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Era lunes y el reloj marcaba una hora desde que habían terminado las clases, cuando Jimin y Jungkook acababan de terminar una de sus sesiones de matemáticas y se encontraban abandonando su lugar habitual de estudio, la biblioteca.

"Supongo que estás listo," le dijo el de lentes, "ya repasamos todo lo que entrará en el exámen del viernes".

Luego de escuchar esto, el pelicastaño se giró violentamente para mirar al contrario de frente, "¿Tenemos exámen el viernes?", preguntó exaltado y confundido.

Jimin suspiró y se preguntó seriamente si el más alto siquiera lo escuchaba cuando hablaba, antes de responder, "La profesora nos lo dijo hace días, Jeon".

"¡¿Cómo se supone que rinda un exámen?!", preguntó Jungkook, asustado, "solo entiendo un cuarto de la materia".

"Estarás bien", le respondió el pelinegro intentando sonar reconfortante, "haz mejorado bastante".

Jungkook, entre enternecido por el cumplido del más bajo y nervioso por la noticia de que debía dar un exámen, le preguntó, "Necesito practicar más, ¿crees que podamos juntarnos el jueves más tarde?, sabes que no puedo saltarme el entrenamiento con el equipo".

Jimin se emocionó un poco por la idea de ver a Jungkook más de lo acordado, y luego se abofeteó mentalmente por sentirse así, "Si puedo, pero, ¿dónde estudiaremos?".

Al de estatura más alta se le había olvidado un pequeño detalle, y es que a las horas en las que terminaban los entrenamientos de fútbol, la biblioteca de la escuela ya estaba cerrada.

El de lentes, al notar como a Jungkook no se le ocurría ninguna idea, propuso un lugar de forma impulsiva, "Podrías venir a mi casa, vivo cerca de la escuela y es bastante tranquilo".

Más tarde estaría a punto de entrar en pánico por haber sugerido su hogar, pero lo hecho, hecho estaba. 

"¿En serio?", preguntó el más alto, a lo que Jimin asintió cabizbajo.

Acordaron que el de lentes se encontraría con Jungkook en el gimnasio de la escuela después del entrenamiento el día jueves, y juntos, se irían a nada más y nada menos que la casa del pelinegro.

El día jueves.

Jimin se dirigía de vuelta a la escuela junto con Taehyung quien lo había acompañado durante la tarde, con la intención de encontrarse con el pelicastaño.

El peliteñido estaba que explotaba de la emoción, puesto que saldría con Yoongi. Por el otro lado, el de lentes estaba que explotaba del nerviosismo.

Una vez llegaron al gimnasio, se encontraron con todos los miembros del equipo de fútbol saliendo de las duchas y listos para irse. Jimin no pudo evitar sentirse pequeño e intimidado al verse rodeado de tantos chicos, que, según él, eran más atractivos e interesantes de lo que él podría llegar a ser.

Antes de que el pelinegro pudiese encontrar a Jungkook con la mirada, su amigo le dio un golpe suave con el codo con la intención de que mirara en una dirección en específico.

Yoongi se les acercaba con una sonrisa agradable, lo que hizo que Taehyung perdiera toda noción sobre quién era y dónde estaba. 

Cuando el miembro del equipo de fútbol ya se hallaba al lado de los dos amigos, los saludó a ambos haciendo un gesto con la mano, "Adoro la sensación que dejan los entrenamientos en el cuerpo", le dijo a Taehyung.

Antes de que el de lentes siquiera se diese cuenta, Yoongi se había levantado la camiseta y había agarrado la mano de Taehyung para hacerlo tocar sus marcados abdominales, "¿Lo ves?, solo se sienten así de geniales cuando acabo de entrenar".

El pelinegro no entendía como su mejor amigo, que estaba completamente sonrojado, no se había desmayado aún.

Pensó que el atleta solo se dirigiría a Taehyung, pero la necesidad de éste de mostrar su cuerpo sobrepasaba el hecho de que Jimin era casi invisible para todos en la escuela.

"¿Quieres tocar?", le preguntó al de lentes, y antes de que este siquiera lograra asimilar la pregunta, Yoongi ya había tomado su mano y esta se hallaba tocando los abdominales del contrario.

El pelinegro mentiría si dijese que no le sorprendió lo que tocaba. Se sobresaltó cuando alguien se aclaró la garganta detrás suyo, llamando la atención de los tres.

Jungkook estaba parado detrás de Jimin, y por alguna razón que nadie era capaz de entender, estaba con el ceño fruncido a más no poder.

"¿Ustedes no tenían algo que hacer?", preguntó mirando a Taehyung y luego a Yoongi, viendo al segundo nombrado con una mirada acusadora.

"Es cierto", le respondió Yoongi, quien se despidió con la mano sin darle importancia a cómo su amigo lo fulminaba con la mirada. Taehyung lo siguió, no sin antes despedirse de Jimin y desearle buena suerte. 

Luego de aquella extraña escena, el de lentes le indicó a Jungkook que lo siguiera hasta afuera de la escuela para dirigirse a su hogar.

Mientras estaban caminando por la acera de la calle hacia su destino, Jimin buscaba sin éxito alguno una razón para el enojo que había mostrado el más alto en su semblante durante todo lo que llevaban de trayecto.

Una vez habían llegado a la casa, al más bajo le tomó unos cuantos intentos lograr meter la llave de la puerta principal en la cerradura, puesto que los nervios no le permitían dejar de temblar.

Ya dentro, Jimin le sirvió al contrario un vaso de agua mientras este se quitaba su chaqueta del equipo y se sentaba en la mesa ubicada al lado de la pequeña cocina del dueño de casa, justo como éste le había indicado.

Cuando el de lentes llegó listo para sentarse a estudiar con Jungkook, lo que vió casi le hizo derramar el vaso de agua que llevaba en su mano. 

El pelicastaño era la persona más calurosa del mundo, pensó Jimin. Esa era la única razón posible por la cual estaba usando una camiseta blanca sin mangas que dejaba ver su cuerpo a través de la tela.

Habían pasado unos cuantos segundos desde que el pelinegro se había sentado al frente del más alto en la mesa de su hogar, y ya se sentía incapaz de pelear contra el impulso de mirar los músculos de los hombros descubiertos del contrario.

Unos minutos más tarde, ya se encontraban listos para comenzar a estudiar y Jungkook habló por primera vez desde que habían llegado al lugar, sin contar el "Permiso" que había dicho al cruzar el umbral de la puerta.

"Sé lo que estás pensando", dijo sonriendo, "y la respuesta es sí, los míos están más marcados que los de Yoongi".

Fue entonces cuando Jimin supo que esa iba a ser una tarde más larga de lo esperado.

Justo en ese momento se le ocurrió una posible razón por la cual Jungkook había reaccionado de esa manera ante él tocando los abdominales de Yoongi. La descartó rápidamente sintiéndose un poco tonto, puesto que no había ninguna posibilidad de que el más alto sientese celos.




Crush ⎯ KOOKMINWhere stories live. Discover now