011. ASISTIMOS A LA PEOR REUNIÓN FAMILIAR DE NUESTRAS VIDAS

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Percy.

Annabeth y Meredith se ofrecieron para ir a investigar ellas solas, ya que tenían la gorra de invisibilidad y el Yelmo, pero las convencí de que era demasiado peligroso. O íbamos todos juntos o no iba nadie.

"¡Nadie!" votó Tyson "¡Por favor!"

Al final nos acompañó, aunque comiéndose las enormes uñas de puros nervios. Nos detuvimos en el camarote un momento para recoger nuestras cosas; pasara lo que pasase, no pensábamos quedarnos otra noche a bordo de aquel crucero lleno de zombis, por más que tuviesen un bingo de un millón de dólares. Comprobé que llevaba a Contracorriente en el bolsillo y que las vitaminas y el termo de Hermes estaban a mano en mi petate; no quería que Tyson cargara con todo, pero él insistió y Annabeth me dijo que no me preocupara. Tyson podía cargar cinco petates al hombro con la misma facilidad con que yo llevaría una mochila.

"¡Escóndanse!" Y nos metió a empujones en un cuarto de la limpieza.

Oí a dos tipos que venían por el pasillo.

"¿Has visto a ese dragón etíope en la bodega?" dijo uno de ellos.

El otro soltó una risita.

"Sí, es espantoso."

Meredith era todavía invisible, pero me apretó el brazo con fuerza. Me pareció reconocer la voz del segundo tipo.

"He oído que tienen dos más en camino." dijo aquella voz conocida "Si siguen llegando a este ritmo, amigo, no va a haber color."

Las dos voces se fueron apagando por el pasillo.

"¡Ése era Chris Rodríguez!" dijo Zashenka.

Annabeth y Meredith se quitaron las gorras y se hicieron visibles.

"¿Se acuerdan? De la cabaña once."

Recordaba vagamente a Chris del verano anterior. Era uno de aquellos campistas de origen indeterminado que se habían quedado varados en la cabaña de Hermes porque su madre o su padre olímpico no los había reconocido. Ahora que lo pensaba, me daba cuenta de que este verano no había visto a Chris en el campamento.

"Muy poco la verdad" reconoció Mer.

"¿Qué hace otro mestizo aquí?" cuestione.

Annabeth meneó la cabeza, preocupada.

Continuamos por el pasillo. No necesitaba ningún mapa para saber que nos acercábamos a Luke. Tenía una sensación fría y desagradable: la presencia del mal, sin duda.

"Percy, Meredith." Annabeth se detuvo de repente "Miren."

Estábamos ante una pared de cristal desde la que se dominaba un atrio central de varios pisos de altura que recorría el barco por la mitad. A nuestros pies se hallaba la galería Promenade, un centro comercial lleno de tiendas. Pero no era eso lo que había llamado la atención de Annabeth.

Un grupo de monstruos se había congregado delante de la tienda de golosinas. Eran una docena de gigantes lestrigones, como los que me habían atacado con bolas de fuego, dos perros del infierno y varias criaturas más extrañas aún: unas hembras humanoides con doble cola de serpiente en lugar de piernas.

"Dracaenae de Escitia" susurró Zashenka "Son mujeres dragón."

Los monstruos formaban un semicírculo en torno a un joven con armadura griega que estaba haciendo trizas un maniquí de paja. Se me hizo un nudo en la garganta cuando advertí que el maniquí llevaba la camiseta naranja del Campamento Mestizo. El tipo de la armadura lo ensartó por el vientre y lo fue desgarrando hasta partirlo en dos; la paja volaba por todas partes y los monstruos lo aclamaban y soltaban alaridos.

Percy Jackson y El Mar de los Monstruos || Percy Jackson Y Tu ||  [Completa]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang