitará el máximo contacto con él, cuando la invito a cenar ella ya lo había hecho en su habitación.

Apenas el auto se estaciono en el portón de la casa se divisó a una mujer mayor con el cabello plateado, con ojos analíticos y una gran sonrisa, Sandro se bajó del auto y ayudo Winnie hacerlo bajo la atenta mirada de su abuela y todo el personal tanto de la casa como el equipo que lo acompañaba. La joven le agradeció con una sonrisa y estendio su bastón para guiarse, Sandro camino hasta su abuela quien lo abraso y lleno su rostro de besos haciendo que de su garganta brotara una risa.

Aquel sonido de la risa de Sandro a la menor la estremeció, e hizo que millones de cositas se movieran en su estómago dejándole una sensación placentera, de la mana se sintió tímida.

-Nonna ma se sei bella –Dijo el italiano luego que su abuela dejo de besarlo, la tomo de su mano y la guio hasta la abogada.

- Nonna ella es Winnie Brown mi a... – su nonna n lo dejo terminar cuando abrazo a la joven y eso su mejilla.

- Bienvenida a mi casa querida, es un gusto para mí recibir a la novia de Sandro. Dijo la matriarca quien tomo la mano de la joven, la abogada cuando escucho esto se puso nerviosa y tomo con más fuerza la mano de la anciana quien tomo este apretón de manos como muestra de agradecimiento.

Sandro estaba estupefacto antes las declaraciones de su abuela quien n los dejo explicarse cuando inicio a llamar al personal, arrastrado a la joven junto a ella para llevarla a la sala de la casa.

En la sala se encontraba su esposo, Robert su hijo junto a su esposa con sus pequeños hijos los mellizos Kendrick y Frederick de un años y cinco meses, al ingresar a la sala se quedó en completos silencios todos observando a los recién llegados.

- Cariño, Sandro vino junto a su novia – Dijo con una voz risueña y cantarina Sophia a su esposo.

- Nonna no me has dejado decir ella n...- Sandro fue interrumpido por uno de los mellizos quienes se acercó a ella bajo la atenta mirada de todos. Para nadie es un secreto que el pequeño Kendrick era muy celoso con los extraños peor por alguna razón ella le generó la confianza para extenderle sus bracitos.

- Parece que el pequeño Kendrick te dio la bienvenida a la familia - la abogada no podía pronunciar palabras parecía como si los ratones se comieron su lengua literalmente.

Después de las presentaciones todos pasaron al comedor para almorzar, cuando ambos fueron consientes estaban cada uno con un mellizo sobre su regazo en la sala teniendo una charla con la familia quien aun pensaban que eran pareja le preguntaron ¿qué hacía?, ¿de donde era? cosas personales para ir familiarizándose.

Durante la velada la abogada se dijo así se siente ser una familia, estar rodeada de gente que te hace sentir cosas tiernas y bonitas. 

EL AMOR DE WINNIE BROWN (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora