Crush ⎯ KOOKMIN

022

Bastante en el fondo, Jimin se seguía sintiendo algo inseguro sobre el hecho de estar enamorado de un chico que se había sentido atraído por chicas durante toda su vida.

Caminaba hacia la cafetería de la escuela en la hora del almuerzo para reunirse con Taehyung en su mesa habitual, mientras pensaba en algunas de las chicas que habían tenido el honor de usar la chaqueta del equipo de fútbol de Jungkook durante los recesos.

Todas tenían el cabello largo y lacio, una cintura diminuta y eran sociables y populares. El de lentes no podía evitar preguntarse la razón de por qué era más atractivo que ellas para los ojos del más alto.

Y el hecho de que un par de personas le hayan dado miradas burlescas en los pasillos no ayudaba, pues al parecer los rumores aún no se disipaban. Hizo lo posible por no darles importancia, y se sorprendió así mismo al lograr su cometido.

Cualquier tipo de duda e inseguridad se fue de su cabeza cuando entró a la cafetería y vió a su mejor amigo intentando meter más comida en su boca de la que era capaz.

"Ni siquiera me esperaste antes de comenzar a comer", le reprendió a Taehyung una vez se sentó a su lado, "eres un cerdo".

"Tenía hambre", le respondió el peliteñido cuando terminó de tragar, "no es mi culpa que tus piernas sean tan cortas y te demores tanto en llegar del salón hasta aquí".

"Mis piernas no son cortas", le dijo Jimin bromeando, "las tuyas son muy largas".

"Pues sí",  le respondió Taehyung con una sonrisa ladina y las cejas alzadas, "¿y sabes que otra cosa tengo muy larga?".

El de lentes estuvo apunto de comenzar a reír cuando una figura se sentó al frente de él a compartir su mesa. Ellos siempre habían sido dos chicos irrelevantes que comían sin la compañía de nadie en el almuerzo, y en ese momento estuvieron con nada más y nada menos que el chico más popular de la escuela.

Taehyung se quedó inmóvil ante la presencia de Jungkook allí, y fue el pelinegro quién rompió el silencio incómodo.

"Hola", saludó al pelicastaño, "¿no estarás con tus amigos hoy?".

"Hola, bebé", le respondió Jungkook sonriendo, "pues no, quería estar contigo".

"¿Viniste para compensar las estupideces que dijiste cuando se pelearon?", dijo el peliteñido de la nada, "ya sabes, para demostrar que no te avergüenzas de Jimin y que no es un experimento".

Y aquello sí que volvió el ambiente incómodo de verdad. Jungkook estaba impresionado y el de lentes hacía lo posible por no soltar una carcajada provocada por el impacto en su rostro.

"Lo siento", se disculpó Taehyung de inmediato en dirección al recién llegado, "fue un impulso, estar contigo me pone nervioso".

"Pero si hace un par de semanas fuiste a amenazarme para que no le hiciera daño a Jimin", le respondió el pelicastaño mientras sacaba su almuerzo, "te veías bastante seguro en ese entonces".

"Cómo sea", dijo el peliteñido listo para cambiar el tema y giró su rostro en dirección a su mejor amigo, "Jimin, estamos sentados con un chico popular, ¿eso no nos hace populares también?".

"No creo que funcione así", le respondió el pelinegro entre risas.

"Oh, ya sé", dijo Taehyung mientras comía, "podré usar mis beneficios como mejor amigo del novio del capitán para entrar en el equipo y así sin duda seré popular".

Jimin no pudo aguantar la risa y tuvo que taparse la boca para evitar que su almuerzo saltara por los aires, "Taehyung", le dijo a su amigo, "eres pésimo para jugar fútbol".

"¿Y?", le respondió, "la mitad de los miembros del equipo también lo son y solo entraron por ser guapos, sería exactamente lo mismo conmigo".

"Pero ellos están siempre en la banca", dijo el pelicastaño sumándose a la conversación, "no tiene nada de divertido".

"Oh, tampoco quiero jugar, odio estar sudado", explicó Taehyung como si fuese obvio, "yo solo quiero la chaqueta".

Entonces, tanto Jimin como Jungkook comenzaron a reírse del peliteñido, lo cual él no entendió porque pensó que había dejado claro que hablaba en serio.

Una vez los tres habían terminado de comer, el ambiente se había convertido en cómodo y agradable. Todo iba a la perfección hasta que Taehyung hizo algo que siempre hacía y que nunca había sido problema. Abrazó a su mejor amigo por la cintura y lo pegó a su cuerpo.

Fue bastante evidente que eso al más alto no le gustó en lo absoluto. El de lentes lo notó al instante e iba a separarse del abrazo del peliteñido cuando este decidió abrir la boca.

"¿Por qué me miras así?", preguntó a Jungkook con un tono de voz provocativo, "¿no creerás que él te pertenece o algo así, cierto?".

"Claro que no le pertenezco", intervino el de lentes acomodándose en su asiento, sin quitar las manos ajenas de su cintura, "no soy un perro".

"Taehyung, sabes que me agradas", le dijo el pelicastaño con la voz calmada y la mirada seria, "pero me gustaría que quitaras tus manos de mi chico".

"Está bien, está bien", respondió Taehyung alzando las manos y riendo, "era una prueba, para saber si eres capaz de cuidar a mi Jimin".

"¿Por qué hablaran de mí como si no estuviese aquí?", preguntó el pelinegro, "que sepan que no le pertenezco a ninguno de ustedes".

"Cómo digas, debo irme", le respondió su mejor amigo y le dió un rápido beso en la mejilla manteniendo su sonrisa burlesca y sin despegar los ojos de Jungkook, para posteriormente irse velozmente.

"Me agrada", dijo el pelicastaño una vez estaban los dos solos mientras se levantaba y se sentaba al lado del más bajo.

"Es un idiota, pero lo amo", le dijo Jimin.

Entonces Jungkook recordó que tenía un punto que probarle al de lentes, y sin previo aviso tomó sus mejillas con las manos y le dio un largo beso.

A la vista de todos, y si bien algunas personas se volteaban y les apuntaban sin siquiera disimular, no les importó en lo absoluto. Ambos se sintieron como si no hubiese nadie más que ellos en el lugar.

Fue el mejor almuerzo que Jimin había tenido en mucho tiempo, con su mejor amigo llevándose bien con el chico que le gustaba. Y el chico que le gustaba, dejando en claro a todos los esparcidores de rumores de su escuela, que él le gustaba de vuelta.