17. El amor no tiene reglas

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Young se sentó por un momento al lado del peligris, quería resolver el conflicto con él y volver a ser como antes. Lee sabía que su amigo se preocupaba por él.

Sin embargo, era demasiado tarde para él, porque ya se había enamorado de Young; conocía al pelinegro desde hace un largo tiempo, pero solo lo había visto como a un amigo, así que no sabía en qué punto las cosas habían cambiado.

La campana de inicio de clases sonó, Kim se despidió de su amigo para ir a sentarse a su lugar; el profesor no tardó en llegar, la clase transcurrió con tranquilidad y en los intermedios se mantuvo volteando a ver a Young, que hablaba con Hwan y Sana.

— ¿Te gusta Young Jo, no es así? — Park preguntó en voz baja, el peligris volteo a verlo con los ojos abiertos y los nervios le hicieron temblar todo el cuerpo.

— Yo… — Estaba asustado por haber sido descubierto, nada más pudo salir de sus labios.

— Está bien, no soy quien para juzgarte. Cada quien es libre de gustar de quien quiera — Comentó el contrario. Keonhee asintió, mientras sentía que los nervios abandonaban su cuerpo.

La primera mitad de las clases concluyó en tranquilidad. Keonhee junto a Minhyuk, se dirigió a la cantina, se acomodaron en una de las mesas del fondo después de que consiguieron sus alimentos. A ellos se unieron Young, Hwan y Sana; en el rostro de Park se podía ver la incomodidad, porque no estaba acostumbrado a convivir con tantas personas.

El peliazul se levantó, se despidió de Lee y salió de la cantina. Keonhee se mantuvo en su lugar para escuchar lo que los otros tenían que decir, pero ninguno habló y el ambiente poco a poco se volvía tenso.

— ¿Ustedes se pelearon mientras estaba inconsciente? — Cuestionó Young viendo a sus dos amigos, pero ninguno respondió y sólo se dirigieron una mirada.

— Keonhee debe de estar todavía en shock por todo lo que ha pasado — Habló la chica tomando su batido.

— ¿De lo que ha pasado? ¿Qué pasó? — El pelinegro se giró hacia Sana y ella se encargó de explicarte que Lee ya lo sabía.

— ¿Entonces ya sabes de Sana y Seoho? — Averiguó, Keonhee asintió. — ¿Estás enojado por eso? — Kim esperaba alguna respuesta fuerte por parte del otro, pero este solo negó con la cabeza.

— Si me disculpan, iré a buscar a Minhyuk — Mencionó sin terminar sus alimentos y salió de la cantina.

Young no estaba convencido, así que se dirigió al castaño con mirada de duda. No hubo ninguna palabra por ambos durante unos minutos, hasta que el mayor pidió una explicación. Sana impidió que Hwan dijera algo, tomando ella la palabra.

— Keonhee necesita tiempo, no es fácil comprender la existencia de otras razas.

— Sana tiene razón, Young. No debemos forzar a Keon a que acepte de golpe todo lo que está pasando — Comentó Yeo. El mayor asintió, pero estaba triste porque sabía que las cosas con Keonhee ya no serían como antes.

— Por cierto, ¿Por qué Seoho volvió?

— Oh… Dijo que extrañaba a sus padres, pero vendría a visitarnos cuando le fuera posible — Respondió el castaño.

La campana de regreso a clases sonó, los tres chicos levantaron las cosas sobre la mesa, las tiraron en la basura y se fueron a su salón. En el salón se encontraban pocos de sus compañeros, entraron y se acomodaron en su asiento, todo estaba en silencio, lo cual era poco común.

Uno de sus compañeros entró corriendo al salón, se detuvo en el marco de la puerta e intentó recuperar la respiración, cuando lo hizo llamó la atención de todos los que estaban ahí; Young, Woong y Sana lo voltearon a ver también, todos lo veían.

Humano [ONEUS; ⏸] Where stories live. Discover now