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Una vez Jimin logró armarse de valor para pedirle al pelicastaño que pasara a su hogar con la intención de charlar sobre algo, ambos entraron y se acomodaron en el sofá.

"¿Y de qué quieres hablar?", preguntó el más alto luego de sentarse.

"Pues", le respondió Jimin, algo nervioso, "sobre nosotros".

"¿Nosotros?", repitió el pelicastaño alzando una ceja con algo de confusión, "¿a qué te refieres?".

El más bajo estuvo apunto de entrar en pánico, pero había estado preparando lo que iba a decir durante días, y no se iba a acobardar en ese instante.

"A nuestra relación", le respondió el pelinegro con una voz más fuerte y clara de la que se creía capaz de emitir, "¿qué soy para ti?".

"Oh, no sabría ponerle un nombre", dijo Jungkook sonriendo como si no tuviese importancia, "pero me gustas y quiero estar contigo, eso te lo puede asegurar".

Justo la respuesta que el de lentes se temía. El chico que lo besaba y lo hacía sentir como nunca nadie lo había hecho sentir, no era capaz de ponerle un nombre a la manera en la que se sentía por él.

"¿Sólo eso?", preguntó Jimin con evidente decepción en su voz.

"¿Qué respuesta esperabas?", le preguntó el pelicastaño de vuelta, algo irónico.

"Pues, algo más", le respondió el contrario por lo bajo, cruzándose de brazos, "acabo de darme cuenta de que en realidad, no soy tan listo como pensaba".

"¿De qué hablas?", preguntó Jungkook sonriendo como si hubiese oído un chiste, "¿no esperabas que dijera que te veía como mi novio, o sí?".

Entonces, el silencio y los ojos avergonzados que miraban al más alto, lo hicieron darse cuenta de que había dado justo en el clavo. Estaba sin palabras, y no estaba seguro sobre cuál de los dos era el que estaba malinterpretando las cosas.

"Bueno, eso era todo", dijo el de lentes mientras se paraba del sofá, indicándole al contrario de forma indirecta que ya era hora de que se fuese, "supongo que te veré el lunes".

"Espera, espera", respondió Jungkook entre risas mientras imitaba al contrario y se ponía de pie, "¿realmente esperabas que dijera que te veo cómo a un novio?".

"¿Hay algún problema con eso?", le preguntó Jimin algo ofendido, "¿acaso sería muy estúpido de mi parte haberlo esperado?".

"Pues, sí", dijo el más alto, "digo, eres un chico".

"¿Qué se supone qué significa eso?", le cuestionó Jimin molesto, "pensé que después de todo el acoso que sufrí en la escuela, del cual todos fueron testigos, quedaría más que claro que, en efecto, soy un chico al que le gustan los chicos".

"Lo sé", le respondió Jungkook, dándose cuenta del peso de sus declaraciones, "lo siento, no debería haberlo dicho de esa manera".

Entonces, hizo el amago de rodear al pelinegro por la cintura, quién, velozmente, retrocedió un paso. 

"¿Y de qué manera deberías haberlo dicho?", le preguntó el de lentes a la defensiva.

"Ya te lo expliqué", le respondió Jungkook un poco irritado ante sus constantes interrogativas, "me gustas, pero aún no creo saber qué significa eso para mí".

"¿Cuánto crees que tardarás en saberlo?", le preguntó Jimin mirando al suelo, "tú también me gustas, Jungkook, pero no quiero ser el experimento de un chico que no sabe lo que quiere".

"Pues, déjame decirte", dijo el más alto, "que hay un montón de chicos que estarían dispuestos a ser el experimento que tu dices ser".

"¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?", preguntó el de lentes alzando la voz, "¿por qué me besas y me invitas a salir a mí, habiendo una fila de chicos queriendo que los uses?".

"Te estás comportando como una víctima", le dijo Jungkook apretando sus puños a sus costados.

"Y tú te estás comportando como un idiota egocéntrico", contrarrestó el pelinegro.

Entre cuestionamientos y ceños fruncidos, ambos dejaron de sentir por un momento las ganas de besarse que siempre los invadía al estar juntos. Tal vez eso les otorgó claridad sobre sus sentimientos, o tal vez, se las quitó.

"¿Yo soy el egocéntrico?", preguntó el pelicastaño con evidente ironía, "tú eres el que quiere que le pida matrimonio cuando cuando llevamos un par de semanas besándonos".

"Eres un imbécil", le respondió Jimin, con lágrimas que amenazaban con recorrer sus mejillas, "quiero saber si no estoy perdiendo mi tiempo".

"Claro, porque sin duda hay muchos más idiotas que, al igual que yo, están dispuestos a acercarse a un nerd asocial como tú porque necesitan mejores calificaciones", dijo Jungkook, pero cuando pensó en lo que había dicho, ya era demasiado tarde.

Para Jimin, esa fue la gota que colmó el vaso. De la manera más amable que pudo, señaló con una de sus manos la entrada.

"Jungkook", dijo incapaz de mirar al nombrado a los ojos, "quiero que te vayas".

"Espera, no quería decir eso, déjame-", comenzó a explicarse el más alto, pero se vió interrumpido.

"Por favor", le insistió Jimin, "hablamos otro día".

Entonces el pelicastaño caminó hacia la puerta en compañía del de lentes, quién no podía siquiera levantar la mirada. Una vez ahí, estaba más que seguro de que se había comportado como un completo imbécil.

"Jimin, retiro lo que dije", dijo avergonzado desde afuera del umbral de la puerta, "llámame más tarde, ¿sí?".

Pero nada le aseguraba que el más bajo lo había escuchado, pues la puerta fue cerrada en su rostro antes de que siquiera terminara de hablar.

Suspirando, Jungkook caminó hacia la calle, dando pasos violentos y con cara de que acababa de cometer una estupidez enorme. Y quizás la había cometido, pues no todo tiene solución.

Al otro lado de la puerta, el pelinegro tuvo que quitarse sus lentes para limpiar las lágrimas que corrían por todo su rostro. Entre sollozos y más sollozos, notó que estaba haciendo algo que había jurado no hacer.

Porque por más que se burlaba sin parar de las personas de su escuela que se enamoraban, estaban en relaciones, y en consecuencia, terminaban con el corazón roto, nadie estaba exento. Para su desgracia, Jimin lloró durante el resto del día por lo que se conoce popularmente como enamoramiento.

Crush ⎯ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora