❂⊱• ════ ❦_Trigésimo_❦ ════ •⊰❂

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Una sonrisa escandalosa se formó en sus labios cuando se estiró por completo en la cama cuán gato. Bien descansado, enredado entre las mantas y con el cabello revuelto. Un sábado que debía ser bien aprovechado.

Tenía dos días viviendo en casa de JungKook, aunque no le resultaba extraño pues había pasado los últimos días allí, incluso dormido en esa misma cama que poseía ahora el aroma de ambos en una deliciosa mezcla.

JungKook no estaba a su lado. No, dejemos eso de preparar el desayuno para otra historia más cliché. Ese hombre se levantaba muy temprano a amansar el saco de boxeo que yacía en la terraza de su apartamento.

TaeHyung podía escuchar hasta allí los golpes que daba a este, "Puff, Puff" seguidamente.

Bajó de la cama con apenas su camisa dos tallas más grande que él, que le llegaba a los muslos y se encaminó fuera de la habitación. Importándole poco ir descalzo aún a sabiendas que JungKook le reñiría por ello. Sonrió al pensar en sus regaños, ese hombre ya no le causaba ni pizca de miedo, no del todo.

Avanzó por el pasillo casi a penumbras, debían ser las 7 de la mañana cuando mucho, siguiendo el golpeteo de aquellos fuertes puños contra la dura tela de lona del saco. Pero en vez de seguir derecho a dónde estaba la terraza y por consiguiente JungKook, dobló a la derecha, a la cocina. Tomó de uno de los estantes su cereal favorito y entonces sí se encaminó a la terraza de puntillas.

Había desarrollado un gusto peculiar por verlo entrenar y pelear, desde luego. Por eso cada mañana se levantaba luego de él para robarse el cereal, como en esta ocasión y luego tomar partida en el suelo frente al ventanal y verlo entrenar a través de la cristalina ventana, sin que él se diese cuenta, claro.

Engulló un puñado de cheerios de miel mientras lo admiraba, uno que otro arito quedando pegado en sus mejillas mientras admiraba la fuerza de esos puños, la ligereza del hombre al moverse y saltar sobre sus puntillas. Cómo ese cabello del color del ébano le caía sobre la frente, estaba más largo, pronto cumpliría su deseo de tenerlo hasta la cintura de ser posible y a Tae no le disgustaba para nada aquello. No si podía enredar sus dedos entre sus mechones y acariciarlo, no si lo imaginaba dentro de escenarios mucho más placenteros, no si podía tirar de el cuando estuviese enojado.

Al imaginar esa cómica escena no pudo evitar reprimir una carcajada y estrujar el cereal entre sus manos, JungKook quien se mantenía concentrado, viró su rostro para encontrar al chico del otro lado que reía sabe Dios porque, mientras portaba entre sus manos la caja entera de cheerios.

Entre su respiración agitada y cansancio, pudo sonreír pleno, la felicidad que TaeHyung irradiaba y su pureza, lo hacían contagiarse de una manera acogedora.

¿Que si lo amaba? ¡Por Dios! Podría ponerle un trono al lado del suyo y le importaría una reverenda mierda lo que el mundo pensara. Lo adoraba y era demasiado para él también, así lo consideraba.

~*MY TIME 𝘐𝘯 𝘠𝘰𝘶 *~ (KOOKV). Pra. Temporada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora