~*MY TIME 𝘐𝘯 𝘠𝘰𝘶 *~ (KOOKV). Pra. Temporada~

❂⊱• ══ ❦_Cuadragésimo 9no_❦ ══ •⊰❂

  

Esa misma noche mientras se sentaba en uno de los asientos libres de aquella zona cerca del ring de boxeo, se permitió llenarse de toda la nostalgia posible. Ese lugar le traía tan grandes y significativos recuerdos.

Recordaba la última vez que había estado ahí, joder, se sentía como si el tiempo no hubiese avanzado nada.

La ovación del público, todo.

Estar ahí sería el último regalo de su parte para JungKook, en mucho tiempo.

La nueva temporada había iniciado y podía ver la emoción en el azabache esa mañana, luego de su ceremonia de graduación, cuando le dijo que se había apuntado de nuevo en la temporada entrante del boxeo underground, que esa misma noche iniciaba y que estaba totalmente invitado en conjunto a sus amigos. Tae no lo pensó dos veces, por eso estaba allí, uniéndose a la ovación que el público entonaba en torno a "Killer Rabbit" como se hacía llamar JungKook.

La arena entera coreaba su nombre y sobrenombre, era querido allí y sobraba decirlo. Se pagaban millones de wones por un solo boleto y ni hablar de las apuestas que era lo que realmente armaba el negocio en esos lugares.

Pero más allá de eso estaba muy feliz de estar allí, los recuerdos golpeaban duro como sus guantes y el pasado venía a él con potente furgor. Se recordaba inmaduro sentado allí, aprendiendo de lo que vivía el azabache, aprendiendo de su vida.

Allí mismo recordaba cuando lo conoció, bueno, en realidad cuando tuvo el placer de verlo de cerca. Pues siempre lo admiró de lejos. Esa bendita tarde cuando derramó su malteada sobre las bonitas botas del otro y no solo eso, de sus amigos.

Joder, quería llorar de solo recordar tan tremenda mortificación que sintió, y gracias a Dios por todo lo que vino después y la reacción de JungKook, de lo contrario hubiese odiado la idea de que su crush de siempre lo molestara por tirarle su malteada en los zapatos, eso hubiese sido bochornoso.

Cada uno de esos recuerdos lo habían llevado a estar sentado ahora en ese palco, esperando por él junto con sus amigos. Era mortificante, emocionante, se sentía justo como la primera vez que pisó ese lugar.

La gente estaba eufórica, se respiraba un ambiente ligero que te contagiaba de buena y alta vibra, era genial y lo extrañaría.

El lugar estaba a reventar, el calor era sorprendente, pero estaba contagiado de la efusividad de la gente que coreaba sin parar "¡! KILLER RABBIT, KILLER RABBIT ¡!"

—¡! AQUÍ LO TIENEN, YA ESTÁ AQUÍ, ES SUYO, ES KIIILLER RAAAABBIT ¡! —Gritó el presentador con aquella gruesa voz que tan solo hizo estallar más al mar de gente reunido allí.

Y enseguida música estridente comenzó y reconoció aquella canción con tanto significado que sonaba en los parlantes del lugar, "My Time" de un cantante surcoreano que admiraba mucho, una canción llena de significado sin duda alguna.