4. Nuestro destino

24 3 2
                                    

Seoho estaba hirviendo en fiebre, tanto Sana como Hwanwoong estaban muy ansiosos, entonces la pelinaranja recordó que había visto un caso similar en la escuela, cuando vivía en su planeta.

— Es muy extraño que los Minitinianos nos enfermemos, pero creo que podemos resolverlo. Traigo un libro en mi bolso, que bueno que no dejé mis libros del instituto — Habló la chica dirigiéndose a su bolso. Sacó el libro, se acercó a Yeo y ambos comenzaron a buscar lo que necesitaban.

— Su fiebre sólo bajará con el contacto corpóreo de su alma gemela, sino puede morir en menos de 12 horas — Dijo el castaño viendo al menor, Sana asintió leyendo palabra por palabra.

— ¿Cómo encontraremos a su alma gemela? ¡Estamos en la tierra! — Los ojos de Sana se aguaron. — Seoho no puede morirse — Mencionó llorando.

Hwan estaba dando por hecho que ese sería el final del chico, entonces recordó lo que había sucedido en la enfermería, se acercó a Lee, lo tomó de la mano y le pidió que no lo odiara demasiado, solo intentaba salvarle la vida. Le dirigió una mirada a Sana para que lo cuidara, se alejó de ambos y llamó a Young Jo.

— Soy yo, Hwanwoong. Debes venir a mi casa, por favor — Habló y colgó.

Yeo esperaba ansioso en la entrada, su amigo no debía demorarse mucho, al final escuchó el timbre sonar, respiró profundo para no alarmar al otro y fue a abrirle.

— ¡Entra rápido! — Dijo tomando a Kim de la muñeca, pero pronto se dio cuenta de la presencia de otro chico. — Oh... Pasen.

Llevó a Young Jo hasta donde estaba Lee, aunque ninguno entendía la idea del castaño, ni siquiera Sana que sabía lo que debían hacer. La nariz de Seoho logró percibir el dulce aroma del pelinegro, sus ojos se abrieron poco a poco posándose en el cuerpo de aquel humano.

“Zueng, zueng, zueng!” — Habló para sorpresa de Young Jo.

Hwanwoong no podía esperar a que el Minitiniano se pusiera más grave, así que acercó a su amigo al otro chico pidiéndole que lo abrazara, creía que eso era todo. Sana sujetó a ambos chicos, pidió un momento para hablar con Yeo y el mayor se negó. Mientras Eunwoo no parecía sorprendido por nada, solo se acomodó en el sofá para disfrutar la función.

Seoho se levantó con la poca fuerza que tenía, no podía resistirse al embriagante olor que Young Jo desprendía, se acercó a él acomodando su rostro en el pecho. Kim abrió los ojos por el contacto, no estaba acostumbrado a las muestras de afecto, sin embargo, Lee no estaba consciente de sus actos y sus instintos lo dominaban, en ese momento necesitaba consumar, pero antes de que hiciera algo Sana lo detuvo, aunque este intentara lo contrario.

— No podemos dejar que lo haga, es demasiado arriesgado — Razonó Sana sosteniendo con todas sus fuerzas a Lee.

— Pero su fiebre ha disminuido — Yeo vio a la chica, él estaba en lo correcto, pero no podían dejar solo a Seoho con Young en ese estado, sería un peligro.

— ¿¡Podrían explicarme qué ocurre!? — Kim no entendía nada y estaba nervioso por lo que la chica decía. — Además, ¿Qué podría hacerle a un enfermo?

— No me preocupa lo que puedas hacerle a Seoho, sino lo que él pueda hacerte a ti. Verás… — Hwanwoong la detuvo para que no hablara de más.

— Woong, deja que termine de hablar.

Sana soltó a Seoho, el cual de nuevo clavó su rostro en el pecho del pelinegro. Young Jo sintió como la temperatura del cuerpo ajeno bajaba, igual que sentía como el chico se aferraba a su cuerpo como un animal en celo.

Sana se dio cuenta de que Seoho estaba preparando su cuerpo para atacar, pero se contuvo para no decir nada hasta que el cuerpo del chico se regulara. Young Jo se sentía extraño por el chico aferrado a su cuerpo, intentó quitarlo, pero no pudo.

Humano [ONEUS; ⏸] Where stories live. Discover now