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TW: Acoso escolar.

Jimin se dirigía hacia afuera de la biblioteca luego de haber ido a devolver un libro que había pedido prestado unas semanas antes en un tarde de miércoles como cualquier otra.

Ya había pasado una media hora desde que su última clase había terminado, pero se había quedado distraído revisando los libros y conversando un poco con el bibliotecario.

Una vez había atravesado la entrada, comenzó a caminar por el pasillo vacío en dirección a la salida para dirigirse a su casa.

Pero sus planes se vieron interrumpidos cuando vio a Seokjin y a Hoseok saliendo del baño de hombres que se encontraba cerca de la entrada de la escuela.

Rápidamente agachó la cabeza deseando que estos dos no lo vieron, apretó los tirantes de su mochila y se dispuso a pasar a pasos veloces.

Aunque el de lentes ya tenía claro que el destino lo odiaba, le sorprendió su mala suerte cuando Seokjin lo interceptó tapándole el paso, y gimió de dolor cuando este lo empujó haciéndolo caer al suelo.

"Eres justo a quién quería ver", dijo el más alto burlesco, "tenía que devolverte esto", dijo para posteriormente quitarse su mochila y sacar de ella el ensayo que Jungkook le había devuelto a la fuerza el día anterior.

El pelinegro puso sus brazos a los costados de su cuerpo para darle el impulso necesario para ponerse de pie de nuevo, haciendo todo lo posible para evitar el contacto visual.

Ya conocía el temperamento de Seokjin, y por más que estuviese acompañado de Hoseok quien solía ser más tranquilo, los escalofríos recorrían todo su cuerpo mientras sentía lágrimas mojando sus mejillas.

Una vez de pie, limpió la parte trasera de sus jeans con sus manos y se dispuso a recibir el montón de hojas que el más alto estaba sosteniendo frente a él.

Entonces escuchó a Hoseok hablar, "¿Estás llorando?", preguntó este, burlesco, "pero si solo fue un pequeño empujoncito".

Lo cual no fue más que un insulto cruel pero inofensivo, aunque lo distrajo de lo que estaba haciendo, y todas las hojas que acababa de agarrar cayeron al suelo y se desparramaron por todo el pasillo. 

Debido a la sorpresa, levantó la mirada bruscamente, solo para ver la cara de indignación con la que su agresor veía su trabajo que ni siquiera había comenzado a hacer repartido por todo el suelo.

"Arreglalo", le dijo al pelinegro frunciendo el ceño, "ahora", prosiguió luego de ver que el más bajo se había quedado congelado en su lugar.

Velozmente Jimin recogió las hojas del suelo, viendo como una de estas goteaba luego de haber caído sobre un pequeño charco. Entró en pánico al instante, sabía que el chico que tenía al frente se enfurecería.

Vaya que tenía razón, puesto que el más alto se demoró unos cuantos segundos en agarrarlo del cuello de su sudadera violentamente, "¿Cómo piensas arreglar el desastre que hiciste?".

"N-no te preocupes", respondió el de lentes con la vista borrosa por las lágrimas, "solo son hojas".

"¿Quién te crees que eres, rarito?", le dijo Seokjin sacudiéndolo, "tu amigo de cabello oxigenado no está aquí para defenderte".

Jimin estuvo a punto de suspirar de alivio y pedir disculpas cuando el más alto lo soltó, pero no tuvo tiempo ni para acomodarse la ropa en lo que el puño del chico lo golpeaba con fuerza en el estómago. Torció todo su cuerpo abrazándose a si mismo.

"Más te vale que esté listo para mañana", le dijo Seokjin, "y no le vayas a contar a Jungkook, si se acerca a ti es porque tiende a sentir compasión por la gente patética".

Dicho esto, ambos chicos se fueron en dirección al gimnasio, y Jimin retomó su camino hacia la salida, llorando y con su capucha tapando casi todo su rostro.

Una vez fuera del establecimiento, estaba tan adolorido y perdido en su propio mundo que no escuchó al pelicastaño sonriente acercarse.

"Hola, bajito", le dijo Jungkook parándose en frente de él, y le tomó un segundo notar lo afligido que estaba el más bajo, "¿te encuentras bien?".

"Si, estoy bien", dijo Jimin intentando evadir al más alto a toda costa, por lo que siguió caminando aún cuando este le hablaba.

"¿Y qué haces aquí a esta hora?", preguntó el pelicastaño extrañado, "no puedo tener clases contigo hoy, tenemos-", comenzó pero se vio interrumpido por el de lentes.

"Práctica del equipo, ¿no?", preguntó Jimin afligido, alejándose aún más del contrario, "son los martes, miércoles y jueves".

"¿Cómo lo sabes?", cuestionó Jungkook. Jimin se quedó callado, no estaba dispuesto a decirle al más alto que él y su mejor amigo a veces se quedaban después de clases esos días para que el peliteñido pudiese ver a Yoongi.

Al ver que el más bajo no detenía su caminata, el pelicastaño comenzó a caminar a su lado, "¿Estás seguro que estás bien?", le preguntó, "si te sientes mal puedo acompañarte a la enfermería".

Jimin tenía una lista enorme de personas que preferiría que lo viesen en el estado en el que se encontraba. Supuso que Seokjin tenía razón al decirle que Jungkook solo sentía compasión por él.

"No me pasa nada", dijo apresurandose aún más, "debo irme", continuó dejando al pelicastaño extrañado.

Entonces el de lentes retomó el camino a su hogar de una vez por todas, en lo que Jungkook le hablaba en voz alta por la distancia, "¡Te veo el viernes!".

Ya a medio camino, Jimin siguió llorando, no por el dolor sino por la humillación, y odiándose a sí mismo por lo mucho que dependía de su mejor amigo para que lo defendiera.

Una vez en su casa, le sorprendió ver a su madre en la cocina lista para irse al trabajo, ya que normalmente se iba más temprano, fingió bienestar y puso una sonrisa de oreja a oreja en su cara al saludarla. Su mamá ya tenía bastantes preocupaciones.

En la escuela, los miembros del equipo de fútbol se hallaban trotando alrededor de la cancha, y Jungkook notó como Hoseok y Seokjin hablaban por lo bajo y soltaban risas indiscretas.

Rápidamente ató los cabos sueltos, y por primera vez en mucho tiempo, sintió el impulso de herir a sus amigos.

La entrenadora notó como el capitán de su equipo rompía la formación del trote y se dirigía a dos de sus compañeros con los puños apretados.

Un par de horas más tarde el problema ya estaba solucionado, Jungkook tenía los nudillos rojos y Seokjin presionaba una bolsa de hielo al costado de su rostro mientras estaban sentados en frente del escritorio de la dirección.

Si bien el pelicastaño había encarado a sus amigos porque era lo correcto, una parte de él quería que el chico de lentes supiera lo que había hecho.



Crush ⎯ KOOKMINWhere stories live. Discover now