2. Desagrado irracional

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Siguió el embriagante aroma hasta que logró estar en la habitación de quien lo desprendía. Acercó su nariz hasta que sintió el contacto. Su cuerpo se sentía extremadamente caliente y necesitado. Sus ojos se abrieron cuando quien desprendía aquel dulce aroma se movió por la incómoda posición en que estaba.

“Aaxim quo?” — Susurró viendo a Kim durmiendo. No podría contener por mucho tiempo su instinto, debía alejarse de ese humano si no quería llamar la atención.

Resistiendo sus instintos carnales logró salir del departamento, pero el aroma seguía impregnado en sus fosas nasales. Necesitaba encontrar una forma para controlarse, no podía simplemente dejarse llevar por ese deseo carnal y arruinarlo todo. Le había prometido a sus padres que regresaría a su lado algún día, debía seguir con vida para cumplir con ello.

Volvió a la habitación, se acomodó en la cama tratando de dormir e ignorar lo sensible que era su nariz ante los aromas, además el departamento de Young Jo no estaba tan lejos por lo que le era insoportable resistirse al dulce olor que desprendía. No pudo pegar el ojo en toda la noche. Vio como el sol comenzaba a asomarse por la ventana, sus ojos ardían por el brillo, pero al menos no era tan molesto como en su planeta.

Seoho se levantó de la cama bostezando, se lavó los dientes y salió de su habitación, para su mala suerte sus feromonas fueron activadas.

«Mundimun odiam» — Dirigió su vista al humano, comenzaba a fastidiarle ese chico solo por activar su feromonas.

— Young Jo, no olvides que mañana hay que estar presentes en casa de nuestros padres — Habló un chico más bajo que el mencionado y éste asintió.

— Adiós hyung — Se despidió cuando el otro se subió a su motocicleta. El mayor se despidió con un ademán y se fue.

El pelinegro se giró encontrándose de frente con Seoho, lo saludó con una leve reverencia y continuó con su camino, solo que el otro se quedó estático en el mismo lugar. Estaba haciendo todo lo posible por no perder el razonamiento y actuar de forma precipitada, no debía atacar a un humano ya que sería su final.

Contuvo su respiración para mantener la cordura que aún quedaba en él, pero aquello sólo llamó la atención del otro. Kim se detuvo y regresó en sus pasos.

— ¿Ocurre algo? — De nuevo había olvidado que el menor era sordomudo. No podía culparsele, ya que no había conocido a nadie así. — Cierto, no puedes oírme o hablarme, necesito recordar eso — Se dio un ligero golpe en la frente con la palma de su mano. Seoho comenzaba a ver borroso, sus sentidos estaban durmiéndose y lo último que logró ver fueron los labios de Young Jo moviéndose.

Había caído inconsciente por haber aguantado la respiración por demasiado tiempo. El mayor lo tomó en sus brazos, corrió hasta la enfermería del refugio y colocó al muchacho en la cama.

El chico que atendía la enfermería se acercó a Seoho, revisó sus signos vitales y parecía estar todo normal. Dirigió su mirada al chico que estaba con él.

— Todo está bien, debe de recuperar la conciencia en unos minutos — Habló pasando un pedazo de algodón con alcohol sobre la nariz de Seoho. — Vuelve a tu trabajo de voluntario, yo me encargaré de tu amigo — Kim asintió.

— Te encargo al chico, confío en ti Woong — Mencionó sonriéndole antes de salir.

Segundos después de que el pelinegro se fuera, Seoho abrió los ojos encontrándose con un chico frente suyo, parpadeó varias veces hasta lograr enfocar al muchacho.

“Minitiniano, aruntani quo?” — Yeo se dirigió a él. Seoho se sorprendió al oírlo hablar en minitiano, pero asintió.

“Tuntuni moe?” — Habló, el otro sonrió de lado y se sentó a su lado.

Humano [ONEUS; ⏸] Where stories live. Discover now