"Quémalo todo, que todo arda. Libérate de esa jaula y vuela lejos junto conmigo. Olvida la ley de Dios, olvida lo impuesto, que yo pondré, mi Tiempo en Ti..."
~*⚠️ A D V E R T E N C I A S ⚠️*~
Escrito con contenido +18. Escenas sexuales explícitas y...
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La mañana los acogió con prontitud. JungKook parecía reacio a levantarse y Tae tuvo que llevarle el desayuno a la cama. Se sentó frente a él con la charola en mano y lo alimentó como si fuese un crío, y que nadie se lo tomara a mal, pero amaba realmente hacer eso. Consentir a su mayor, a su novio, al hombre de su vida.
Terminados los alimentos y los dos con los estómagos llenos; JungKook apartó la bandeja vacía a un lado y cogió a Tae por las caderas sentándolo sobre sus piernas, aún sobre el colchón y teniendo así su buena dosis de besos mañanera y un peinado trenzado en su cabeza que, joder, le quedaba de maravilla según TaeHyung.
—Amo cada momento a tu lado —Musitó JungKook enterrando su frente en el hombro de él.
—También yo lo hago —Acarició con parsimonía sus mejillas, su dura mandíbula mientras sentía que el pecho se le hundía en nostalgia.
—No quiero perderte nunca, tigre, me he acostumbrado tanto a ti. Joder, no imagino ni un minuto lejos de ti, bebe —Lo acunó de nuevo por las mejillas y lo besó con pasión— Eres mi vida entera, lo sabes, ¿Verdad? —Y al menor le dolió más el corazón.
—Lo sé, porque tú también eres la mía. Te Amo, JungKook, pase lo que pase siempre te voy a amar. Esté donde esté, vaya a donde vaya. Soy tuyo y tú mío siempre, siempre —JungKook sonrió, eran pocas las veces que lo veía sonreír así; hasta que debajo de sus ojos se formaban pequeñas arruguitas y su roedora sonrisa aparecía. Lo más bonito de todo era que solo sonreía así para él, con él, cuando estaban solos y por ello, Tae lo apreciaba al doble. Cómo amaba a ese hombre, tanto que, joder... Dolía.
Porque también duele de tanto amar, duele no poder sacar todo el sentimiento a flote cuando lo sientes estallar, duele no poder bajarle el universo entero a la persona que amas solo por verla sonreír o hacerlo feliz.
—Och, Te Amo tanto —Y los besos regresaron, con ímpetu. Suavemente, delicado, cargados de todo. Y es que cuando lo besaba, su alma brincaba de gusto. JungKook era su lugar seguro, su templo, su jodido refugio ante toda tormenta y todo porque él lo había engreído así. ¿Qué no haría por él?
¿Qué no estaba dispuesto a hacer? Mejor dicho. Tae interrumpió el beso sintiendo el malestar venir y disimuló las lágrimas metiendo conversación entre ambos, mientras disfrutaba del abrazo cálido otorgado y del aroma de su JungKook.
—¿Qué harás hoy? Es obvio que hemos perdido un día más de clases —Comentó TaeHyung.
—Y me pesa, ¿Sabes que he pasado las materias que debía? —Tae abrió grande los ojos, se separó y lo miró atónito.
—¿De verdad? —JungKook asintió emocionado, lo dejó sentarse sobre la cama y ahora solo las piernas de ambos yacían entreveradas, sus frentes casi juntas, sus manos unidas, hablando bajito ambos como si estuviesen compartiendo los mayores secretos. Secretos bonitos, pequeños momentos de ambos.
