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Jungkook daba vuelta tras vuelta en la acera de enfrente de la casa del de lentes. Había corrido al lugar una vez sonó el último timbre de la jornada escolar.

En primera instancia, hubiese preferido hablar con Jimin lo antes posible en la escuela, pero al ver que éste se esmeraba en ignorarlo, decidió asegurarse y esperarlo en lugar donde sabía que no podría hacerlo. Y ni siquiera le importó haberse perdido el primer entrenamiento que tenía con el equipo de fútbol en semanas.

Una vez vio a quién esperaba asomarse por la esquina de la calle, podría jurar que lo vió rodar los ojos al notar su presencia.

"¿Qué haces aquí, Jungkook?, preguntó Jimin tajante, parándose en frente del mencionado y cruzando los brazos.

"Vine a hablar contigo", le respondió el pelicastaño acercándose un poco, "he estado intentando hablar contigo durante semanas".

"¿Y qué te hace pensar que yo quiero hablar contigo?", le preguntó el pelinegro, mirando todo menos los ojos de con quién estaba hablando.

Jungkook se acercó unos cuantos pasos hasta estar a tan solo centímetros del más bajo, "Habla conmigo, por favor", pidió con un poco de desesperación en su voz, "me arrodillaré ante ti para que me perdones si es que es necesario".

Jimin rodeó al contrario y se dispuso a buscar las llaves en su mochila para entrar a su hogar mientras seguía hablando.

"¿No seré yo quién deba arrodillarse?", preguntó sarcástico mientras se posicionaba enfrente de la puerta con la intención de abrir la cerradura, "digo, es a ti y a tus amigos a quiénes les gusta que se humillen ante ell-".

"Jimin", le interrumpió abruptamente el más alto.

Lo cual hubiese no lo hubiese atrapado desprevenido, si no hubiese colocado su mano por sobre su hombro para detener la puerta de abrirse, y su cabeza en el hombro contrario, respirandole a tan solo centímetros de su oreja. 

"Sé que ya no te molesta lo que sucedió con Taehyung", le dijo por lo bajo, "ya deja de ignorarme".

El pelinegro suspiró hondo luego de haber estado aguantando la respiración durante varios segundos, paralizado por la cercanía del contrario.

"Deja de decirme qué hacer", le respondió
sin moverse aún.

"Entonces no lo diré", dijo Jungkook alejándose un poco, agarrando al contrario por los hombros y haciéndole dar una media vuelta hasta quedar frente a frente, "tan solo voy a hacerlo".

Una vez ambos estaban mirándose fijamente, el más alto pudo notar rápidamente como Jimin estaba haciendo todo a su disposición con tal de mantener una expresión firme e indiferente. Pero él sabía que solo intentaba mostrarse frío, pues ya había roto esa barrera semanas antes.

Cansado de su novio evitándolo cuando lo único que quería hacer era tomarlo en sus brazos y besarlo, dijo lo primero que se le vino a la mente.

"Sé que te gusto desde hace mucho tiempo", le dijo intentando hacerlo sonar como algo casual y no como una exposición de sentimientos guardados, "desde antes de que siquiera habláramos por primera vez".

Peplejo, el de lentes tardó un poco en asimilar lo que acababa de oír. Nadie lo sabía y es más, el mismo se demoró bastante en saberlo, habiendo estado tanto tiempo negándolo.

"¿Cómo sabes eso?", dijo genuinamente confundido y no más fingiendo frialdad, "nadie sabe eso".

"Vi que compraste un montón de globos a mi nombre", le contó, "y tomando en cuenta varias otras cosas, tiene mucho sentido".

"Y-Yo realmente lo siento", dijo Jimin repentinamente angustiado y avergonzado, "en un principio solo pensaba que eras lindo y luego comencé a pasar el día pensando en ti por más que tú apenas sabias de mi existencia, nunca quise llegar a enviar todo eso, ahora debes pensar que soy un acosador y debes odiarme".

"¿Por qué te disculpas, bebé?", le preguntó el pelicastaño intentando calmarlo acariciando sus brazos, "es básicamente un halago para mí y en definitiva lograste que yo me obsesionara también contigo".

"Esto es realmente vergonzoso", dijo el pelinegro alejándose del contrario y tapando su rostro con ambas manos, "odiaba el romance porque la persona que me gustó por más de un año no iba a corresponderme nunca, luego aquella persona si me correspondió acabando con mi intento de personalidad fría, y para rematar, ahora esa persona lo sabe todo".

Jungkook no pudo evitar reír ante la ternura, recibiendo una mirada molesta por parte del de lentes. 

"Yo creo que es romántico", dijo el pelicastaño, "ahora, ¿podemos volver?, tal vez si te hago el amor con velas o algo así llegaré a ser la mitad de lo romántico que eres tú".

"No vuelvas a llamarme romántico", le respondió Jimin frunciendo el ceño forzadamente para disimular su inminente sonrisa, "y no le digas amor al sexo, ¿quién está siendo intenso ahora?".

Luego de aquella pequeña conversación, el de lentes dejó a Jungkook entrar a su hogar con él, con la condición de que se iría rápidamente y de que no intentaría nada raro. Y aunque el pelicastaño accedió a estas, a Jimin no le desagradaba del todo la idea de él incumpliendolas de todas formas.

Estaban sentados en el sofá con un metro de distancia entre ambos, a petición del dueño de casa.

"Entonces", dijo el pelicastaño de la nada, "¿qué se siente haber estado enamorado de mi durante años?".

"¡Sabía que te ibas a burlar de mí por eso", se quejó Jimin cruzándose de brazos, "no fueron años, y solo me gustabas por tu físico, tal vez deberías aceptar que tienes tantas pretendientes porque eres solo una cara bonita".

"Auch", le respondió Jungkook, bromeando e imitando haber sido herido , "aún así estás enamorado y no puedes vivir sin mí".

"Tienes razón, estoy enamorado de ti", le dijo el de lentes rodando los ojos y con un tono sarcástico, "ahora vete".

"¿No me darás un beso antes de despedirte?", le preguntó el pelicastañao acercándose.

"¡Vete!", le dijo Jimin casi gritando y reprimiendo su risa.

Luego de batallar durante unos cuantos segundos para que Jungkook desistiera de querer besar al pelinegro en contra de su voluntad, éste se dejó abrazar y lo acompañó hasta la puerta.

"Supongo que irás al partido del sábado", dijo el más alto en la entrada, "realmente me gustaría que fueses".

"Si me dejas en paz hasta entonces", le respondió el de lentes sonriendo antes de cerrar la puerta, "tal vez lo considere".

Crush ⎯ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora