PROLOGO

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Meredith.


Estaba, a mitad de la noche, en una calle desierta de lo que al parecer era un pueblo de la costa donde, por el viento, se había desatado un temporal. Las palmeras eran azotadas por los fuertes vientos y lluvias; y una serie de edificios, con las ventanas protegidas con tablas, se alineaban a lo largo de la calle.

A tan solo una manzana, el océano se agitaba con estruendo.

No tenía ni la menor idea de donde me encontraba, pero por el ambiente podía notar que no sería un sueño muy agradable.

A lo lejos, oí un golpeteo de pezuñas sobre el pavimento.

Me di la vuelta y vi a mi mejor amigo Grover corriendo para salvar su pellejo.

Si, he dicho pezuñas.

Grover era un sátiro. De cintura para arriba, parece un típico adolescente desgarbado con una pelusilla de chivo y un serio problema de acné. Caminaba con una extraña cojera, pero nunca podrías adivinar que hay algo en el que no es humano, a menos que lo sorprenderás sin pantalones. Unos tejanos holgados y unos zapatos con relleno disimulan el hecho de que tiene pezuñas y unos cuartos traseros.

Grover al principio, en sexto curso, no era amigo mío para nada. Pero después del verano que pasamos junto Percy, Zashenka y Annabeth en nuestra aventura para salvar el mundo, pues... digamos logramos forjar una amistad. Pero no lo había visto desde el mes de Julio, cuando emprendió solo una peligrosa búsqueda de la que ningún sátiro había podido regresar, al menos no vivo, ni muerto.

El caso es que, en mi sueño, Grover venía huyendo con la cola entre las patas y sus zapatos en las manos, como hacia siempre que necesitaba moverse deprisa. Paso al galope frente a las tiendas para turistas y los locales de alquiler de lo que eran tablas de surf, mientras el viento doblaba las palmeras casi hasta el suelo.

Grover estaba aterrorizado por algo que había dejado atrás. Debía de venir de la playa, por qué tenía el pelaje cubierto de arena húmeda, tal parecía que había conseguido escapar y ahora trataba de alejarse lo más rápido que podía.

Un rugido estremecedor resonó por encima de toda la tormenta. Detrás de Grover, en el extremo de la manzana, surgió una figura poco definida que aplastó una farola y esta acabo estallando en una lluvia de chispas.

Grover dio un tropiezo y gimió de puro terror mientras murmuraba: <<Tengo que escapar. ¡Tengo que avisarles!>>

Yo no lograba ver quien o que lo perseguía, pero oía a aquella cosa refunfuñar y soltar maldiciones. El suelo temblaba a medida que se aproximaba. Grover doblo a toda prisa una esquina y titubeo; se había metido en un patio sin salida, lleno de tiendas y ya no tenía tiempo de retroceder: La puerta más cercana se había abierto con los embates del temporal.

Grover entro corriendo y se ocultó tras un perchero repleto de vestidos de novia.

La sombra del monstruo paso por delante de la tienda. Yo incluso podía olerlo. Era una repugnante combinación de lana mojada y de carne podrida, con ese agrio olor corporal que solo los monstruos son capaces de despedir.

Grover temblaba tras los vestidos de novia, mientras la sombra pasaba de largo.

Ya no se oía nada más que la lluvia, por lo que mi amigo respiro hondo.

Al parecer, esa cosa se había ido.

Entonces centelleo un relámpago y explotó la fachada entera de la tienda, mientras una voz monstruosa bramaba: ¡¡¡MÍÍÍÍÍA!!!


* * *


"¡Grover!" grite, al instante en que me incorporaba en el frio césped del parque.

Annabeth, a mi costado, se levanto de prisa mientras sostenía su cuchillo y miraba a todos lados buscando alguna señal de peligro.

Por un instante olvide donde nos encontrábamos, olvide como es que termine con Annabeth en esta situación y sobre todo olvide el por que de nuestro viaje. Solo una cosa tenia en mente y esperaba por todos los dioses que no fuera cierto.

Grover estaba en peligro y necesitaba mi ayuda.

"¿Mer? ¿Estas bien?" me pregunto a penas se aseguro, que no había nadie cerca.

  A duras penas, logre sentir.

"Si, solo... fue otro sueño."

"¿Que era esta vez?"

Quería decirle, de verdad quería decirle, pero primero debíamos de llegar a Nueva York, debíamos encontrar a Percy y debía saber si el tuvo el mismo sueño que yo.

"Lo mismo de la vez anterior, " mentí "el campamento en riesgo."

Ella me analizo el rostro con sumo cuidado.

"Grover..."

"Él estaba ahí, eso debe de significar que la cosa es más sería de lo que soñamos." 

Eso pareció convencerla, ya que por un instante asintió y guardo su cuchillo.

"Mañana llegaremos." se sentó dispuesta seguir montando guardia.

"Annie"

Sus ojos gris tormenta, me miraron animándome a continuar con mis palabras.

"Tú descansa, esta vez. Yo montare guardia." comente suavemente mientras me acomodaba y sostenía mi espada en mis manos.

"Esta bien" dijo ella, al darse cuenta que no me movería, echándose donde antes yo estaba, para poder descansar un par de horas antes del amanecer.






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N/A: Arrancamos la segunda temporada.

Como les dije, voy a ir reactualizando, hoy subo dos capítulos, mañana otros dos y así sucesivamente.

Espero de todo corazón que les gusten los cambios que hare y que sigan dándole amor a esta historias.

Las amoooo.

xoxo.

Percy Jackson y El Mar de los Monstruos || Percy Jackson Y Tu ||  [Completa]Where stories live. Discover now