019. FIESTA EN EL OLIMPO (1/5)

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Meredith.

Hay veces que las cosas no salen como uno planea; por ejemplo, lo que se suponía que sería una fiesta escolar termino siendo un carbón hirviente por el incendio, además de que las traiciones invadían el aire, por lo que esa noche, que se suponía sería una de las mejores para algunos, termino siendo una pesadilla para otros, yo incluida.

No quería abrir los ojos, no quería saber donde me encontraba, si en Atenas o encerrada en algún lugar debido a que Luke me atrapo, no quería hacerle frente al destino que se me presentaba en ese instante. Pero debía hacerlo. Mas aún por que las siguientes palabras me dejaron helada.

"Se que estas despierta."

La voz gruesa de la persona que se encontrara conmigo me hizo temblar un poco, por lo que después de batallar con mi cabeza por, lo que sentí, varios minutos, decidí abrir mis ojos.

Mala idea.

La luz del sol estallo sin temor en mi rostro, la brisa fresca del viento hacía que mi cabello estorbara; no sabía donde estaba, tampoco sabía cuanto tiempo había pasado, solo esperaba que no hubiese sido demasiado.

Alce mi brazo para poder cubrirme y me incline con lentitud para poder levantarme, fue entonces que note algo, no me encontraba en Atenas o en algún lugar oscuro y frío; mas bien, estaba en una habitación de mármol, con cuadros de los dioses con bordes de oro, los muebles eran de terciopelo rojo y la luz que pasaba por las grandes ventanas iluminaban por completo el espacio interior, era... un lugar nuevo, uno desconocido.

Solo podía rogar que no estuviera nuevamente en el Olimpo, no tenía las ganas de lidiar con los dioses, no otra vez...

"Hola, Meredith."

Un joven esbelto y musculoso recorrió un tramo de la habitación, para luego posarse ante mí. Vestía un sencillo hábito blanco y pantalones del mismo color, era alto, pálido, muy pálido, su cabello negro liso llegaba hasta sus hombros; además había algo en el que me llamaba la atención. Sus ojos, sus ojos eran de color rojo como la sangre, como "si hubieran exprimido todos los corazones del mundo y los hubieran destilado en una mezcla venenosa". Su rostro es hermoso, pero también duro y difícil de mirar, como una lámpara.

"¿Cuanto tiempo llevo aquí?" cuestione. Al parecer mis palabras le causaron gracia ya que solo largo a soltar una leve carcajada.

"Solo unos días, tranquila."

Esos ojos, sus ojos.

"¿Quien eres tu?"

"Sabes..." comento suavemente "Me dijeron que eras demasiado lista, pero veo que no todo lo que me dijeron sobre ti es verdad."

"Pero-"

"Has conocido a muchos dioses, Meredith." dijo, para después sentarse en el sillón de al frente. "Y algunos solo han querido matarte, entre ellos mi padre."

Sus ojos, sus ojos rojos, su belleza, era digna de un dios; pero sobre todo de un hijo de Afrodita.

"Eros."

"Casi." señalo asintiendo con la cabeza. "Solo soy su contraparte romana, pero a quien le importa eso."

Y ahí lo pude notar, justo detrás de su espalda unas grande alas blancas.

"Cupido."

Su sonrisa se hizo mucho mas grande, por lo que solo golpeo levemente sus manos antes de mirarme con sumo cuidado, como si con eso esperara a conseguir algo. Una gran parte de mí analizaba el siguiente movimiento que haría para poder salir de donde sea que me encontrara, otra parte me detenía, debía esperar el momento correcto si quería salir entera de este lugar.

Percy Jackson y El Mar de los Monstruos || Percy Jackson Y Tu ||  [Completa]Where stories live. Discover now