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"¿Te burlas de mí, pedazo de mierda?", preguntó Seokjin alzando las cejas mientras apretaba los puños a sus costados.

El pelinegro ni siquiera sabía por qué había respondido en primera instancia, tan solo retrocedió un paso mientras se preparaba para amortiguar el golpe que de seguro iba a recibir.

Pero su mejor amigo y salvador abrió la puerta del cubículo en el que se encontraba bruscamente, y caminó con la mirada seria para posicionarse entre ambos.

"¿Pedazo de mierda?", preguntó Taehyung frunciendo el ceño e irguiendo la espalda, "eres un imbécil".

"¿De dónde sacan valentía ustedes, idiotas?", preguntó Seokjin riendo, "Jungkook no está aquí para evitar que les dé una paliza a ambos".

Al escuchar eso, Jimin se acobardó y batalló con el impulso de salir corriendo, pero el peliteñido estaba completamente dispuesto a dar pelea. Por más que su agresor fuera sin duda capaz de vencer a ambos al mismo tiempo, defender a su amigo era lo más importante.

Pero la tensión del ambiente se disipó cuando un grupo de estudiantes de años menores entraron al baño, dándose empujones y riendo a carcajadas.

Jimin aprovechó el alboroto para tomar a su amigo por la muñeca y sacarlo a rastras del baño, por más que éste estuviese más que listo para recurrir a los golpes.

Una vez fuera, Taehyung iba a reclamarle al de lentes por interrumpir la disputa, pero se quedó callado al ver como las lágrimas caían por sus mejillas.

Entrelazaron sus manos y caminaron hacia la cafetería en silencio. Los pasillos se hallaban vacíos porque todos los alumnos estaban en su horario de almuerzo, lo cual reconfortó al más bajo.

Cuando estaban apunto de llegar a su destino, el pelinegro ya había dejado de llorar y había recuperado la compostura. Buscaba mostrar que no le importaban los comentarios de los demás, pero bien sabía que no era así.

"¿Es cierto?", preguntó Jimin al peliteñido en voz baja.

"¿Qué cosa?", le preguntó Taehyung de vuelta, extrañado.

"Lo que dijo Seokjin", dijo mientras entraban a la cafetería y quedaban a la vista de todos aquellos que se encontraban ahí, "que todos se burlan de mí por lo que sea que está pasando entre Jungkook y yo".

El más alto, dudoso sobre decirle algo hiriente a su amigo, miró alrededor y pudo ver como muchos estudiantes voltearon a verlos mientras caminaban hacia su mesa y reían por lo bajo o les susurraban cosas a sus acompañantes.

Entonces decidió decir la verdad, que era lo que el de lentes necesitaba, "Sí", afirmó nervioso, "pero lo que ellos digan no significa absolutamente nada".

Pero Jimin no respondió, y su silencio demostraba que aquello le acomplejaba mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Más tarde.

Ya a la hora de la salida, Jimin caminaba con la cabeza baja hacia la entrada. Se sentía como un idiota. Había estado con la cabeza en las nubes durante días y no había notado que se había convertido en el hazmerreír de toda su escuela.

Aunque era de esperarse, eso no evitó ponerlo de mal humor y tan solo quería llegar a su casa a gritar en su almohada.

Una vez fuera del establecimiento, Jungkook lo esperaba sonriendo como si fuese un día feliz y sin preocupaciones. El pelinegro no iba a juzgarlo, ya que el más alto no tenía a todos los estudiantes hablando mal de él a sus espaldas, y de cómo la persona que lo hacía sentir extremadamente bien supuestamente solo estaba jugando con él.

"Hola, lindo", le dijo el más alto una vez se puso a su lado,"¿te acompaño a tu casa?".

Jimin tan solo asintió mientras seguía caminando, sin la energía suficiente como para hablar. El pelicastaño se posicionó a su lado para caminar juntos, ignorando las miradas divertidas que recibían de algunas personas.

Mientras caminaban por la acera, no hablaban ni una sola palabra y tan sólo oían el intermitente sonido de los autos que pasaban por la calle. Pero ambos se sentían tranquilos, con la compañía del otro.

"¿Te gustaría ir conmigo al cine el viernes?", preguntó Jungkook de la nada.

"Claro", le respondió el más bajo sin ánimo, "sin duda es un mejor lugar que una fiesta para un introvertido como yo", dijo sonriendo.

"No puedes negar que la pasaste de maravilla conmigo", dijo el más alto rodeándolo por el hombro con su brazo con total confianza.

"Ajá, cómo digas", le respondió Jimin bromeando.

Luego de unos minutos, llegaron al hogar del más bajo y ambos se encaminaron hasta la puerta. El pelinegro se dispuso a sacar sus llaves de su mochila para entrar, pero se le cayeron al suelo luego de que Jungkook lo abrazara por la cintura para besar sus labios de manera intensa sin previo aviso.

Se besaron y acariciaron durante un par de minutos antes de que Jimin recogiera sus llaves y las metiera en la cerradura de la entrada. Ya ni siquiera se sonrojaba tanto, así de acostumbrado estaba al calor de la cercanía del más alto, y eso le encantaba, pero no sabía si se trataba de algo bueno o malo.

"Jeon", dijo el de lentes, llamando la atención del más alto mientras abría la puerta de su casa y daba un paso adentro, "¿qué somos?".

"¿A qué te refieres?", preguntó Jungkook desde afuera mientras el contrario sostenía la puerta desde adentro.

"A nosotros", comenzó a aclarar Jimin, "nos besamos, y pasamos mucho tiempo juntos, ¿en qué nos convierte eso?".

"Aún no lo sé", le respondió el pelicastaño pensativo, "pero si de algo estoy seguro es de que quiero seguir besándote y pasando mucho tiempo contigo".

Entonces, el pelinegro se inclinó para darle un corto beso en los labios a Jungkook antes de despedirse de él.

"Me encantaría seguir hablando", dijo, "pero tengo mucho que estudiar hoy".

"A veces se me olvida que eres un nerd", le respondió el pelicastaño bromeando, a lo que el contrario rodó los ojos.

"Cómo sea", dijo Jimin, "te veo luego".

"Adiós, bebé", le respondió el más alto dando la media vuelta mientras la puerta se cerraba en medio de ambos.

El de lentes, finalmente solo, se dirigió a su cuarto y se lanzó en su cama como había planeado hacer horas antes. Tenía un montón de sentimientos encontrados. 

Quería estar con Jungkook, quería besarlo, tocarlo y admirar su belleza de cerca. Pero se negaba a volver a ser un chiste para el resto de su escuela, pues sin duda ya había tenido suficiente de eso.

Crush ⎯ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora