034 (Final).

33.1K 3.5K 326
                                    

Jungkook hubiese mentido de haber dicho que recordaba exactamente lo que sucedió después de escuchar al pelinegro gritarle. Solo sabía que estaba demasiado eufórico y concentrado en el juego que su equipo terminó ganando, gracias a él.

Una vez metió el gol vencedor segundos antes de que sonara el silbato que indicaba el final del partido, contempló seriamente la idea de quitarse la camiseta antes de celebrar la victoria.

Pero sabía que se arrepentiría, y sobre todo, que Jimin se burlaría durante meses sobre su intento de imitar una escena de película.

Fue por eso que, apenas terminó de abrazar a sus compañeros de equipo y de darles palmadas en la espalda, lo primero que hizo fue dirigir su mirada hacia las gradas. Aún cuando todos estaban de pie aplaudiendo y saltando, sus ojos sólo pudieron enfocarse en él.

El pelicastaño podía haber jurado que Jimin se veía más hermoso que nunca, a lo cual el chico en cuestión hubiese respondido que siempre se veía igual. Lo cual era totalmente cierto, pues no había absolutamente nada de distinto en él.

Pero Jungkook no pensó en eso, apenas vio al de lentes levantarse de la fila delantera de asientos y dar titubeando unos cuantos pasos en su dirección, no pudo evitar correr.

Solo cuando tuvo al de lentes entre sus brazos, sintió finalmente la paz y tranquilidad que solo él podía brindarle, la cual no había tenido por varias semanas. Se sintió hasta más ligero, y eso que aún ni siquiera lo besaba.

Fue el pelinegro quien tomó la iniciativa, poniéndose ligeramente de puntas para rodear el cuello del contrario con sus brazos y juntar sus labios. 

Mientras todos seguían gritando, aplaudiendo y celebrando, Jimin y Jungkook tenían toda su atención puesta en aquel beso. Se separaron después de varios segundos, por la falta de aire y por la inmensa necesidad de decir cosas que estuvieron guardando durante días.

"Te perdono", dijo el más bajo luego de recuperar el aire, "y a decir verdad, creo que te perdoné casi al instante, pero necesitaba estar alejado de ti porque sino hubiese explotado".

"¿Te abruma mi belleza, no es así?", le preguntó Jungkook sonriendo y abrazándolo firmemente con la cintura, acercándolo a su cuerpo.

"Me abrumaban muchas cosas", le respondió, "pero me di cuenta de que, en definitiva, quiero estar contigo".

"¿Aún cuando apesto a sudor y tengo tierra en todas partes?", preguntó el pelicastaño.

"Supongo que no lo pensé tan bien", bromeó Jimin.

El más alto retrocedió un paso para usar su camiseta para secar su rostro, y el de lentes hizo un esfuerzo sobrehumano para no desviar la mirada al cuerpo de éste. 

"Sabes que puedes mirar", dijo Jungkook una vez volvió a colocar sus manos con firmeza en la cintura del pelinegro.

"¿Cómo puedes estar tan seguro de que quería mirar?", le preguntó Jimin alzando sus cejas.

"Porque todos siempre quieren mirar", le respondió el pelicastaño, a lo cual el contrario rodó los ojos, "es más, estoy seguro de que al menos cinco personas lo hicieron".

Al oír eso, Jimin se volteó y vio como muchos de los estudiantes en las gradas los estaban mirando, y ni siquiera disimulaban hacer otra cosa cuando los veía. Pero no le pudo haber importado menos, no esa vez.

"Tienes razón", le respondió riendo, "todas tus admiradoras te están mirando".

"Pensé que a estas alturas ya se habrían dado cuenta de que soy tuyo", declaró Jungkook, "digo, ya nos hemos besado en público un montón de veces".

"Tal vez deberías besarme de nuevo", le dijo el pelinegro , "ya sabes, por si las dudas".

Y el más alto lo hizo, una y otra vez.

Esa noche.

"¿Por qué no lo aceptas simplemente?", preguntó Jungkook por enésima vez.

"No pienso volver a repetirlo", sentenció el pelinegro, "no fuiste tú quién me hizo darme cuenta de que era gay".

"No te creo nada", bromeó el más alto, "estoy seguro que algo cambió dentro de ti cuando me viste por primera vez en primer año".

"De seguro se me revolvió la comida dentro del estómago cuando te vi el primer día", se burló Jimin, "fue odio a primera vista".

"Eso no decías hace un rato cuando me pedías que fuese más rápid-", comenzó a decir Jungkook, pero se vio interrumpido por el de lentes una vez más.

Ambos estaban recostados en la cama del de lentes, con la luz apagada y música de fondo. Se hallaban agotados, por razones evidentes y, estaban hablando en la oscuridad sin tener que hacer esfuerzo alguno y sin siquiera desviar la mirada del techo.

"¿Puedo pedirte algo?", preguntó Jimin de la nada.

"¿Otra vez?", se quejó el más alto, "temo por lo que le sucederá a mi integridad física si sigo forzando a mi cuerpo, dame media hora más".

"Eso no, idiota", le respondió el de lentes dandole un empujón con el hombro, haciendolo reír.

"Puedes pedirme lo que sea", le aclaró Jungkook.

"No rompas mi corazón", dijo el más bajo, aún con la mirada en el techo de la habitación.

Al oír eso, el pelicastaño rápidamente se volteó en la cama para mirar a Jimin a la cara, y este lo imitó pocos segundos después.

"¿Por qué haría eso?", le preguntó el más alto, confundido.

"Es que, todo esto se siente como un sueño", le explicó el pelinegro, "me gustas mucho, y sabes lo mucho que me costó creer que yo te gustaba también a ti".

"No voy a romper tu corazón", le dijo Jungkook, "pero tú tampoco puedes romper el mío".

"No prometo nada", le respondió Jimin sarcásticamente, "tu sabes que tengo a los chicos que me pretenden en fila".

"Fuera de bromas", dijo el pelicastaño, "cuando vayamos a la universidad, conoceremos mucha gente, y de seguro tendrás un montón de chicos interesados en ti".

"Supongo que tu te encargas de espantarlos", bromeó el de lentes, "eso es lo que el chico popular y deportista de una película haría".

"Sabía que no debía haberte contado que pensé en quitarme la camiseta cuando ganamos el partido", se quejó el más alto, volteandose para darle la espalda al contrario.

Jimin lo abrazó por atrás antes de proseguir, "No creas que voy a dejarlo pasar".

Estuvieron durante varios minutos más sin hablar, y acariciando la piel desnuda del otro. Fue Jungkook quien rompió el silencio.

"Me gustas demasiado, Jimin", dijo con completa seguridad.

"Lo sé", le respondió éste.

Crush ⎯ KOOKMINWhere stories live. Discover now